EL VERDADERO FOLK MEXICANO
Hubo en un tiempo en donde el rock nacional tenía mucho que decir y pocos espacios e instrumentos para hacerlo, así es que acompañados de solamente una guitarra surgió un movimiento apodado Los Rupestres, cuyo principal portavoz era Rockdrigo. “Se llamó así porque decía que era una época de avanzada tecnológica, y todavía existían personas que salíamos con nuestra guitarrita de palo”, comienza a hablar Enciso.
Gerardo Enciso era precisamente uno de esos jóvenes que salió únicamente con su guitarra a tratar de decir algo, es por esto que tal vez erróneamente lo cataloguen como un artista rupestre: “yo no sé por qué la gente me asocia con los Rupestres, lo entiendo un poco porque he tocado con todos ellos, pero realmente es un movimiento exclusivo del DF en el cual estaban Rockdrigo, Roberto Ponce, Nina Galindo, Fausto Arellín y Rafael Catana”.
Pero, alejándonos un poco de esta fabulosa época ochentera, nos encontramos de nuevo con la carrera un tanto desfasada de este compositor y músico nacido en Puebla pero adoptado por Guadalajara, Enciso nos presenta su más nuevo material Es Por Ti, después de casi 10 años de ausencia de los escenarios. En exclusiva, Gerardo Enciso nos comenta como ha sido su tumultuosa carrera y los detalles de esta última producción.
¿Por qué desapareciste por un tiempo de la escena?
Se juntaron dos cosas. La primera fue que el último disco que saqué (Tarará en el 2001) fue con una compañía independiente, la cual no logró colocarlo en las tiendas o hacerle publicidad, entonces el disco se quedó estancado. Después de mucho esfuerzo por tratar de sacar este material, me agarró en un momento de cansancio, en el cual no quería volver a grabar hasta que no estuvieran dadas las condiciones para sacar algo más o menos digno. Por otro lado tuve un bebé y no quería perderme esa experiencia de ser padre.
¿Cómo fue la convivencia con Rockdrigo?
Era un tipo bastante loco, era muy inteligente y culto. Tenía una teoría bastante buena, que decía que había que pensar cuestiones cultas y trasmitirlas de una manera popular; creo que lo hizo muy bien. Contaba con una agilidad mental impresionante, era muy ocurrente.
Esa época es conocida por la enorme represión del gobierno hacia los jóvenes, ¿cómo pudieron trascender a esa represión para poder ser escuchados?
El momento que a mí me tocó fue un momento de mucha represión, pero de alguna manera creo que era ya un malestar social que se enfocaba o manifestaba en la música, entonces antes de que llegaran las compañías disqueras, se vivió un momento muy cercano con la gente. Las canciones que compones las tomas del inconsciente colectivo, entonces si dices lo que está pensando el que no puede decirlo, pues claro que hay una comunicación inmediata y es una reacción en cadena. Sobre todo fue por la misma gente, las compañías disqueras sirven nada más para dividir un poco, unos pueden ser más famosos que otros, y son como ganchos o trampitas de conceptos, pero básicamente sobre todo por la honestidad con la que se trabajó y los puntos que se tocaron en las canciones creo que sobrevivimos a ese momento.
Antes las bandas proponían una ideología, ¿por qué crees que se extinguió esa manera de componer canciones?
Es gracias a los medios de comunicación que controlan el gusto del público; porque tienen todo el aparato. Pero se siguen haciendo canciones interesantes de gente que desafortunadamente no tienen los medios para salir. La calidad de las letras en la música popular que se toca en las radios desgraciadamente es muy pobre.
Tuve la fortuna que un amigo periodista de Guadalajara que se llama Enrique Blanc me comentó que la universidad había abierto un sello discográfico. Entonces nos acercamos, propuse este disco y lo aceptaron; hemos estado trabajando de maravilla. Ellos ya tienen todo un aparato de promoción, salas de concierto, ya está la base. Antes tenías que hacer un montón de carteles y ahora con un click en una base de datos llegas a mayor número de gente.
¿Por qué crees que la gente piensa que el rock se encuentra peleado con la cultura?
Yo creo que más bien con lo que el rock está peleado es con el sistema, no tanto con la cultura. En sí el rock es música y por lo tanto es cultura. Más bien el enemigo del rock es el poder, el rock es un tipo de música de liberación y rebeldía.
¿Hay mucho cambio del gobierno que te tocó en un inicio al de ahorita?
No, creo que seguimos estando en un estado totalitario y represor.
Después de 10 años de no grabar disco, ¿qué fue lo que más extrañabas de estar en un estudio?
Meterte al estudio es un suplicio, es aburridísimo y muy cansado. Tienes que grabar instrumento por instrumento y estar repitiendo hasta que logras la nota que estás buscando. Lo más divertido de la música es cuando estás haciendo la canción y cuando la mezclas, ya que estás jugando con todos los elementos. Extrañas esa adrenalina, esfuerzo y concentración. Tardamos dos años en hacer este disco, fue un trabajo exhaustivo, pero creo que se logró el objetivo.
¿Era más gratificante cuando grababas tú solo en el estudio?
Fíjate que yo pensé en hacer un grupo pequeño para poder viajar y que nos pagaran bien. Pero las mismas canciones te están pidiendo el arreglo, pensaba que a cierta canción sin saxofón y trompeta no va a sonar. Empiezas con cuatro y terminas en once. Con una alineación normal puedes sonar bien, pero cuando más te involucras en la música, tu pensamiento se va volviendo más orquestal. Entonces necesitas dividir entre ritmo, armonía y melodía y dejarlas bien claras.
¿De dónde surgió el título Es Por Ti?
Me quebré la cabeza pensando en un título muy interesante y me salió ese. El título es lo último que sucede, porque vas armando las canciones para que el disco vaya contando una historia; entonces este disco lo que está proponiendo es una reflexión acerca del amor y desamor. La palabra amor ya está muy trillada, parece cliché, pero es algo muy importante y es lo que nos sigue moviendo.
¿Crees que vivimos en una sociedad más caótica que antes?
Yo creo que sí. En cada época nada ha cambiado bajo el sol, creo que la lucha entre la materia y el espíritu es una constante; actualmente creo que la materia nos está apabullando un poco. La humanidad ha tenido grandes momentos históricos y ahorita creo que estamos en uno muy materialista, está muy desequilibrado.
¿Cómo surgió la colaboración con José Manuel Aguilera?
A Aguilera yo lo admiro desde hace muchos años y tengo la fortuna de tenerlo como amigo. En el disco estuve trabajando con gente de Monterrey (lo grabamos allá) y el disco estaba casi terminado, sentía que le faltaba algo en particular una lira más. Necesitaba algo que abriera y cerrara la armonía, y quien podía hacerlo mejor que José Manuel Aguilera.
Se dice que sus composiciones son equiparadas a versos poéticos, ¿cuál es el proceso de creación de sus canciones?
Antes hacía primero la letra y luego la música o viceversa. Pero había algo que yo sentía que no funcionaba y me di cuenta que pertenecían a diferentes momentos, entonces aún a la fecha no sé cómo funciona esto de hacer música o escribir, nada más sucede. Lo que sé es que es una especie de dicto, alguien te está dictando algo y brota. Cuando está brotando tienes que hacer un esfuerzo para traducir bien eso que te está llegando, creo que es eso, concentración en la traducción que estás haciendo de eso totalmente abstracto.
¿Qué se siente volver a los escenarios?
Estoy muy contento, porque ya extrañaba el escenario y el contacto con el público; porque al final de cuentas la música es una caja de resonancia y estar ahí es muy padre.
Para todos esos jóvenes que no te han escuchado, ¿cómo definirías lo que tocas?
Siempre lo que he querido hacer en los discos es que exista el mayor número posible de ritmos, que sea lo más variado posible. En este disco se nota más esta tendencia, hay desde una balada hasta una polka o un cuarteto de chelos. Hay unos pequeños homenajes a la Motown la disquera de los negros o con los metales en el Rythm & Blues. Hay de todo en el disco. El ritmo más natural para mí es el rock, lo más cercano al blues al jazz, la balada o la canción en sí.
En todos los discos siempre hay una canción que se acerca a ritmos latinos o algo de casa, estoy tratando de buscar ritmos de aquí para seguir la tradición mexicana, creo que es muy importante. Ya tenemos casos como Caifanes con la “Negra Tomasa” que fue el primero que se atrevió, luego Café Tacvba con “Ingrata” y Jaime López es algo que viene trabajando de toda la vida.
¿Qué significó haber estado en el Vive Latino?
Para mí fue una sorpresa, porque a mí me llegó la invitación unos 20 días antes. Tuve que armar la banda de volada y fue muy agradable, no me lo esperaba, estuvo muy bien.
¿Te agrada que las bandas mexicanas canten en inglés?
No, eso no. Tanto trabajo nos costó. Eso hablaba con Hugo de Azul Violeta, que trae su nueva banda que se llama The Yoyo Breakers y están cantando en inglés, y le dije que tanto trabajo nos había costado. Pero según ellos lo hacen buscando una internacionalización, y yo pienso que es como tratar de venderle chiles a Clemente Jacques.
Tus discos son bastante difíciles de encontrar, ¿has pensado en volver a reeditarlos o hacerlos digitales para las nuevas generaciones y para los fans que no los tienen?
Estaba pensando con un grupo de amigos sacar el primero, La Contracorriente, que todavía salió en LP. Vamos hacer una edición conmemorativa remezclada, porque ese disco fue producido por unos pintores y trabajaban en una galería muy importante, la Galería Madrid; por lo tanto creo que es tiempo de devolverles el favor y hacerles un pequeño homenaje. Luego, Los Cuentos del Miedo lo tiene Areola, está enlatada, ya que una vez me acerqué a ellos y les dije que lo reeditaran y me lo quisieron vender.
Sobre este disco, se está regresando mucho al LP, ¿te gustaría sacarlo en este formato?
Sí, me encantaría. A mí todavía me tocó, era muy romántico, era una toda una ceremonia: comprabas el disco, lo abrías y olía bien bonito. El tamaño de los gráficos era muy padre.
¿Cuál es la importancia del arte en el nuevo disco?
Pocas veces aparezco en mis portadas, pero pensé que ya estaba en tiempo de merecer. Carlos Omonte me hizo la sesión de fotos, esta portadilla es una pintura de Boris Bizkin, pintor de acá y las pinturas de adentro son de Ernesto Seibi.
Tiene que existir cierta concordancia, tampoco queríamos ser muy textuales, pero la imagen te da una idea y creo que si la empatas con la canción te da otro significado. El disco también es una cuestión visual, con las nuevas tecnologías bajas las canciones a tu Ipod y al final se pierde el objeto. Lo que no me gusta de esta tecnología es el sonido, me gustaba mucho el sonido análogo y creo que perdió con el digital. Pero ya han estado sacando nuevos sofwares de sonido y cada vez van mejorando. Se me hace muy padre esa onda de estarla bajando, la onda virtual, no necesitas el objeto, igual y menos basura para el mundo.
¿Cuál fue la experiencia con Dr. Frankestein?
Cuando José me llamó para invitarme al proyecto, le decía que yo no era actor y me daba mucha pena, si de por sí me da mucha pena salir al escenario. Entonces el me dijo que mi papel era el de un viejo y ciego que no se movía y por eso acepté.
Ha sido una experiencia muy enriquecedora, José hizo muy bien su trabajo y ha sido muy gratificante estar con toda la bola de compañeros. En Guadalajara se está armando la obra de Los Tres Centavos, una obra alemana de los años treinta, está muy padre, la música es buenísima y la están montado unos teatreros de Guadalajara, parece que es una coproducción entre ellos y el DF, por febrero andamos dándole.