Adentrándonos al Gothic Metal, llega desde los fríos fiordos Tristania. La alineación actual, prácticamente nueva, de esta banda cuenta con Mariangela Demurtas en la parte vocal (recordemos que es vocalista desde el 2007 cuando salió Vibeke Stene), contando con la voz masculina de Kjetil Nordhus (Trail Of Tears y Green Carnation) y el regreso del violinista Pete Johansen, después de 10 años de no grabar. También cuentan con el baterista Tarald Lie Jr. (Diabla), Ole Vistnes en el bajo, Gyri Smørdal en la guitarra; además de los únicos sobrevivientes de la banda original el tecladista Einar Moen, la voz de Østen Bergøy y el guitarrista Anders Høyvik Hidle.
Así es que nos encontramos ante la gran incógnita que muchos se preguntaron cuando salió Stene del grupo, ¿podrá Demurtas ocupar el lugar que dejó? Ante esta pregunta, y con algunos fans que le dieron la espalda a Tristania, llega Rubicon y el debut en disco de esta vocalista. Precisamente el título del álbum evoca épocas de cambio, ya que se refiere a empezar algo cuyas consecuencias pueden ser arriesgadas.
Siendo el sexto álbum de esta banda noruega, y siendo un poco el regreso a las raíces de la banda, se abstienen de hacer coros sinfónicos en latín como lo venían haciendo. Una de las grandes sorpresas fue el regreso con la disquera que les había grabado anteriormente tres discos, Napalm Records.
Definitivamente, un empiezo bastante bueno, que seguirá con “Protection”, una canción más lenta y suave, pero con coros pegajosos, en donde podemos encontrar por primera vez la voz de Østen Bergøy. Es una canción muy tierna, que pareciera ser dedicada a los seres más inocentes de este planeta, los niños.
“Patriot Games”, cuenta con una potente guitarra que se asemeja al sonido de una ametralladora que le da un ambiente muy metalero y agresivo, con la voz femenina más grave o cruda, pero sin dejar de lado la parte melódica. “The Passing” es una canción mucho más tranquila, que corta el ritmo del disco, resaltando el trabajo del violinista Vistnes.
“Exile” continúa el trabajo melódico de la banda; vale la pena decir que muchas de las canciones que continúan son del mismo sonsonete, cosa que puede llegar a ser un poco tediosa o cansada. “Sirens” se remite un poco más al trabajo anterior de Tristania, en donde la voz alcanza varias texturas, algo que seguramente le suma bastante sentimiento y teatralidad a la misma.
En una canción en donde solamente escuchamos voces masculinas, “Vulture” no ofrece mucha variedad musicalmente hablando, tal vez un poco más acercada al Doom Metal pero sin mostrar una canción consistente, resulta bastante aburrida. Y si pareciera que Tristania está haciendo canciones para dormirnos llega “Amnesia”, que musicalmente ofrece buenos arreglos en el piano y violines, pero que repite el mismo error de su antecesora.
Llegando a la recta final, “Magical Fix” hace que te despiertes del letargo, con un inicio bastante fantasmagórico y guitarras poderosas. Vuelvo a concentrarme en el álbum, con una temática bastante obscura y voces garraspeantes, que la hacen bastante dinámica. El cierre se lo da una enorme y larga canción de 8 minutos llamada “Illumination”, de un corte más épico.
En definitiva, Tristania tendrá que trabajar en un disco en donde la mayoría de las canciones sean buenas o excelentes; falta consistencia, pero no culpen a la nueva cuando en general el trabajo de los otros integrantes no termina de convencer.