Por Andre Dulché / @PolvoraRock
Foto Álvaro Hernández Villalobos / @albarrio
‘Es muy diferente a Todo Terreno, tiene una base electrónica pero no deja de tener la esencia y fiesta’ son palabras que Maikel y Maffia usan para definir Lima.
La verdad es que esta base es muy sutil, tiene más beats bailables pero no deja de tener letras agradables, chistosas y en exceso bailables. Un disco que demuestra que siguen siendo felices al hacer música y que se llevan bien todo el tiempo.
“Jefe Max” que se inclina hacia el reggae es el segundo sencillo, famoso por el video con la historia de la tortuga vengativa, aquí el acordeón es el que lleva todo el peso rítmico de un tema que busca la autenticidad.
Si lo que uno busca es fiesta, baile, brinco y cantar a grito pelado seguro encuentras en “No Me Sueltes” un escape. “Fortunata” cuenta con guitarra acústica, dándole un toque porteño mientras ‘un caballo llevando flores’ galopa por cuatro minutos; por otro lado los ‘devoradores de noche’, los “Caminantes Muertos” es puro y buen rock, mientras que “Raid” mezcla ésta potencia con el rap.
Un sentimiento antiguo-romántico-retro-trompetero es “Miles De Ideas” donde los coros son extremadamente pegadizas; en “Fútbol” no se hace un himno al balompié, ni a un equipo ni la historia de alguien jugando en su barrio, es pura metáfora sobre el ligue. Realmente la parte más electrónica, con la base de sintetizador más que un beat repetitivo, llega hasta el final y que sirven más para relajar los músculos que otra cosa, esto en “Canción Simple” y “Para Los Que No Están”.
Ya son más de 20 años que Kapanga está entre nosotros, siempre levantando el ánimo por donde pasa y este disco sigue la misma suerte, once temas donde ocho mantienen un ritmo y energía que se cae estrepitosamente en los últimos tres, sin embargo cada uno tiene un sello distinto.
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De donde yo vengo, “agonización” se escribe como “agonía”. No sé, manejalo.