La noche de este jueves no solo se vivió un concierto más en la capital de México, junto a uno de los cantautores más prolíficos del rock argentino, Fito Páez, si no también se vivió una fecha especial, porque se cumplía el aniversario del segundo disco del rosarino, el cual lo catapultó a la fama.
Y es que con Giros, llevaríamos la batuta de este concierto, siendo el disco que con 30 años de existencia y mucha trayectoria dentro de los conciertos del una vez músico de Charly García, sería interpretado ante el beneplácito del público, en un majestuoso Teatro Metropolitan, el cual nunca dejó de sentir cada una de las canciones que conforman este disco, donde pareciera que Fito volvía a aquellos veintitantos años donde un joven comenzaba a darle forma a su carrera junto a “Giros”, “Taquicardia”, “Alguna vez voy a ser libre”, “11 y 6”, “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, “Narciso y Quasimodo”, “Cable a tierra”, “Decisiones apresuradas” y “D.L.G.”, esta última interpretada a dueto junto a Ximena Sariñana y que tristemente pasó desapercibida ante las fallas de audio.
Claro que la fiesta no acabaría en uno de los discos más influyentes del rock latinoamericano durante los años ochenta, sino que volveríamos a escena junto a Fito con canciones de su trayectoria, desde aquellas que remembran el disco La La La junto al maestro Spinetta como “Folis Verghet”, “Instant-táneas” o “Hay otra canción” así como breves joyas musicales de Páez como “Tres Agujas”, “Pompa bye bye” o “Polaroid de locura ordinaria” pero claro, aquí lo más importante fue la gran recepción que el público brindó al cantante, que en ningún momento dejaron de cantar, aplaudir, sentir cada una de las notas y letras que ofrecían las canciones, siendo uno de los pocos conciertos en donde he asistido y la gente se ha entregado al 100.
Pero como si se tratase de un regalo del ‘chino’ a sus fanáticos, no solo tocó más de 20 canciones en un concierto memorable, sino que realizó dos encore, uno con parte de los himnos que definen su carrera con “El amor después del amor”, “Brillante sobre el mic”, “A rodar mi vida” y “Mariposa tecknicolor” mientras que el segundo, de forma inesperada y sobre todo haciendo un homenaje al rock and roll en español, con “Popotitos” que puso a bailar a todo el Teatro Metropolitan, dejando un broche de oro en una noche llena de Giros en la Ciudad de México.