Tras dirigir la impresionante Sicario el año pasado, Denis Villeneuve enfoca sus esfuerzos en una película de ciencia ficción que te dejará aturdido; no es fácil encontrarse con un filme que te deje meditando sobre su contenido al día siguiente de verla y eso es lo que hace La Llegada.
Doce naves alienígenas aterrizan en distintas partes del mundo. Por sus amplios conocimientos como lingüista, la Dra. Louisa Banks (Amy Adams) es seleccionada por el gobierno norteamericano para intentar comunicarse de algún modo con los aliens que se encuentran dentro de la nave. En el equipo también se encuentra un físico-teórico llamado Ian Donnelly (Jeremy Renner) y es encabezado por el Coronel Weber (Forest Whitaker). El filme también tiene tintes políticos muy interesantes: al haber 12 ubicaciones distintas, los países deben de trabajar juntos para poder descifrar el mensaje que estos alienígenas quieren dar a conocer… pero ya sabemos que esto es casi imposible y pronto comienzan a haber diferencias pronunciadas entre las naciones.


No se dejen engañar por la trama, aquí no hay acción. La Llegada es una película de drama y ciencia ficción llena de interrogantes: ¿Por qué están aquí los extraterrestres? ¿Cómo nos comunicaremos con ellos? ¿Por qué hay 12 naves? ¿Qué son estos extraños flashbacks que tiene la Dra. Banks? Éstas y otras preguntas eventualmente son respondidas pero no en la manera en cómo esperarías: hay que quedarse pensando un ratito para en verdad comprender el significado de todo lo que acabas de ver.
A lo largo del filme se va acumulando de manera lenta la tensión, el suspenso y la frustración por no poder encontrar las respuestas que necesita la Dra. Banks. La lentitud de la película es a propósito, pues sirve como herramienta para que todo tu cerebro pueda procesar los hechos que se van desarrollando en preparación para el vendaval que se desata al final. Este ritmo tedioso no es algo que disfrutarás y si la hora o circunstancias de ir al cine no son las adecuadas, tal vez te encuentres roncando a la mitad de la película. Pero después de un regular segundo acto, llega el desenlace.
A veces tanta explicación y lentitud en la trama no lleva a ningún lado y te sientes decepcionado con el final. No solo La Llegada entrega lo prometido, sino que te deja sin aliento. El tercer acto de La Llegada es un total mindfuck: no voy a revelar lo que pasa en esta obra maestra de desenlace, pero es algo que no olvidarás por mucho tiempo. Hay ciertas similitudes con lo que intenta hacer Interstellar, pero en este caso Denis Villeneuve sí da en el clavo con las explicaciones gracias a la manera en como fue dirigiendo el resto de la película.
Amy Adams provee la presencia necesaria para cargar el peso de la trama; su espectacular actuación es tan conmovedora como misteriosa, sacando a relucir la inteligencia de su personaje así como sus aspectos más delicados. La banda sonora, a cargo de Jóhann Jóhansson (La Teoría del Todo), es parte fundamental para que todas las piezas se unan, envolviéndote en una atmósfera agobiante que complementa una cinematografía tan espectacular como espeluznante. La combinación de estos dos elementos te provocarán escalofríos en más de una ocasión.
La Llegada es una película diferente. Antes de verla, tienes que comprender que no vas a presenciar un típico blockbuster de acción y ataques extraterrestres. Si logras superar el lento avance de la trama, encontrarás que el tercer acto es algo verdaderamente especial pues te dejará pensando por horas y tal vez hasta te sacuda emocionalmente. La dirección de Denis Villeneuve, el guión de Eric Heisserer y la soberbia interpretación de Amy Adams dan como resultado una película inteligente y emotiva, con un giro distinto a lo que el sci-fi nos tiene acostumbrado y con serias posibilidades para entrar entre las mejores películas del año