Deanna (Melissa McCarthy) es una madre y esposa, la cual parece tener la familia ideal. Pero su estabilidad se vendrá abajo cuando su esposo le pide el divorcio, a la par que su hija Maddie (Molly Gordon) entra a su último año de universidad.
El dueto Falcone-McCarthy regresa bajo la misma fórmula de comedia que ya les hemos visto, por lo que si no gustas del trabajo de la actriz o de alguna película donde estos 2 han hecho mancuerna, es mejor que evites a toda costa esta nueva película.
De entrada vemos una actuación de McCarthy demasiada forzada en los primeros minutos, la cual va mejorando conforme avanzan los minutos de este largometraje. De igual forma, la película viene de menos a más, pero lamentablemente cae mucho cuando llega al desenlace, entregándonos un final muy simple y digno de cualquier película que podemos ver en televisión abierta un sábado por la tarde.
La historia a pesar de que trata de ser lo mejor contada, comete el pecado de olvidarse por momentos largos de sus personajes secundarios, utilizándolos como una válvula de escape desesperada para los momentos de comedia, además de que algunas situaciones se vuelven un poco predecibles.
La comedia es muy al estilo McCarthy, por lo que es un arma de doble, ya que algunos la aman y algunos otros la odian. El valor positivo es que la historia trata de dejar ciertos mensajes pero estos quedan a medias.
Podemos asegurar que esta será una película que pasara sin pena ni gloria en esta temporada de verano, pero que puede gustarte o no, si lo único que buscas es pasar un rato de fin de semana.