“Esta canción es para que destruyan y quemen la Cineteca Nacional. Métanse a las salas, rompan las mesas, a la verga”, fue más o menos lo que dijo Israel, creador de Belafonte Sensacional, antes de tocar “Lo hice por el punk” y, efectivamente, provocar la destrucción de la nueva terraza en el inmueble dedicado al séptimo arte.
Un destroy relax de Belafonte Sensacional en la Cineteca Nacional
A las instalaciones llegué con poco entusiasmo, espectativas bajas y tolerancia completamente abierta. No por la banda, más bien por el ambiente hipster-fresón-tranqui de la terraza. El espacio, construido a partir de madera, metal y lonas, no está hecho para soportar una banda de tal envergadura.
Se notó apenas llegaron los primeros locotes a darle al slam y romper sus botellas o las botellas de otros. Yo, por ejemplo, me estrellé un par de veces en las periqueras y desmadré las chelas de los presentes. Hasta el mismísimo Belafonte rompió sus lentes, el vato se mata en el escenario con tal de brindar entretenimiento de la mejor calidad al espectador.
¿Leyeron bien, banditas de rock? Actitudes como la de Belafonte y compañía crecen la escena. Si todos un poco de su locura, libertad y ‘vale madrismo’, el mundo (al menos el del rock en México) sería otro.
Ni hablamos del sonido super austero. Unas cuantas bocinas, un monitor, la batería con sólo un par de micrófonos, no había ingeniero de audio, el público tenía que indicar a qué subirle y a qué bajarle volumen, a veces saturaba, lastimaba los oídos, muy under, muy indie, pero no es óptimo.
Tampoco hay seguridad, pero en toda la Cineteca. Adentro había weyes con sus latas del Oxxo ya bien pedos y monosos. Algunos pusieron el desorden, la violencia mala onda, mismos que fueron retirados por el personal de la terraza.
Seguro mejorarán con el paso del tiempo, su tirada es a lo grande.
Un setlist de lujo en la Terraza
Lo mejor de la noche fue gozar los orgasmos auditivos que las composiciones de la banda ofrecen. Lo mismo escupieron un buen blues desde sus instrumentos, que algo de folk, algo más de dance y, por qué no, mucho punk.
Rolas como “Ponte al tiro”, “Convocatoria para el Destroy”, “Lo hice por el punk” y “Valedor” le dieron a la noche un toque heavy, puteador.
“Hay hormigas en el baño, John”, “Quién es San Charbel” y “No te mueras por favor”, por ejemplo, nos hicieron aplaudir, mover la cabeza, la cadera, abrazamos a nuestras parejas, brindamos, lloramos, bla bla bla.
Bueno, hasta se armó el perreo, las cumbias, el baile pegadito entre integrantes, el manoseo, la perversión. Si alguien dice que le aburrió la noche, está mintiendo por completo. Hubo para todos, derecho.
Al final, todos convivieron en paz, compraron merch, pidieron sus fotos con Belafonte Sensacional y luego de marcharon a sus casas, otros esperaron a que bajara la lluvia para encaminarse al metro Coyoacán, algunos para el after, los menos se estacionaron ahí para seguir cheleando. Todos felices, todos contentos.
Nos vemos en el próximo Destroy.
PD: si tienes fotos o videos, rolalos, sufrí la pérdida de mi memoria Micro SD.