Texto Fabiola Hernández / Fotos Gustavo Azem.
Llegó el día de despedirnos de Slayer en México, la emoción de los seguidores mexicanos se incrementó en los últimos días y por fin el domingo 8 de octubre la mayoría de los asistentes al Force Fest llegaron para verlos, esto se notaba por las playeras que portaban. Desde temprano y a pesar de las quejas sobre el día anterior, la gente llegó para despedirse de una de las bandas más importantes en la escena del metal.
¿Cómo empezó la aventura de ver a Slayer?
¿Cuál fue la aventura del día? ¿El lodo? NO, el lodo no es lo peor, ni lo controla ningún organizador. Al llegar los camiones al menos estaban mejor organizados, los estacionaron en lugares para poder salir más fácil, había un estacionamiento alterno para los autos, la entrada fue más rápida y había pulseras suficientes. Todo avanzaba, pero llegó el momento de las cancelaciones de varias bandas: Senses Fail, Lamb of God, Exodus, Testament y Rob Zombie, y el staff del festival solo se limitó a decir que no tenían información y que nadie sabía nada de las bandas con todo y sus playeras que decían ¿en qué te puedo ayudar? (en nada) Entonces el humor de los presentes ya no fue tan bueno, pero la esperanza de que Slayer ya estaba en México y sí iban a tocar nos mantenía firmes.
Cuando logramos pasar el enojo, llegó salubridad y si no habías comido temprano, ya no había nada que hacer, hasta el momento, porque cuando pensamos que ya no había gente sin boleto en el festival llegaron los vendedores que estaban afuera del festival con sus cajitas de dulces y cigarros hasta el área de preferente. Así que ya solo nos quedaba esperar poder ver bandas, ¿cuáles? Las que se pudiera con los cambios de horarios, y todas y cada una de las que subieron a tocar de verdad hicieron lo propio y no en todos los escenarios hubo fallas de audio, lo que se agradece. Lo malo es que sí se escuchaba el audio de un escenario en el que quedaba cerca y eso era un tanto molesto, sobre todo si no estabas en las primeras filas: el Tuborg Stage fue en el que más sufrimos esto.
Y ahora Danz… ¡Slayer!
Pasando la travesía y enojos, las quejas y las tarjetas de dinero que servían cuando querían, al fondo del Telcel Stage ya se veían las cruces invertidas de amplificadores de Slayer, gente de su crew andaba en el festival y la confianza de verlos seguía en cada fan. Cuando Anthrax terminó de tocar no sabíamos qué esperar, quitaron todo lo del Main Stage y comenzaron a acomodar todo para Slayer, ¡vaya sorpresa! Parecía que iríamos a casa temprano, pero de repente acomodaron las cosas de Danzig en el escenario vacío, entonces estábamos confundidos. Comenzó a llover y después de unos largos minutos se apagaron las luces y Slayer subió al escenario, el alma de muchos descansó, y entre esas, la mía.
Han pasado 37 años desde que inició Slayer, con altas y bajas, cambios en la alineación y demás cosas, pero sigue siendo una de las mejores bandas del thrash metal y que ha influenciado a un gran número de bandas que nos gustan. Ayer muchos seguidores de la banda teníamos sentimientos encontrados, era la última vez para verlos en México y el momento había llegado.
“Repentless”, la primera en sonar
El primero en subir al escenario fue Paul Bostaph junto a los primeros acordes de “Repentless” de su 12º disco. La emoción ya no se hizo esperar y hasta la lluvia se nos olvidó, de inmediato empezó el headbanging, esta vez no hicieron pausas, siguieron con “Blood Red” y “Disciple” entre luces azules y rojas, el mosh no se detuvo, sin importar el lodo la lluvia o cualquier otra cosa que no fuera la música.
De uno de los discos favoritos de los seguidores de la banda, South of Heaven tocaron el clásico “Mandatory Suicide”. Gary Holt y Kerry King fueron impecables en las guitarras mientras que Tom Araya se paraba frente al público mientras gritaban “olé, olé, Slayer”. Él solo disfrutaba el momento, sonrió y dio las gracias.
Continuaron con “Hate Worldwide” y otro de los clásicos que no pueden faltar “War Ensemble” del Seasons in the Abyss. Estábamos recordando un poco de algunos de sus discos, la nostalgia en esta ocasión era distinta con cada canción y para cada persona: “Jihad” nos llevó a ese recuerdo de 2006 cuando vinieron al Salón 21, “When the Stillness Comes” fue algo de lo más reciente de Slayer y con “Postmortem” recordamos otro de los discos favoritos, Reign in Blood.
Las caras de los presentes eran de felicidad, el mosh no paraba canción tras canción, algunos cantaban o intentaban cantar al ritmo de Tom, en ese momento todo era felicidad y era perfecto porque hasta la lluvia paró. Entre las luces y el fuego en el escenario junto a las cruces invertidas que sacaban fuego sonaron también “Black Magic”, “Payback”, “Seasons in the Abyss” y “Dittohead”. Un pequeño silencio para dar paso a la romántica de la noche “Dead Skin Mask” y la última antes del encore, “Hell Awaits”.
La última parte del Final World Tour de Slayer
El desenlace del Final World Tour de Slayer en México estaba llegando, algunas personas comenzaban a salirse, pero la mayoría no se movió. La calidad de la banda y ninguna falla en el audio durante su presentación nos tenía sorprendidos, al igual que la bengala que se vio entre el público cuando supuestamente te revisaban al entrar.
Regresaron con cuatro de las más aclamadas canciones de la banda: “South of Heaven”, “Raining Blood”, “Chemical Warfare” y “Angel of Death”, no podía terminar de otra forma. El adiós de Slayer simplemente fue genial, lo demás ya se contará en otro momento. Araya dio las gracias a sus fans por estar ahí, y ellos respondieron y demostraron que en México se les quiere. Aguantamos por verlos y despedirlos como merecen, hoy solo queda decir, gracias por 37 años de Slayer.