Desde sus inicios en 1998, Interpol dejó ver que no era una banda más del montón, poco a poco comenzó a consolidar una base de fieles seguidores gracias a esos sofisticados sonidos post punk perfectamente ejecutados con bajo y guitarra, pero sobre todo por la voz grave y cavernosa de Paul Banks tan similar a la de Ian Curtis. Cada que aparecían en el escenario o a cuadro, su carisma natural se imponía al presentarse con trajes sastre e interactuar con el público, pero sobre todo sin descuidar sus instrumentos.
Fue gracias a que tocaron canciones acerca de la cotidianeidad de la primera década del siglo XXI que lograron resucitar un cadáver que llevaba muerto varios lustros: el post punk, género inspirado en otro del mismo nombre, pero con un toque posmoderno.
Antics, el disco que les dio su sonido característico
La simplicidad en cada acorde, pero con ese toque siniestro de oscuridad, característico del post punk fue la que los puso bajo los reflectores, luego del lanzamiento de uno de los mejores álbumes debut de los últimos 20 años Turn On The Brightlights (2002), llegó su obra cumbre Antics (2004), el disco que no solo los definió, sino que les dio su sonido característico y consolidó su carrera musical de manera abrumadora.
Como muchos de los grandes álbumes conceptuales, Antics tiene el suyo, uno de los temas más recurrentes no solo de la música sino de la literatura: el amor no correspondido. Canciones que de inmediato se volvieron himnos generacionales como “Evil”, “NARC”, “Take You on a Cruise”, “Public Pervert” o “C’mere”, resultan un fiel retrato del dolor, la decepción y el desamor pues no solo no tenemos el amor de nuestro objeto de deseo, además está con alguien más y por si eso no fuera suficiente para él o ella ya ni siquiera existimos. No sobra decir que está clara la influencia y el legado de “Love Will Tear Us Apart”, de Joy División, sin la cual esto habría imposible.
Por primera vez en su breve carrera la crítica y los fans logran la alineación planetaria, ambos coinciden que estamos ante una obra maestra, misma que catapultaría a la banda neoyorquina al estrellato. Con Antics comenzó una subida sin retorno, Interpol logró fama mundial e hizo (de nuevo) que temas taciturnos y depresivos volvieran a sonar actuales. Para quienes conocieron a Joy Divison solo por recopilaciones los marcó de por vida, tanto que hoy recuerdan cada riff de guitarra, y cada estrofa cantada por Paul Banks como si le acabaran de romper el corazón.
Hasta los asesinos seriales pueden sonar post punk…
Es el mejor disco de Interpol porque más allá del éxito, es el que consolidó su sonido y lo reinventó tanto que hoy sus rolas son un himno cada que Interpol se presenta en vivo, porque pocas bandas pueden superar su álbum debut con una obra maestra. Turn On The Bright Lights es una belleza sonora llena de sofisticación, pero Antics, es el álbum de la reinvención cuyo video (sí, el de “Evil”) nos enseñó que hasta los asesinos seriales pueden sonar post punk.
Felices 14 años a este clásico contemporáneo que desde el 27 de septiembre del ya lejano 2004, se ha incorporado de manera permanente al soundtrack de nuestras vidas y desde luego a cualquier fonoteca rocker que se respete. Si les gustó, compartan sino comenten.