Brian Kirk regresa al séptimo arte, ahora con Nueva York Sin Salida, su segundo largometraje: un thriller que nos cuenta la historia de Andre Davis (Chadwick Boseman), un detective que goza de una no muy buena aceptación en Nueva York, y que debe hacerse cargo de una búsqueda exhaustiva en la isla de Manhattan para encontrar a unos criminales que asesinaron a policías durante un robo.

Kirk es un reconocido director de episodios de series y películas para TV y la propuesta que aquí nos presenta parece interesante pero lamentablemente su ejecución es muy pobre. La idea de hacer un thriller combinado con acción es ambiciosa, sin embargo desde un inicio la historia nunca termina de convencernos, ya que Boseman (Black Panther) no tiene el peso necesario en la historia, y no parece ser el protagonista: varias de las secuencias secundarias pueden llegar a parecer mucho más importantes que lo que haga el personaje principal.
Las secuencias de acción – como por ejemplo las persecuciones – son bien ejecutadas y logran compensar un poco esta débil producción, pero lamentablemente una película no solo debe sostenerse de unos cuantos momentos emocionantes. La historia se vuelve muy predecible en su desarrollo haciendo que el espectador pueda descifrar el final de manera anticipada y en cuestión de actuaciones, no encontramos nada destacable e inclusive a Boseman se le ve demasiado tímido, con un trabajo plano que no logra transmitir nada.
Esta película muestra sus deficiencias desde el trailer y busca recuperar un poco en taquillas escudándose bajo el nombre de los hermanos Russo, quienes son productores de la misma. No te dejes engañar: en Nueva York sin Salida estarás buscando la salida más cercana pero de la sala de cine.