Árbol regresó a la Ciudad de México para cerrar con éxito su gira por nuestro país que incluso los llevó a presentarse dentro del Festival Indio Catrina, en Puebla.
El viernes 13 de diciembre, en el Pasagüero, los estuvimos esperando como hasta las 10:30 PM un puñado de monigotes y de morras alejados de preocupaciones estéticas, políticas o amorosas -tal vez mentales- con la esperanza de escuchar nuestras canciones favoritas.


Entre el público no figuraba nadie digno de destacar. Todos nos mezclamos con todos, nos pusimos a cotorrear con todos, nos albureamos entre todos, nos enamoramos, nos abrazamos, nos besamos unos con otros. Bueno, no todos.
Sólo había un flacucho rubio de ojo claro en el público que pretendía no ser parte de la comunidad. Un vato actor de medio pelo de Televisa que durante los poderosos slams nada más nos sirvió de cacha zapes.
“Admiro tanto tu elegancia al andar, lo bien que frente a los demás te expresas, esas palabras que empleas al hablar, lo que sabes de cultura general. Tu simpatía y modo de reaccionar, esa mirada, tanta seguridad peinado y físico espectacular. Tus costumbres, tu estatus social. Vos sos genial…”
Soy vos – Árbol


Todos tenemos un poco de miedo
Fue durante la Semana de las Juventudes 2017 que los argentinos actuaron por última vez en México. Bueno, Pablo tuvo algunas intervenciones en distintos eventos de trovadores, se quedó a vivir en tierras Aztecas.
De hecho, su esposa -quien repartió las acreditaciones de prensa, quien veía el concierto al fondo del escenario con cara de admiración, ojos de amor eterno y quien adoptaba diferentes poses (la siguiente más incómoda que la anterior) cada 10 minutos por el cansancio de llevar a otro humano en su vientre – está embarazada. También confesó que su hijo será tremendamente mexicano, chilango.
Ahí se rompió. Las palabras nene, esposa y México lo echaron a llorar. No fue una lágrima, fue como diría mi jefecita, a moco tendido. Ya ni podía decir nada en el micrófono. Entonces le dedicó a su familia el tema ‘Ya lo sabemos’.
Si alguien con una vida que parece completamente resuelta, viviendo el estrellato de su regreso a los escenarios, con alguien a su lado que lo ama, tiene miedo de lo que nos depara el futuro, imagínense yo, que hasta me dieron ganas de subirme a llorar junto con él.
“Ya lo sabemos, todos tenemos un poco de miedo. Cuesta levantarse a veces y saber que nada fue en vano, el silencio es complice y le angustia el dolor. De los días vuelven cosas y las cosas cambian fácil, una vez no ves y otra crees ver todo al revés”
Ya lo sabemos – Árbol






























Ya me voy, ya me voy, ya me voy, para la playa me voy
De pronto se avienta Pablito a la gente, tan hiperactivo como siempre, tan feliz y desmadroso, me cayó encima, le pegó a mi cámara y la despostilló, pero el putazo que se dio en el piso pudo ser peor. Una lesión. Una fractura.
Se levanta y para no hacer crowdsurfing entre la gente, se subió a los hombros de algún gigantón lo cargó en sus hombros. Todos a su alrededor alzaban las manos a tremendo tótem, como pidiendo una bendición, al tiempo que Pablo estiraba las manos para saludar o te ponía el micrófono en la cara para escuchar tu horrible voz.
Luego le tiré dos o tres deslumbrantes flashes en su jeta, de frente, sólo parpadeó, apendejado, pero no dejó. Si estás leyendo esto: me disculpo, mi carnal, pero necesitaba esa fotografía.
Luego algunos clásicos, también un cover de Allison con Erik que pasó de largo y finalmente un silencio que a todos nos dio para abajo. La banda no reaccionó al clásico ‘Otra otra’. Tampoco al ‘Olé Olé Olé, Árbol, Árbol’ .
“Aunque estés despeinada, me gustas igual, aunque estés en pijama y sin maquillar; aunque estés enojada por lo que pasó, aunque ya no te vea
Trenes, camiones y tractores – Árbol
me gustas igual”


























De pronto… ‘Cosa Cuosa’. Duro. Enérgico. Todos poniéndonos en la madre. Codazos, puñetazos, patadas y más, muchos más zapes al televiso. Algunos a propósito, otros sin querer. No sé quién perdió un zapato, alguien tiró las chelas de la mesa contigua, otros se agarraban a besos en pleno pedo. Chale.
En esas andábamos con ‘La Vida’ cuando nos pusieron bien melancólicos, cuando recordamos a nuestros muertos y elevamos al cielo nuestras voces, ya todas chingadas, para ver si de casualidad nos quieren llevar con ellos al otro mundo, a ese lugar donde, dicen, vuelves a ser feliz.
Luego la reflexión, ¿si pudieran ser un pájaro qué harían?, pregunta antes del tristísimo coro. Todos nos quedamos callados, pensando en quién sabe qué, viéndonos las caras, desconcertados. Algunos tronaban las palmas de sus manos con ganas al ritmo del violín de Mai Prieto.
Pos’ a seguir cantando, mejor…
“Algunas mañanas pasa la abuela Yolanda y nos vamos juntos a pasear. Y te manda un saludo el marido de Pocha que me juega al ajedrez y no le puedo ganar. Y dale para adelante con el pibe de a la vuelta que a la tarde te pasó a visitar. Yo te sigo esperando porque nada me apura y algún día todos vienen para acá…”
El Fantasma – Árbol

