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Ghøstkid – Ghøstkid

El disco debut de Ghøstkid nos deja canciones rabiosas, adrenalina, mezclas y colaboraciones de lujo aunque uno que otro bache

Andre Dulché

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ghostkid

Ghøstkid es la banda que realmente se usa como alter ego a Sebastain ‘Sushi’ Biesler (quien fuera parte de Eskimo Callboy) y que para su disco debut se unió con viejos amigos como los suecos Steve Joakim (batería) y Danny Güldener (guitarra) así como  Stanislaw Czywil (bajo), al menos dos nombres conocidos por la banda To The Rats And Wolves.

Ahora, lo más relevante de Ghøstkid es la temática de terror que manejan, saliendo un poco del común del género del metalcore que es por donde más se inclinan estos 11 tracks iniciales en su carrera, más oscuras y agresivas a lo que últimamente puedes escuchar en bandas como Bullet For My Valentine o Bring Me The Horizon. Con un poco de trap que también lo acerca al mundo de Ghostemane, curiosamente ambos sacando este año materiales similares en concepto.

De arranque tenemos un estilo más de metal industrial con “Fool”, donde Sushi ya cambia de ser solo un guitarrista a tomar las riendas de las voces, nada mal, es violenta, se muestra una desesperación en los gritos hasta las partes melódicas pop del coro, una mezcla interesante.

Un momento cúspide de este álbum y el más recomendable es “Start A Fight”, que recuerdan un poco lo que empezó Powerman 500 en inicios de los años 2000, una de esas canciones que son dignas para poner en evento deportivo o como preparación a una contienda personal aunque sea en el Street Fighter. Tiene la parte agresiva, rabia y el coro aunque pop, no cae en lo soso, es pegadizo al 100.

Los tiburones enojados (más bien de mermelada) aparecen en “Sharks”, pero es de los temas flojos, ya de plano orientado al metalcore más pop posible y trap. “You And I” solo tiene fuerza en los coros, lo demás no es nada que no hayamos escuchado desde hace años con otras bandas.

Siguiendo la línea de temas para reventar la cervical están “Drty”, con todo y su momento al final industrial para tomar aire. “Zero” sigue este inercia de adrenalina rabiosa con su tono pegajoso.

Rompiendo un poco el ritmo se presenta “Cold War”, de esos temas donde aplica que la clama precede al huracán, bien hecha y dando un respiro.

Un punto fuerte del disco son las colaboraciones, aquí tenemos en “Supernova” a Marcus Bischoff de Heaven Shall Burn con esa mezcla de poder y coros livianos sin caer en lo sosos de “Sharks” y la voz de Bischoff resalta como un monstruo brutal cuando menos lo esperas (es como cuando estás en un videojuego y de pronto sale el jefe final sin previo aviso). Y sí hablamos de golpes a la nuca, Mille Petrozza de Kreator aparece en “Crown”, es brutal, y muy interesante la mezcla del maestro del thrash entrando a un terreno mucho más ‘juvenil’ y extraño como el de Ghøstkid.

Un buen momento de trap y metal se une en “This Is Not Hollywood”, donde colaboran Timi Hendrix de Trailerpark pero a su vez, esta canción muta en nü metal al final, con la misma versión pero con Johnny 3 de Hollywood Undead. Una buena idea, dos para escoger y nos quedamos con la primera ya que en la de Johnny 3 se tarda mucho en aparecer una diferencia.

Al final, este disco debut de Ghøstkid nos deja canciones rabiosas, adrenalina, mezclas y colaboraciones de lujo aunque uno que otro bache.

Editor de Pólvora, periodista musical y fotógrafo desde hace más de 10 años. Licenciado en comunicación social con la tesis El Rock Como Movimiento Social en la UdeC. Fan de los deportes, cómics, la ciencia ficción y películas de acción basura de los años 80-90.

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