Cine
Crítica de Luz Negra: una más de acción junto a Liam Neeson
Luz Negra con Liam Neeson es un filme inofensivo e irrelevante, pero si solo quieres pasar una matinée divertida y libre de pretensiones, adelante.
Van cuatro, Liam Neeson. Cuatro películas en dos años donde te vemos como el rudo de buen corazón. ¡Al menos ahora no está retirado, para añadirle más cliché a su currículo! Pero sí, de nueva cuenta reciclaré la misma frase que he utilizado en las reseñas anteriores: “si eres seguidor de ver a un malencarado Liam, obligado a emprender una violenta cruzada contra corruptos villanos, bienvenido al mundo de…” Luz Negra, el nuevo thriller donde corre, dispara pero no mata por qué “no está en su menú” y claro, protege a su familia. Y sí, es la tercera colaboración al hilo junto al director Mark Williams.
Cinismo a un lado, he llegado al punto donde disfruto de forma irónica estas películas. Todo a estas alturas es tan inverosímil que el actor irlandés podría seguir haciendo lo mismo hasta los 90 años y seguiría reseñando. Así que, si te has visto obligado a verlas en algún viaje del ADO o simplemente te encanta la acción sin sentido de Neeson, agárrate, porque estamos de vuelta en casa.
LUZ NEGRA O CÓMO LIAM NEESON SE CONVIRTIÓ EN ABUELO
En Luz Negra, Neeson, un hombre con un severo trastorno obsesivo compulsivo, trabaja encubierto para el director del FBI, antiguo compañero de armas en Vietnam (¿no aman ya el contexto?). Su misión consiste en rescatar agentes infiltrados en situaciones de riesgo.
Cuando una popular activista fallece en un “accidente”, uno de los colegas de Liam es presa de la culpa al verse involucrado de forma directa con el asesinato. Sin embargo, no le será tan fácil llevar la verdad a la luz, pues el FBI lo está persigue por traición. A lo largo de los paisajes de Washington D.C., dependerá de nuestro héroe, junto a la ayuda de una audaz periodista, descubrir los oscuros secretos que la agencia guarda.
Aquí voy de nuevo a citar una frase que ha acompañado cada una de mis reseñas que oportunamente, también se presta para Luz Negra. Si Liam Neeson recicla sus tramas y personajes, ¿por qué no habría de hacer lo mismo con mis reseñas?
“Mi trabajo sería muy sencillo si pudiese limitar la extensión de este texto a decirles: “es una película más de Liam Neeson”. No hay más que analizar, es como intentar describirles las diferencias entre las papitas que comí ayer con las de hoy. Pero es un trabajo sucio y alguien debe hacerlo”.
Visualicen esto: en la segunda secuencia, conocemos al personaje de Liam de la forma más chévere posible. No importa que tenga 70 años, él maneja un Mustang a más de 100 kilómetros por hora. Al llegar a su objetivo, un campamento de remolques poblado por rednecks, analiza la situación en menos de un minuto y ¡pum! Explosiones, desconcierto y una agente a salvo mientras le reza una letanía de frases geniales. Ojo, en este punto, no han pasado ni 10 minutos de la película.
Su estereotipado personaje evoluciona acorde a la edad y la hija ya no es el objeto de su cariño: ahora es la nieta, una adorable niña que imita las actitudes paranoicas del abuelo de examinar todo su entorno. Además, recibe el mejor regalo de cumpleaños que alguien a sus 8 años podría querer, una picana eléctrica. Joya.
A favor, Luz Negra cuenta con un buen personaje de soporte en las manos de Emmy Raver-Lampman, a quien recordarás como Allison Hargreeves en The Umbrella Academy. Ella interpreta a la cómplice de Liam, el clásico cerebro de la operación que ayuda a hilar los cabos sueltos para entrar en acción. Además, sufre lo que todos los millenials pasamos de falta de reconocimiento al trabajo, un hogar minúsculo y la única compañía de una mascota. ¿Un personaje realista en una cinta de Liam Neeson? ¡Increíble! Es amena y definitivamente, una buena actriz para mantenerla en el radar.
El resto es la eterna persecución de siempre, con explosiones, balazos, guamazos y todo lo que ya conocen. Por más que hayan intentado esforzarse en introducir un elemento de thriller político, con esta supuesta crítica envuelta en el típico nacionalismo yankee, los antagonistas son tan sosos y estúpidos que es increíble que alguien haya puesto a ese individuo como director del FBI. Solo le faltó un bigote retorcido y que haya amarrado a la nieta de Liam a unas vías del tren para tener todo el cuadro. No hay cabida para las sorpresas, todo es un pretexto para avanzar a la acción.
Finalmente, ya basta con tanto product placement en estas películas. En Riesgo Bajo Cero fue triste pero aquí, puedes tomar la secuencia en la que Liam acomoda sus Bud Light en el refrigerador, toma una y se sienta ante el televisor y tener un comercial perfecto. Que no te sorprenda si a la salida te urge ir por una Pepsi, una pizza de Domino’s y las mencionadas cervezas. Pero ya estoy sobre analizando mucho esto, Luz Negra tampoco es para tanto.
Lo único que necesitas para disfrutar la acción clasificación B de Luz Negra son dos neuronas, tus palomitas y las expectativas más bajas que te sean humanamente posible. Desde el minuto uno, es predecible, tonta, sin conciencia alguna de giros argumentales, desarrollo, etc. Ya saben, todo elemento que favorezca el crecimiento de un guión. Por fortuna, Neeson cada vez es más consciente de ello y parece disfrutarlo cada vez más. Ya no se toma tan en serio y eso es bueno.
El hecho de que sigan haciendo estas películas a granel es más que suficiente para llevarse por un satisfactorio morbo. Luz Negra es un filme inofensivo e irrelevante, pero si solo quieres pasar una matinée divertida y libre de pretensiones en un cine cuya entrada no cueste más de 60 pesos, adelante. En un futuro, puedo imaginar a niños creciendo con Liam Neeson en las trilogías del canal 5, así como nosotros en su momento veíamos a Van Damme o Stallone. Créeme, existen cosas peores en la vida.
Nos leemos en unos meses más que estrene su nueva cinta, Memory, junto a Guy Pearce y Monica Bellucci. No puedo esperar por ver con que peripecias sale ahora.