Cine
Crítica de Gemelo Siniestro: otra película de terror condenada al botadero
Gemelo Siniestro no funciona ni para verse en el ADO. Podría recomendarse a los entusiastas de la fotografía pero sería mejor que buscaran los stills a gastar dinero en esto.
Bienvenido sea, querido lector, a su gustada sección “Películas para el botadero de Aurrera”. Desde Finlandia, llega Gemelo Siniestro, lo nuevo de Taneli Mustonen, autor que hace varios años dirigió un interesante slasher sobre los asesinatos del Lago Bodom. Esta vez, el director explora dos frentes: el horror psicológico y los elementos sobrenaturales, en un constante abuso a referencias de clásicos del género.
Así es, de nueva cuenta caemos presa de una cinta con grandes aspiraciones, demasiado predecible para sorprenderse y demasiado aburrida como para generar suspenso. Un desastre en el que ni siquiera la participación de Teresa Palmer, protagonista del hitazo Cuando las luces se apagan, puede levantar.
Gemelo Siniestro, otra cinta de terror para el olvido.
En Gemelo Siniestro, un matrimonio estadounidense conformado por Rachel y Anthony, decide mudarse a Finlandia para reiniciar sus vidas, alejados de la tragedia en la que falleció uno de sus hijos, Nathan, en un accidente automovilístico. Les sobrevive Elliot, gemelo del difunto que comienza a tener perturbadoras actitudes; es como si Nathan, en realidad nunca se hubiera ido.
Aunque al principio luce como una fase natural del duelo por parte del niño, pronto la misma atmósfera tétrica del pueblo mostrará su verdadera naturaleza que orillan a Rachel a la locura.
A pesar de mi introducción tan negativa, la película sí tiene una enorme virtud: su fotografía. El trabajo de Daniel Lindholm es impresionante en la forma que utiliza los altos contrastes y el claroscuro para retratar cada secuencia. Hay un plano abierto durante la escena de un ritual en el cual, las sombras se extienden hacia un lago cercano. Pero estas lucen gigantescas, como si se tratasen de espectros. Vaya incluso se nota que él también fue víctima de la torpe edición, pues hay algunos planos secuencias que parecían, iban a extenderse más.
Pero entre juegos de sombras no se puede ocultar la mediocridad y Gemelo Siniestro, es otro pastiche de clichés, rayando en plagio hacia El bebé de Rosemary (viéndome buena onda también). Mustonen intentó abarcar tantas cosas que su gran giro final es por completo inverosímil, reafirmado por un triste epílogo. En momentos, logra enfocar su atención, apoyado por el excelente manejo de cámara. Pero al no decidirse si apela más a lo psicológico o a lo diabólico, se vuelve redundante en cuanto al actuar de su protagonista.
También una lástima, pues Palmer llega a funcionar en el papel de madre desesperada por conocer la verdad que sus alrededores le ocultan. Hasta que es obligada a seguir las absurdas necesidades del guión, claro está.
Lo más triste es la forma tan superficial en la que evocan este supuesto paganismo… ¿Cómo es que invocamos por quincuagésima la imagen de Baphomet y la vendemos cómo si se tratase de folclor nórdico? Tampoco existe un esfuerzo por construir al pueblo como una fuerza antagónica más allá del intercambio de miradas penetrantes. El mal solo existe porque es necesario para avanzar. Mientras que en imagen vemos guiños interesantes al significado del círculo, la trama decide utilizar otro tipo de símbolos ajenos a la cultura. Oh Midsommar que daño le hiciste al crear esta escuela de horror pagano.
Ya debería existir una ley que prohíba sobre explotar la idea de tener niños diabólicos. Imagen: Corazón Films.
¿Haré otro manual de pasos a seguir para crear tu película de terror genérica? Claro que sí, pues a Gemelo Siniestro no le da pena repasar todos los trucos del libro.
- Todo lo malo ocurre a partir de una familia acomodada. Sin excepción. Estos son problemas del primer mundo. No es como si ya hubiese otro tipo de cintas del estilo His House que planteen otro tipo de escenarios.
- Debe haber una anciana que al principio, de la apariencia de ser malvada pero que termina siendo aliada del protagonista.
- El chamuco debe estar, sí o sí, presente de alguna forma, sin importar el más anticuado uso de imagen que pueda tener, para corromper al chamaco en cuestión.
- Un final donde, aunque ya se dio “punto final” al conflicto, te demuestre que el mal siempre estará presente. Nada más a Sam Raimi le sale y eso, a veces.
Gemelo Siniestro no funciona ni para verse en el ADO. Podría recomendarse a los entusiastas de la fotografía pero sería mejor que buscaran los stills a gastar dinero en esto. Todo podría perdonarse, al menos como comedia involuntaria, si no tuviese un ritmo tan lento. Mejor vuelve a ver El teléfono negro o ahorra esos pesitos para Crimes of the Future o Nope.