Cine
Oscar a Mejor Corto Animado 2023: Análisis, predicciones y cómo ver los nominados
La gran premiación de Hollywood está a la vuelta de la esquina y en Pólvora hacemos un análisis de los proyectos aspirantes a ganar esta categoría
La temporada de premios está por terminar con la entrega más comercialmente esperada de todas en el mundo del cine, ni más ni menos que los Premios Oscar y en Pólvora toca analizar y dar un pronóstico de quién se llevará el premio en una de las categorías más peleas de todas en este 2023: Mejor Corto Animado.
The Flying Sailor, de Amanda Forbis y Wendy Tilby
Amanda Forbis y Wendy Tilby están de vuelta en esta premiación después del éxito obtenido en anteriores proyectos como When the Day Breaks (1999) y Wild Life (2011). La dupla de artistas, que se conoció estudiando animación, tienen la tercera oportunidad de llevarse el preciado galardón de la industria cinematográfica a casa con un relato basado en una historia real.
Producida por el National Film Board de Canadá, la historia se ubica en 1917, en el justo momento donde dos barcos chocan en un puerto y ocasionan una explosión que destroza a toda la pequeña población cercana al hecho. Entre los afectados, un marinero sale volando hacia el cielo y lo acompañamos en un viaje existencial alrededor de su vida mientras espera a caer y saber su destino final.
Forbis y Tilby usan su habitual estilo tradicional de animación para ofrecer una reflexión interesante acerca de la vida y la muerte durante los 8 minutos de duración en los que la música del compositor Luigi Allemano juega un papel fundamental para ese viaje. Asimismo, llama la atención que no necesita un solo diálogo para transmitir la experiencia, solo la magia de las ilustraciones y el sonido.
A pesar de lo bello y hasta poético que se puede considerar este proyecto así como de la innegable capacidad artística de las directoras, es posiblemente el nominado que menos chances tiene de ganar esta ocasión. Sin embargo vale la pena darle una ojeada por su cuestión existencialista acerca de lo efímero de la vida; lo pueden mirar al darle click aquí.
My Year With Dicks, de Sara Gunnarsdóttir
Una adolescente de 15 años nos cuenta, a través de una especie de formato documental satírico animado, la historia acerca de su determinante búsqueda por perder la virginidad a pesar de que las opciones entre hombres en el Houston de principios de los años 90 no sea la más ideal para lograrlo.
Sara Gunnarsdóttir toma las memorias escritas por Pamela Ribon (oh si, la creadora de historias de Disney como Moana o Wifi Ralph) para crear un divertido universo femenino en My Year of Dicks, obteniendo su primera nominación al Oscar con una obra que explora temas poco vistos acerca de la feminidad a través de este alter ego animado de la reconocida autora.
Destaca no sólo la dirección artística en la animación o el interesante montaje a través de capítulos durante la poco menos de media hora de duración del corto, sino también la manera realista de aproximarse a estos temas que, en pleno 2023, parecen seguir siendo tabú para muchos. Es un viaje a través de la imaginación de la narradora mezclando estilos diversos como el anime, rotoscopía y gráficos en 2D.
Inicialmente hecha para ser una producción televisiva, la estética y creatividad de ambas mentes detrás del proyecto hacen de esta propuesta una gran contendiente, pero cuyas probabilidades de llevarse el monito dorada a casa se ven complicadas en una terna bastante competitiva. Este hilarante pero reflexivo corto acerca de la sexualidad e identidad femenina en plena pubescencia pueden checarlo si siguen este link.
An Ostrich Told Me the World Is Fake and I Think I Believe It, de Lachlan Pendragon
“¿Qué es real, como se define la realidad?“, citaba sabiamente Morfeo en la joya de ciencia ficción Matrix (1999) de las Hermanas Wachoswki. El realizador australiano Lochlan Pendragon lleva esta cuestión a los mundos de la animación, específicamente al stop motion, dotándolo de un toque fársico y hasta perverso para realizar An Ostrich Told Me the World Is Fake and I Think I Believe It, convirtiéndolo en una locura tan meta como creativa.
Jugando entre la concepción de un documental de realización de un proyecto con la narrativa del corto mismo, la trama gira alrededor de este mundo de ficción donde la creación artística literalmente se revela de diferentes formas durante la historia. Es con momentos en que una avestruz cuestiona la realidad de ese universo o la caída de partes de algunos personajes de los cuales el protagonista está consciente, que este juego se convierte en un ejercicio por demás interesante.
La experiencia de este relato nos obliga ano decir mucho más acerca del mismo, pues es un viaje extraordinario de creatividad, filosófico y divertido que encuentra sus mejores puntos no sólo en ello, sino en una sólida estética visual que de repente se vuelve una pesadilla para el protagonista (¿lo es?), no dejando de lado el sentido del humor que su mismo título refleja. Sin duda es la historia más propositiva dentro de los nominados al Oscar de este año, no se lo pueden perder. Pueden disfrutar de esta locura meta divertida y experimental si siguen este link.
Ice Merchants, de João Gonzalez
Diariamente, un padre y su hijo se levantan para trabajar en una helada montaña. ¿Su misión? Lanzarse en paracaídas desde su casa, que reside pegada al frío acantilado, para llegar a tierra y visitar un pueblo en el que venden el hielo que producen a diario. Sin embargo, su rutina sufre un doloroso cambio que tendrán que enfrentar juntos.
Ganadora del Premio Internacional Rigo Mora en la edición 37 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara y después de su gran estreno en Cannes, el portugúes João Gonzalez, que es animador, ilustrador, músico y director, entrega un relato lleno de corazón en su debut como cineasta profesional utilizando la técnica de animación tradicional 2D.
Su forma de usar los colores, en específico el rojo que contrasta con todo lo blanco alrededor del universo de los protagonistas, es hermoso. Además, se nota una madurez narrativa en este proyecto que es una constante de su trabajo, regalándonos otra obra que no necesita del uso de la palabra para poder cautivar al espectador.
Desde el diseño de los personajes, la locación de la casa, pero sobre todo la cuestión narrativa de usar la relación amorosa de padre e hijo como hilo para una metáfora acerca del calentamiento global y el daño a la naturaleza que le hacemos al mundo, el portugués cuida cada pequeño detalle para resolver la trama en un conmovedor momento lleno de sensibilidad artística.
De alguna manera y con los breves trabajos que este artista ha entregado, se nota una vocación nata así como algunos confines temáticos como la precariedad de la vida, los constantes cambios y lo duro que es enfrentarlos. Este precioso relato con mensaje a favor del medio ambiente lo pueden mirar aquí, sin duda uno de los fuertes candidatos para llevarse el Oscar a casa, de no ser por la siguiente animación.
The Boy, The Mole, The Fox and the Horse, de Peter Baynton
Basada en el texto de Charlie Mackesy y con el talento de actores de la talla de Tom Hollander (el topo), Idris Elba (el zorro) y Gabriel Byrne (el caballo), el realizador Peter Baynton le da vida a través de a animación a las palabras de este relato que, a pesar de su aparente sencillez, ofrece una profundidad en sus lecciones, recordando la hechura de los cuentos clásicos de antaño.
Esta fábula tiene el corazón bien puesto. A través de la soledad de un niño que busca regresar a su hogar, nos encontramos en una travesía donde cada uno de sus peculiares acompañantes animales dejará valiosas lecciones acerca de la amistad, la sinceridad, la vida y muchas cuestiones más, dotándolo de la suficiente filosofía argumental que se pone al alcance de toda la familia.
Durante la poco más de media hora del relato, Baynton, auxiliado por el poder de las animaciones creadas por Mackesy, la adaptación de esta memorable obra infantil resuena por su estilo tradicional que remite al impreso sin restarle la profundidad natural del mismo. Poco a poco, el espectador se relaciona con los personajes, quienes comparten sus miedos, secretos, diferencias , creando un vínculo entre los cuatro para convertirse en un grupo de ‘exiliados’ decidido a hacer todo por cualquiera de ellos.
Este factor, la empatía sobre las diferencias, se vuelve uno de los centros de atención de esta pequeña historia, apegando al sentido de la comunidad sin caer en un sentimentalismo panfletario, sino más bien en frases reflexivas pegadoras con las que cualquiera se puede identificar. Asimismo, el placer visual es innegable en esa constante búsqueda de la luz que los cuatro tienen pero que, eventualmente, descubren que está en el lugar más inesperado.
Ganador del BAFTA por Mejor Cortometraje Animado, esta bellísima historia con ciertos tintes de guía de vida a través de la simpleza, elegancia y respeto por la audiencia, la pueden disfrutar exclusivamente en AppleTV. Por mucho, es la gran favorita para llevarse el Oscar este año ante un mensaje de integración y pérdida que sigue resonando después de la pandemia.