Cine
Tornados: Un buen y entretenido drama de acción con Glen Powell
La nueva cinta del director Lee Isaac Chung, hace que enfrentemos el aburrimiento y montemos nuestro entretenimiento desde la butaca para pasarla bien en un viejo oeste moderno y lleno de adrenalina.
Estamos ante la época de las infinitas secuelas, remakes y adaptaciones de ciertas películas por lo que el director Lee Isaac Chung (Minari) tomó las riendas de una historia que comenzó hace casi tres décadas y la expande para aventurarnos a cazar una nueva aventura en Tornados con la compañía de Daisy Edgar-Jones, Glen Powell y Anthony Ramos.
Las películas de desastres naturales suelen ser muy entretenidas, exageradas -sí, te hablo a ti 2012- y llegar a ser un colapso de proporciones bíblicas que se puede volver un placer culposo para el espectador y en las cuales, se puede alterar mucho la realidad del espectador para querer formar parte de algo así, esto con la finalidad de ver cómo te las ingeniarías para sobrevivir a tal catastrofe.
Cintas como Volcano (Mick Jackson, 1997), El Pico de Dante (Roger Donaldson, 1997), El Núcleo (Jon Amiel, 2003) y En El Tornado (Steven Quale, 2014) las cuales tienen ese factor de desastre y peligro. Todas manejado ritmos diferentes para desarrollar su trama, o siendo explotados por la eficacia de las actuaciones o el mismo desastre al cual se enfrentan conforman este crisol donde, muchas veces, la fuerza de la naturaleza es más fuerte que los propios personajes dentro de la historia.
No podíamos dejar de lado la cinta Tornado (1996), dirigida por Jan de Bont -aquel que nos trajo Máxima Velocidad con Keanu Reeves y Sandra Bullock- con las actuaciones de Bill Paxton, Helent Hunt, Cary Elwes y Philip Seymour Hoffman con un guión de Michael Crichton y Anne-Marie Martin, que no fue la punta de lanza dentro del género de la aventura, ciencia ficción y suspenso, pero el ritmo y la constante acción no daban un espacio para cuestionarnos los errores, pero si nos regalaba vacas volando y una energía detrás de un romance en medio de un caos rural de principio a fin que resultaba convincente.
Aquello era más que un desastre entretenido, una especie de reunión de dos almas que se alejaron en un día soleado de su destino y donde el caos ambiental fue pieza clave para su unión. Los efectos especiales con el paso del tiempo han envejecido decentemente, y sí, siguen siendo los protagonistas. Si revisitamos lo dirigido por de Bont, desde el minuto uno nos hace ansiar la devastación, los chistes sutiles y combinados con lo que sucede en pantalla, las escenas aterradoras y más de la actuación de Paxton y Hunt como un dúo increíble.
Ahora tenemos una nueva visión de esa película, con esta secuela directa que no trae de vuelta a los personajes de la anterior entrega y no busca conectar tan formalmente con su antecesora. Pero tampoco se decanta por repetir meramente la fórmula probada. Tornados tiene elementos que nos harán disfrutar de una película bastante entretenida si es que no somos muy exigentes para nuestro gusto cinematográfico.
De qué va Tornados
Kate Cooper (Daisy Edgar-Jones) era alguien apasionada por el estudio meteorológico y una antigua cazadora de tormentas. Pero luego de que ella y su equipo tuvieran un encuentro devastador con un Escala Fujita de nivel 5 (EF-5) al cual no pudieron estudiar y entender del todo, hará que Cooper tuviera una herida para toda la vida y un trauma como culpabilidad por tal suceso.
Cinco años han pasado y el pasado alcanza a la joven, atraída de nuevo a los territorios sureños por su amigo Javi (Anthony Ramos), el cual pide a Kate que se una al proyecto de “Storm PAR”, un sistema revolucionario de seguimiento de tornados, ya que ella es la única que puede adentrarlo al tornado de la manera correcta. Aunque Kate no quiere, sabe de cierta forma que puede ayudar a la gente con esto e intentar sanar un capítulo triste de su vida.
En su camino se cruzarán con Los Cazadores de Arkansas, liderados por el cazador, domador de tornados y encantador como imprudente superestrella de las redes sociales, Tyler Owens (Glen Powell), conocido por publicar sus aventuras en estos eventos meteorológicos y que su lema es: “Si lo sientes… ¡Ve tras él!”.
Ambos equipos comenzarán una carrera contra el tiempo y la naturaleza en múltiples caminos, donde se desatarán fenómenos aterradores nunca vistos en Oklahoma y en donde intentarán sobrevivir librando la batalla de sus vidas contra la madre naturaleza y Tornados infernales.
“La categoría de un tornado, no se basa en su tamaño o velocidad, se basa en el daño que causa. En lo que destruye y lo que nos quita.”
Si algo hay que aplaudirle a Tornados, es que es una genial secuela que no depende de la nostalgia del pasado, y solamente hace un par de guiños con pequeñas piezas -Dorothy IV- como ciertos momentos de tensión o drama que nos hará recordar a los personajes de Bill y Jo Harding (Paxton y Hunt respectivamente), funcionando bien dentro de su género tomándose libertades para desarrollar su propia cacería e historia sin depender enteramente del pasado.
Tornados (Twisters) es dirigida por Lee Isaac Chung, ganador de un Globo de Oro por la película extranjera y autobiográfica de Minari (2020) y nominado a mejor director y guión original por la misma. Y puede que para algunos sea raro verlo trabajando en un blockbuster, pero de cierta manera es más común hoy en día para intentar posicionarte un poco más para la gran taquilla y no solamente en un pequeño sector cinéfilo.
Chung hace malabares al recibirnos con un prólogo que nos dará a conocer la historia de Kate y su equipo; amenizando el ambiente con una pizca de reggaetón de la vieja escuela al escuchar de fondo: “Salió el Sol” de Don Omar, algo que, si analizas rápidamente por el simple título de la canción funciona de manera chistosa y hasta extraña para el contexto de la película y ese momento que vendrá y pondrá un punto y aparte al tono de la cinta.
Dejándonos saber que en ciertos momentos el tono de la película puede cambiar de manera brusca o tomarse su tiempo para construirse y quizás siendo esto último donde su director Isaac Chung no establece un sentido o identidad en su drama personal, aventura y ciencia ficción como el terror con el suspenso de ciertas escenas que se ejecutan en pantalla grande.
No es posible catalogar a Tornados en una sola cosa. Ya que este trabajo va como pequeña montaña rusa y a su propio ritmo, a veces más o menos, pero es algo que funciona sin que le echemos mucha ciencia. Ojo, que esto no es para apagar tu cerebro, es más para dejarte llevar y apelar a ese entretenimiento que da gusto.
Si la cinta de 1996 nos daba un drama romántico y un poco de acción, esta cinta nos brinda acción y otros aspectos mejor nivelado gracias a la historia original de Joseph Kosinski, la cual nos cuenta sobre los miedos y cómo domarlos y hasta enfrentarlos, llegando al ojo de la misma tormenta. Algo que por momentos se transmite bien en el guion de Mark L. Smith y que se puede sentir en pantalla, pero que no resulta ser perfecto.
Tornados hace que nos olvidemos del romanticismo y apelemos más por la aventura y cacería alocada, así como el drama personal de cada personaje -no tan efectivo, pero si estable- de mayor y menor forma y cómo la destrucción natural les afecta para ser el personaje que son dentro de esta historia.
Es así que la historia de Kosinski y el trabajo de Smith dentro del guion, se enfocan más en ese drama y viaje personal de nuestra protagonista, pero iguala su fuerza en darnos una aventura y confrontación como cacería de equipos para el desarrollo de esta y que ahí pese la acción. Aunque sin olvidarnos del factor social que cumple de pequeña manera este trabajo, al mencionar que luego de una devastación las ratas y buitres con traje pueden sacar provecho de estos sucesos.
Cada pieza en Tornados tiene un propósito, cada historia tiene una línea y cada canción country que sale en la cinta para amenizar ciertas secuencias, nos piden ser como esos vaqueros habidos por la cacería de lo desconocido, y donde por momentos, nos harán ser parte de un video musical. De ahí que escuchemos algo del cantante Luke Combs en cierta parte dentro de la cinta con ´Ain´t No Love In Oklahoma´.
Aunque esto no es un problema enorme para uno, quizás lo sea para algunos-, no hay punto alguno donde la banda sonora de la cinta destaque más que esos acentos sureños y llenos de nostalgia o fe, llevándonos a una extraña ambientación de los 90´s con guitarras y ver a lo lejos un sol levantándose por la carretera mientras varios Tornados se aproximan.
Muy a lo lejos y por encima podríamos hablar sobre los efectos especiales en Tornados. Y vaya, es notorio que, en el poder visual, la anterior cinta se mantiene vigente y acá, a veces ese poderío visual no destaca del todo por la calidad de efectos que podrían destacar únicamente en una pantalla bien definida o hasta en IMAX. No, no hace falta que revises tu vista.
No queremos decir que este demasiado mal pero es notoria “la animación”, pero no es tanto para que no pueda volar una vaca o hasta gallina en todo esto. Cabe mencionar que cuando vemos a la fuerza natural y antagonista de esta entrega que son los tornados, estos imponen al tener un color gris u oscuro y ser enormes apareciendo desde el fondo de la pantalla o de la nada y desde combinarse hasta con el fuego.
Dejando en claro que no podrán hacerlos lucir más aterradores con la calidad de efectos que se maneja, pero dentro de la historia, con su simple presencia están listos para llevarse todo a su paso como grandes kaijus ciclónicos del cine.
Un añadido para que no se caigan mucho los efectos especiales es que tenemos acá la fotografía de Daniel Mindel, que de cierta manera ayuda a que los paisajes y esos tornados se vean más temibles a la hora de los verdaderos clímax y momentos donde la película tiene que ser desastrosa en el buen sentido que el entretenimiento requiere.
Daisy Edgar-Jones como Kate Cooper será el factor y punto del drama, donde veremos avanza a paso lento dentro de la historia para enfrentar sus miedos y que así veamos su evolución a la par que cada tornado evoluciona. Jones no brindará la mejor actuación de su carrera o dentro de la cinta, pero se compromete y logra que empaticemos con ella y su miedo, así como su liderazgo que destaca en ciertos puntos dentro de la historia.
A su lado esta Glen Powell como el cazador y domador de tornados, Tyler Owens, personaje que es el vaquero ideal por excelencia en imagen, pero que es llevado por otro lado -con una pizca de sabelotodo- en el guión de Smith. Un hombre que no ha enfrentado sus miedos, sino los ha montado y busca ayudar a los demás para que no sufran lo mismo que él.
Ambos actores son un dúo bastante interesante en pantalla y para Tornados, donde cada uno tiene su fuerza de arranque y empuje y ninguno opaca al otro, funcionando como la mente y el cuerpo que debe tener este espectáculo de desastre.
Aunque de Bont nos dejó una buena cinta en su tiempo, la cual sigue vigente y que con el pasar del tiempo no se siente que haya envejecido, Lee Isaac Chung demuestra su inconsistencia en el ritmo al tratar de revitalizar ese mundo y concepto, pero sabe posicionarnos de nuevo en el mapa para que entendamos lo que significa una película de aventura y suspenso para el verano y la gran taquilla, añadiendo su dosis de ciencia ficción, drama y comedia certera sin caer en lo absurdo.
Tornados no podrá aportar nada nuevo al género, pero sin duda alguna vale el precio del boleto, haciendo que cada uno enfrente su aburrimiento y monte su entretenimiento desde la butaca para pasarla bien en un viejo oeste moderno y lleno de adrenalina por momentos.