Cine
El Ladrón de Perros: “”Todos son personajes solitarios, todos quieren un poco ese cariño”
Platicamos con el cineasta Vinko Tomicic sobre El Ladrón de Perros, un filme que retrata la búsqueda de un joven por conocer el amor parental.
Uno de los cines que más ha dado de qué hablar últimamente es el chileno, con realizadores como Pablo Larraín y Maite Alberdi, por decir algunos, que han creado relatos memorables. Ahora llega El Ladrón de Perros, dirigida por Vinko Tomicic, con quien hablamos en Pólvora sobre este filme que se presentó ya en festivales como TRIBECA y el FICG 39.
Del recuerdo al guion: la génesis de El Ladrón de Perros
“La primera idea surge de un lado de la historia del ladrón de perros que es el recuerdo que tuve de un chico lustrabotas que vivía en mi barrio en la ciudad de Coquimbo, Chile, donde crecí. Se llamaba Martín en la vida real y nunca más lo volví a ver. Luego todo toma fuerza cuando en el 2015 viajo a Bolivia, país con el cual tengo una gran conexión también, y vi a los
lustrabotas, un oficio muy común, que tienen una particularidad pues trabajan con el rostro cubierto con un pasamontañas para así evitar que los reconozcan y ser discriminados”, rememoró el realizador chileno sobre cómo comenzó esta historia.
“Ahí encontré ese potencial creativo, como una metáfora visual muy fuerte de lo que era el uso del pasamontañas. Fue todo un proceso que llevó prácticamente seis años de desarrollo y ocho años hasta la concreción de la película para sumergirme en el universo de ellos cuyo detonante fue esa metáfora visual del rostro cubierto y de este joven que buscaba ser reconocido por este señor que él cree que es su padre además de una búsqueda de identidad en ese momento tan importante, que son los últimos momentos de su adolescencia pasando casi a la adultez“, añadió Tomicic.
Orfandad y clasismo: los temas de El Ladrón de Perros
Claro que, además de esa cuestión del amor parental, la orfandad es otro de los temas principales de este filme de Vinko. “Ahí está el corazón de la película. Si bien hay toda una línea argumental que el nombre ya lo indica, lo profundo, más allá de esta anécdota narrativa, es la orfandad, el deseo y vacío que tiene Martin y hasta dónde está dispuesto a llegar para intentar completarlo en su deseo de tener un poco de amor. Creo que en todo momento es lo que intenté retratar. Esa soledad y búsqueda de identidad como resonancia que deja el querer conocer el amor parental o la ausencia del mismo”.
Este tipo de tema ha sido frecuente en la filmografía del director chileno. “En mi primer corto, que también estuvo en Festival de Guadalajara en 2015, que se llama Durmiente, trabajé con una relación padre-hijo con una ausencia materna. Después, mi primer largometraje, que fue una codirección junto a Francisco Hevia, que se llama El Fumigador, también trabajé lo que era una relación madre-hijo con ausencia paterna, Y ahora fue trabajar la orfandad. Eso es lo que me gusta a mí hacer en cine, trabajar con personajes que están expuestos a darlo todo, por más que el panorama sea muy adverso para cumplir ese deseo”, confesó.
Otro de los temas que fluye en El Ladrón de Perros es el clasismo. Al respecto, Vinko expresó: “En Bolivia existe una gran migración, campo-ciudad y siempre ha habido una ola grande de migración de gente campesina que se iba o venía de pueblos originales que buscan una vida en la ciudad y tuvieron una persecución por parte del gobierno porque decidieron que era una actividad ilegal. Eso fue como un estigma muy grande que, hasta el día de hoy, está vigente. Y
Martín lo sufre tanto trabajando como con sus propios compañeros“.
“Es muy duro pero esa discriminación se sufre en todos los niveles. No es solo de la clase alta hacia la clase baja y a veces suele ser mucho más dura en tu propio nivel social. Toda la parte del bullying de la película surge también a partir de observaciones reales que ocurrieron en el proceso de desarrollo de la película, pues todos los chicos que trabajan en el filme han sido lustrabotas también. Entonces son experiencias que muchos de estos chicos han vivido en su cotidiano“, complementó el chileno.
Produciendo en Latinoamérica: los retos y secretos detrás de El Ladrón de Perros
Levantar un proyecto cinematográfico siempre es complicado, pero para Vinko hubo muchos retos que enfrentó para concretar este filme. “Bolivia no cuenta con ningún fondo o apoyo público. Solo tuvimos un pequeño apoyo municipal de la Ciudad de La Paz, pero es muy difícil financiar una película. Eso hizo que el proceso fuera tan largo y ahí vino la ayuda tan importante de México, Chile y Ecuador desde Latinoamérica y se terminó incorporando también Francia e Italia“.
“Además, al no tener el dinero para ejecutar el rodaje, se nos sumó otro gran problema que fue la pandemia. Estuvimos muy cerca de filmar el año 2020 pero se suspendió por ello. Luego retomamos en el 202 pero todo el presupuesto que teníamos nos alcanzó al límite para filmar porque subió mucho el valor del presupuesto por las condiciones del COVID. Y luego del rodaje
estuvimos prácticamente dos años esperando terminar la película porque no teníamos dinero para la postproducción. Hacer cine es muy complejo y uno se ve obligado a hacer coproducciones para intentar cerrar el presupuesto“, agregó el chileno.
A pesar de ello, El Ladrón de Perros tuvo la fuerza suficiente para incluir a una leyenda de la actuación en sus filas como es el chileno Alfredo Castro. “Siempre quise hacer una película con él. Muy generoso, aceptó tomar la película sabiendo que iba a trabajar con actores naturales. Y el gran desafío fue encontrar el equilibrio entre ambos. Creo que es importante mencionar que también tenemos a Teresa Ruiz, gran actriz mexicana y los chicos no podían creer que estaban trabajando con ellos. Eso ayudó mucho a que ellos actuaran mejor aún“, afirmó Tomicic.
Con Castro todo derivó de una coincidencia cinematográfica. “Conocí a Alfredo en el Festival de Cine de Santiago de Chile, en el 2016, cuando estuve con mi anterior película. Le conté del proyecto, seguimos en contacto y él aceptó, por supuesto, leer el tratamiento. Le encantó y ahí generamos una relación hermosa. Él fue súper importante en el proceso también de la película porque nos hacíamos ida y vuelta, me daba mucho feedback, también conversamos mucho sobre el proceso de escritura del filme“, manifestó.
“Alfredo y Teresa tuvieron el reto de mimetizarse con estos chicos para encontrar ese punto de equilibrio. Y obviamente ese fue mi trabajo como director, trabajar para que no hubiera una brecha en sus interpretaciones y que ambas partes estuvieran en el mismo tono. Pero creo que se logró. La verdad es que fue una experiencia hermosa mezclarlos”, apuntó el oriundo de Coquimbo.
Influencias y simbolismos para El Ladrón de Perros
Existe una interesante situación en la cinta del chileno que nos remite a un clásico italiano, El Ladrón de Bicicletas de Vittorio de Sica. Al respecto, el realizador declaró: “Nunca la había visto y mientras hacíamos la edición, lo hice. Cuando pasó, no podía creer que mi cinta era igual en los primeros minutos. Entonces pensé que había dos opciones: O le hacemos un gran homenaje a ese gran clásico o esto era una copia. Al final, creo que pasó a ser lo primero porque El Ladrón de Perros es diferente pero si está contagiada del alma del neorrealismo italiano, filmado en condiciones de bajo presupuesto y que forma parte de cómo hacemos cine en Latinoamérica“.
“Existe en ambas esa naturalidad de apropiarse, de entrar en lo real, todo eso es algo que es propio de nuestro cine latino. Ahora, el juego con el nombre, por supuesto que le hace honor al Ladrón de Bicicletas, porque inicialmente la película se llamaba solo Perros. Luego lo cambiamos a El Ladrón de Perros. Y la verdad es que algo tiene, hay una energía rondante en nuestra historia que creo se conecta con ese neorrealismo italiano“, añadió.
Pero este filme también depende de esos lazos y vínculos que los protagonistas van creando entre sí, especialmente entre Franklin Aro, que da vida a Martin, y el perro. “Estuvimos meses generando una relación cercana entre ellos. Porque el can se ve que es un amor pero era un perro policial entrenado, nadie se le acercaba más que su amo. Y logramos con el entrenador romper esa barrera y el perro amaba a nuestro actor. Entonces también es como uno va creando los vínculos”, expresó.
Este lazo fue creando un triángulo simbólico entre Martin, el Señor Novoa y el perro, mismo que adquiere importantes simbolismos a lo largo del filme. “El Ladrón de Perros está cargada de muchas escenas e imágenes así. Pero ese momento cuando está Martín tirado en el suelo, en el piso con Astor el perro, creo que marca esa conexión. La trama está construida como un triángulo. Así lo trabajé desde la escritura, cómo el crescendo e increscendo de la relación entre ellos“, manifestó Tomicic.
“Todos son personajes solitarios, todos quieren un poco ese cariño. Entonces, en un momento Martín comienza también a encontrar ese cariño con el perro. Y el señor Novoa también con Martín. Y él con el señor Novoa. Me acuerdo que en un momento alguien nos sugirió que el póster debería tener a los tres unidos por una cadena de oro. Y la escena final cuando están conversando Martín con el señor Novoa, el perro está al medio también. Constantemente jugamos con ese triángulo, sin duda“, concluyó el director.