Reseñas Discos
Green Day – Father of All Motherfuckers
Justo cuando parecían retomar el rumbo…
Cuando Green Day lanzó Revolution Radio en 2016, sentí que finalmente retomaron la relevancia que por muchos años, ellos mismos se habían limitado. Recuerdo lo mucho que sonaba en mis audífonos “Troubled Times” durante la toma de posesión de Trump, como si se tratase de un consuelo ante el clima político del momento. Era normal sentir hype hacia su nueva placa, Father Of All Motherfuckers, cuando esta fue anunciada. Se sentía un regreso a una era contestataria que al final, se desvaneció. Como fue en su momento el paso de American Idiot a 21st Century Breakdown.
Father es una pieza con buenas ideas perdidas en lo irrelevante de su música. En los primeros tracks, “Father of All…” y “Fire, Ready, Aim”, abunda una estúpida sobre producción donde se resalta un sonido plástico, falso y mundano. Es pop en su máxima expresión pero sin alma, sin la diversión característica del trío. El bajo de Dirnt es inexistente, la voz de Billy es reemplazada por cual asset de computadora se les haya venido en mente y ah, como abundan los beats repetitivos, los coros tipo “uh-uh-uh” y la melcocha digerible para el escucha. Ni “Oh Yeah!”, donde al fin parece que canta el héroe de Suburbia, se salva con todo y sus sampleos a Joan Jett. Es música para comercial de Sears.
“Stab You In The Heart” es por mucho, la mejor canción de todas. Aunque sea un ritmo rockero bastante genérico, es efectivo, y lo más importante: tiene carisma. Le sigue “Sugar Youth”, otro enorme esfuerzo de mantener la llama encendida que resalta por su velocidad y el mayor ejemplo de ingenio en las letras: “I’ve got a fever, a non-believer, and it’s killing me, Like a high school loser that will never ever, ever, ever fuck the prom queen”. Genial.
El resto es un desenlace irregular con brillos ocasionales como “Take the Money and Crawl”, otra canción divertida y un puñado de relleno sobrante de Revolution Radio, con todo y el mismo jodido filtro en la voz de Billy. Para este punto, el efecto de aplausos para fiesta de sweet sixteen en pueblo perdido de California, ya cansa, como en “Meet Me On The Roof”.
Cuesta trabajo creer que una banda que solía demostrar gran curiosidad por experimentar con diversos géneros como en el excelente Nimrod o en Warning, solo quiera reducirse a un tópico temporal basado en el éxito que tuvieron hace más de 15 años con American Idiot. Nadie los culpa por querer seguir siendo una voz en pro de las causas sociales pero con un sonido tan reciclado, lleno de filtros y composiciones tan conformistas, resulta en un mensaje poco creíble.
Father of All Motherfuckers es un triste intento de un grupo más preocupado por el aspecto visual (porque eso sí, los videos y sus vestuarios son excelentes) que por brindar hits memorables no solo a sus seguidores de toda la vida, sino a una nueva generación ansiosa de tener sus propios himnos de resistencia a ritmo de la otrora furiosa lírica de Billy. Joder, hasta parece increíble que su “Back in the USA” de hace apenas dos años, fue hecho por otra banda completamente distinta.
Si Green Day no se tomó la molestia de profundizar en sus propias canciones, ¿por qué su público debería devolverles semejante importancia? No hay mejor analogía, entre su álbum pasado y este: el anterior, amenazante ante la llegada del hombre naranja a la Casablanca. Este, una charada inofensiva, al igual que el gobierno de ese individuo. Al menos no dura ni media hora…