El domingo 8 de marzo la Ciudad de México se “paralizó” con la histórica marcha del 8M, donde miles de mujeres salieron a las calles de la ciudad para protestar en contra de los feminicidios y de la violencia que sufren día con día. Pero a pesar de que toda la atención estuvo centrada en la marcha, en la CDMX ocurrieron eventos ajenos a este movimiento como el concierto de la Banda Bostik en el Metropólitan. 

Si bien el motivo de este show era celebrar los 35 años de la banda más rockera de Tlalnepantla, todo tomó un rumbo distinto y lo que vimos esa noche en el recinto emblema del Centro Histórico fue un show dedicado a la mujer rockanrolera, mismo que comenzó con la participación de los teloneros La Ilustre Perrada. 

Con todo el poder de su rock perrón, esta ilustre banda nos reafirmó que la escena del rock urbano sigue estancada en lo mismo, sin atreverse a hacer algo diferente. Aún así, la honestidad y las ganas de La Ilustre Perrada junto a rolas como “Perro por tu Amor”, lograron convencer a todos aquellos que nos rifamos la misión de llegar temprano. 

A diferencia de otros conciertos, el cambio de set no tardó nada y en pocos minutos el staff dejó listo el escenario para recibir a los protagonistas de la noche. Con un sillón rojo en medio, la Banda Bostik llegó a escena para ser recibidos por algunos gritos pero principalmente por un chingo de mentadas de madre… Obvio como muestras de cariño. 

Cada integrante y músico de la Bostik tomó su lugar, incluyendo al Guadaña que debido a un accidente tuvo que permanecer casi todo el concierto en su trono rojo. “La Rola de Johnny” y “Qué Fácil”, fueron las primeras del set en las que por momentos nuestra atención se centró en una de las coristas, quien portaba un pañuelo verde como apoyo a la marcha y al movimiento feminista.  

Si algo caracteriza al vocalista de la Bostik es su honestidad y su forma directa de decir las cosas. Por eso sus primeras palabras fueron dedicadas a las mujeres del público: “No se dejen. Aunque sea su familiar (…) demándenlo, repórtenlo, acusenlo”. Con estas palabras como intro, “Guerreras del Rock” sonó fuerte y claro en el Metropólitan.  

Al ser una celebración de sus más tres décadas en el rock, en el set hubo de todo un poco desde algunas nuevas como “Trascendencia” hasta unas joyitas olvidadas como “Reflexiones”. Sin importa su lesión, el Guadaña siguió siendo un profesional en el alcoholismo y en “El Adiós de un Alcohólico”, no perdió la oportunidad de brindar con toda la banda. 

Tras escuchar la nostálgica “A Mi Padre”, tocó recibir a los primeros invitados especiales e inesperados de la noche. Trajeados y bien vestidos, Los Dandys llegaron para tocar “Dolor de Madre“, en una versión bolero rockanrolero que realmente no fue tan bien recibida por la gente, provocando que Los Dandys se ganaran unas cuantas rechiflas. 

“Aquí nos vamos a quedar hasta que acaben las marchas“, advirtió el Guadaña con buen humor para seguir  la fiesta rockera con “¿Dónde Estás Hermano?”, “Falsa Sociedad” y otra olvidada pero rifada, “Juan Sin Miedo”. Una vez más el líder de la Bostik habló y antes de tocar “Ah, Eres Tú” dijo: “La música no tiene género”, refiriéndose a que esta rola puede ser dedicada tanto a hombres como a mujeres.  

Al finalizar “Así Está Bien”, por fin vimos a uno de los invitados que sí nos emocionaba bastante. Directamente de Interpuesto, el talentoso Gonzalo Olvera apareció en el escenario y de inmediato se sentó en el trono del Guadaña para cantar junto con él: “Sexo y su Realidad”. 

Sin embargo, lo mejor de esta colaboración vino con uno de los clásicos de la Bostik: “Déjala Ser”, que como siempre estuvo acompañado por las honestas palabras del Guadaña: “Esta rola es muy importante este día (…). El mensaje es, si la ves que tiene ganas de divertirse, a ti te vale madre cabrón“. 

A partir de ahí, la raza entró en calor y por fin se divirtieron como se debe. Ya sea desde sus lugares o en los pasillos, muchos empezaron a sacar sus mejores pasos rockanroleros a ritmo de “Exceso de Drogas”, “La Calle y yo” (Con Armando Palomas) y otra de las consentidas, “Perdido”. 

Con todo el respeto y la admiración del mundo, El Guadaña presentó a uno de los músicos más importantes de la escena del rock mexicano. El Haragán llegó sin compañía pero con muchas ganas de echar el rock, por eso no perdió tiempo para ponernos a bailar con “Llamarada de Petate”.

Fiel a su estilo, Luis Alvarez pidió tocar una más con la Bostik pero también solicitó que fuera “Dolor de Madre”, la única rola que apareció dos veces en el set pero que ahora sí sonó bien y no como un experimento fallido. 

La celebración de la Bostik continuó con más invitados, algunos pasaron inadvertidos como Los Típicos de la Salsa y otros sí prendieron a la raza como Dr. Shenka del Panteón Rococó. Canciones como “Abran Esa Puerta”, “Viajero” y “Tlatelolco 68” cerraron uno de los conciertos más trascendentes en la historia de la Banda Bostik, y no por su aniversario 35 sino por apoyar a la mujeres desde la trinchera del rock and roll. 

El domingo 8 de marzo la Ciudad de México se “paralizó” con la histórica marcha del 8M, donde miles de mujeres salieron a las calles de la ciudad para protestar en contra de los feminicidios y de la violencia que sufren día con día. Pero a pesar de que toda la atención estuvo centrada en la marcha, en la CDMX ocurrieron eventos ajenos a este movimiento como el concierto de la Banda Bostik en el Metropólitan. 

Si bien el motivo de este show era celebrar los 35 años de la banda más rockera de Tlalnepantla, todo tomó un rumbo distinto y lo que vimos esa noche en el recinto emblema del Centro Histórico fue un show dedicado a la mujer rockanrolera, mismo que comenzó con la participación de los teloneros La Ilustre Perrada. 

Con todo el poder de su rock perrón, esta ilustre banda nos reafirmó que la escena del rock urbano sigue estancada en lo mismo, sin atreverse a hacer algo diferente. Aún así, la honestidad y las ganas de La Ilustre Perrada junto a rolas como “Perro por tu Amor”, lograron convencer a todos aquellos que nos rifamos la misión de llegar temprano. 

A diferencia de otros conciertos, el cambio de set no tardó nada y en pocos minutos el staff dejó listo el escenario para recibir a los protagonistas de la noche. Con un sillón rojo en medio, la Banda Bostik llegó a escena para ser recibidos por algunos gritos pero principalmente por un chingo de mentadas de madre… Obvio como muestras de cariño. 

Cada integrante y músico de la Bostik tomó su lugar, incluyendo al Guadaña que debido a un accidente tuvo que permanecer casi todo el concierto en su trono rojo. “La Rola de Johnny” y “Qué Fácil”, fueron las primeras del set en las que por momentos nuestra atención se centró en una de las coristas, quien portaba un pañuelo verde como apoyo a la marcha y al movimiento feminista.  

Si algo caracteriza al vocalista de la Bostik es su honestidad y su forma directa de decir las cosas. Por eso sus primeras palabras fueron dedicadas a las mujeres del público: “No se dejen. Aunque sea su familiar (…) demándenlo, repórtenlo, acusenlo”. Con estas palabras como intro, “Guerreras del Rock” sonó fuerte y claro en el Metropólitan.  

Al ser una celebración de sus más tres décadas en el rock, en el set hubo de todo un poco desde algunas nuevas como “Trascendencia” hasta unas joyitas olvidadas como “Reflexiones”. Sin importa su lesión, el Guadaña siguió siendo un profesional en el alcoholismo y en “El Adiós de un Alcohólico”, no perdió la oportunidad de brindar con toda la banda. 

Tras escuchar la nostálgica “A Mi Padre”, tocó recibir a los primeros invitados especiales e inesperados de la noche. Trajeados y bien vestidos, Los Dandys llegaron para tocar “Dolor de Madre“, en una versión bolero rockanrolero que realmente no fue tan bien recibida por la gente, provocando que Los Dandys se ganaran unas cuantas rechiflas. 

“Aquí nos vamos a quedar hasta que acaben las marchas“, advirtió el Guadaña con buen humor para seguir  la fiesta rockera con “¿Dónde Estás Hermano?”, “Falsa Sociedad” y otra olvidada pero rifada, “Juan Sin Miedo”. Una vez más el líder de la Bostik habló y antes de tocar “Ah, Eres Tú” dijo: “La música no tiene género”, refiriéndose a que esta rola puede ser dedicada tanto a hombres como a mujeres.  

Al finalizar “Así Está Bien”, por fin vimos a uno de los invitados que sí nos emocionaba bastante. Directamente de Interpuesto, el talentoso Gonzalo Olvera apareció en el escenario y de inmediato se sentó en el trono del Guadaña para cantar junto con él: “Sexo y su Realidad”. 

Sin embargo, lo mejor de esta colaboración vino con uno de los clásicos de la Bostik: “Déjala Ser”, que como siempre estuvo acompañado por las honestas palabras del Guadaña: “Esta rola es muy importante este día (…). El mensaje es, si la ves que tiene ganas de divertirse, a ti te vale madre cabrón“. 

A partir de ahí, la raza entró en calor y por fin se divirtieron como se debe. Ya sea desde sus lugares o en los pasillos, muchos empezaron a sacar sus mejores pasos rockanroleros a ritmo de “Exceso de Drogas”, “La Calle y yo” (Con Armando Palomas) y otra de las consentidas, “Perdido”. 

Con todo el respeto y la admiración del mundo, El Guadaña presentó a uno de los músicos más importantes de la escena del rock mexicano. El Haragán llegó sin compañía pero con muchas ganas de echar el rock, por eso no perdió tiempo para ponernos a bailar con “Llamarada de Petate”.

Fiel a su estilo, Luis Alvarez pidió tocar una más con la Bostik pero también solicitó que fuera “Dolor de Madre”, la única rola que apareció dos veces en el set pero que ahora sí sonó bien y no como un experimento fallido. 

La celebración de la Bostik continuó con más invitados, algunos pasaron inadvertidos como Los Típicos de la Salsa y otros sí prendieron a la raza como Dr. Shenka del Panteón Rococó. Canciones como “Abran Esa Puerta”, “Viajero” y “Tlatelolco 68” cerraron uno de los conciertos más trascendentes en la historia de la Banda Bostik, y no por su aniversario 35 sino por apoyar a la mujeres desde la trinchera del rock and roll.