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The Last Dance, el inicio del fin de los Chicago Bulls

El ascenso de los Chicago Bulls del 98 como el mejor equipo de basketball, narrado con maestría en la nueva serie de ESPN y Netflix.

Mario Valencia

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The Last Dance - Reseña

Bendita cuarentena, algo bueno tenías que dejarnos. Originalmente pensada para un estreno en junio, ESPN y Netflix han decidido adelantar el lanzamiento de The Last Dance, serie documental acerca de cómo a pesar de toda adversidad, los Chicago Bulls se llevaron su sexto título antes de la reestructuración del equipo a finales de 1998.

Este es el fiel retrato de un grupo de un grupo de hombres que llevaron el deporte ráfaga a nuevos niveles de popularidad en todo el mundo: Scottie Pippen, el excéntrico Dennis Rodman y por supuesto, el atleta más grande de todos los tiempos, Michael Jordan. Claro, sin dejar atrás otros personajes como Steve Kerr o Tony Kukoc, todos dirigidos por el coach Phil Jackson.

Dividida en diez episodios con el plan de liberar dos cada lunes, el documental aborda las vidas de los jugadores, directivos, entrenadores y familiares a través de entrevistas y material de archivo sobre la época de gloria de los Chicago Bulls, un equipo venido a menos durante su historia hasta que un joven de Carolina del Norte, Michael Jordan, inyectó nueva vida a la franquicia.

Michael jordan

En este primer par de episodios, conocemos la formación de Jordan como un jugador competitivo, desde su entorno familiar hasta la llegada a Chicago. En paralelo, vemos a los Bulls prepararse para su partido de exhibición en París de 1997. Una excelente presentación llena de nostalgia y alegría hacia la época donde el basketball, fue el deporte más popular del mundo.

En el segundo capítulo, se aborda la difícil vida de Scottie Pippen, la absurda compensación económica recibida por el equipo a pesar de ser considerado por muchos como el segundo mejor jugador de la NBA, solo detrás de Jordan. Aunque no aparezca en el episodio, recordemos que incluso Pippen fue doble medallista olímpico, en Barcelona y Atlanta, por lo que su estatus y talento eran únicos. Al final, toma su venganza a costa de su propia salud. Esta ausencia afectó el desempeño de los Bulls, dado que Jordan no encontró a otro cómplice para su magia. Emotivo cierre para lo que está por venir.

Aquí vamos a tener momentos llenos de felicidad, desde unos Magic y Larry Bird en sus últimos años narrando sus juegos contra MJ23, el manejo del draft adelantado hasta el amor odio hacia un personaje especial, Jerry Krause quien armó desarmó al equipo de una forma increíble. No sabes si agradecerle u odiarlo como lo hacías cuando era el coach de los Monstars en Space Jam.

Pero más allá de la trama que todos los que amamos el basketball lo sabemos de memoria, hablemos de sus aciertos. El primero, es lo accesible que resulta a todo público, incluso aquellos ajenos al deporte. Un buen documental siempre debe distinguirse por su cualidad de generar empatía e interés hacia el tema o personajes y en The Last Dance, carisma es lo que sobra. Ver el ascenso a la fama desde orígenes humildes, los contratiempos en sus carreras y finalmente, revivir semejante destreza en la cancha, es impresionante. ESPN rescató material histórico valioso, juegos universitarios de los 70 y claro está, su carta fuerte, el material grabado tras vestidores durante el último baile.

La serie mantiene un montaje similar al de otras docuseries de Netflix o NFL Series, donde el conflicto es presentado a partir de la primer secuencia para después, contextualizar, ahondar en detalles, ¿qué los llevó a su último año como equipo? Abundan elementos interesantes que plantean los conflictos por venir, tanto del lado familiar, como lesiones y negocios. Comienza a trazar la figura antagónica con Jerry Krause, manager de los Bulls donde se resiente la fractura entre los protagonistas.

Ojo, si espera una historia lineal de monografía esto no es para tí. Aléjate y mejor lee en wikipedia la historia. Hay muchos saltos de tiempo.

El mensaje más importante que deja es el ímpetu de lucha contra la adversidad, sean lesiones, estafas o limitaciones monetarias. Resulta inspirador conocer a fondo las historias de cada jugador y los entrenadores, verlos en la cima del éxito profesional porque tomaron un rumbo que amaron. Más allá de los habanos, los autos deportivos y los millones de fans, la complacencia está en la realización del individuo. Una maravilla.

Aunque no sean seguidores del basketball, deben ver con devoción The Last Dance como lo que es: un canto a la perseverancia y disciplina. Un planteamiento que debe quedar fuerte una vez pasada la cuarentena.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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