Entrevistas
El Haragán y Compañía con duetos e historias de valedores en 30 años de historia
Una entrevista con Luis Álvarez, El Haragán que están estrenando duetos con Lora y Rubén Albarrán
Se cumplen tres décadas de que El Haragán y Compañía suenen en las radios de México, han pasado de casetes y discos a los formatos digitales, pasando de callejones a fiestas populares y festivales enormes, una banda que se ha vuelto referente del rock mexicano desde entonces.
La pandemia del Covid-19 vino a golpearlos duro, estaban ya por hacer su magno show en el Auditorio Nacional para estos 30 años de vida, sin embargo todo se ha retrasado pero ha dado oportunidad de sacar unas reversiones a clásicos como “Muñequita Sintética” y “Él No Lo Mató”, junto a Rubén Albarrán de Café Tacvba y Alex Lora, respectivamente. El show está reprogramado para el 13 de septiembre.
Bajo esto, hablamos con Luis Álvarez mejor conocido como El Haragán para platicar sobre estos duetos y aprovechando que será un show de nostalgia preguntar de cómo pasó de ser un chico del barrio a estar arriba del escenario con sus ídolos, sus discos favoritos, rolas infravaloradas y momentos clave en su carrera.
¿Cómo surgió la idea de tener reversiones con Rubén Albarrán (Muñequita Sintética) y Alex Lora (Él No Lo Mató)?
Al plantearnos los festejos de 30 años de El Haragán y Compañía que son 30 canciones, 30 historias, teníamos que irnos a los grandes éxitos y a la vez invitar amigos. Entonces unas canciones obligadas que no pueden pasar en las tocadas son “Él No Lo Mató” y “Muñequita Sintética”.
Con “Muñequita Sintética” Rubén la escogió, con mucho gusto la cantó. Con Alejandro, le teníamos que dar la más icónica y representativa. Es una canción bendita porque me ha dado muchos éxitos todos estos años pero a la vez maldita porque platico la historia de un amigo mío que salió de mi casa -se había quedado a dormir, desayunó- y en la noche ya lo estábamos velando. Es una historia triste pero que se convirtió en un gran éxito.
Alejandro Lora fue de los primeros que nos recibieron en la escena rocanrolera, yo lo conocí en 1990 y nos dio la bienvenida al rock and roll. Con Café Tacvba tocamos juntos también en 1990 y algunos programas de televisión en 1991.
¿Habrá más canciones en este formato de duetos?
De hecho sí, la tercera ya la grabamos. Si ves los videos con Rubén y Alejandro todo es muy natural, grabamos en el estudio y se filrman varios momentos de convivencia; pero por la pandemia cada quien hizo su parte en su país. La primera banda internacional. Lo bueno es que logramos grabar antes de la contingencia, habrá más canciones.
Tanto tú como otros como la Bostik señalan a Lora como ‘el papá de los pollitos’. ¿Qué canción te gustaría hacer de El Tri pagando el favor?
Hay tantas, si te dijera que “Triste Canción” sería muy cliché, pero hay una que me gusta que es “Todo Sea Por El Rocanrol”… ‘te gustaría verme nadando en un charco de sangre’… esa me late o “Inyecciones de Rock And Roll”, me las sé y a veces las canto, tal vez no muy famosas pero si curiosas y con mensaje de amor al rock and roll.
Para Luis Álvarez, ¿Cuál es el disco indispensable de El Tri?
El Simplemente El Tri, cambió la historia de cómo se hacían las cosas. Había escuchado normal a Alejandro con Three Souls In My Mind, estaban tocando blues, lo tocaban bien, pero salió este disco con una gran fuerza en batería y el bajo, con temas innovadores como “Triste Canción” y creo es de los discos más chidos que se han hecho en el rock mexicano, un parte aguas en la forma de producir y lanzar a la venta. Es un antes y después del rock mexicano.
¿Cuál es el disco que más te gusta de El Haragán?
El Valedores Juveniles me gusta porque lo grabamos en dos días, rápido, no había tiempo de hacer doblaje de voz; grabamos todos los instrumentos al mismo tiempo y solo algún doblaje de guitarra, coros o saxofón. Fue muy sencillo, me gusta porque se oye fresco y es un disco que cuando salió, el público, la banda me decían que era lo que estaban esperando, que ya necesitábamos algo así, alguien que nos contara las historias de la Ciudad de México. Es un parteaguas para lo que se venía haciendo y un gran inicio para mí.
Uno de los discos que más me gustan es el disco de Ánimas, me costó mucho trabajo y dolor grabarlo, lo grabé en España y terminé en México, nos dimos el tiempo para experimentar a gusto, es uno que recomiendo.
Para tí, ¿cuál es la canción de EL Haragán que no se le ha hecho justicia al igual que los clásicos?
Hay varias canciones que me gustaría que la gente me pidiera, que me gustan como “Por Si Pierdo La Razón”, “Vivir Por Vivir” o “Ánimas”, que la gente se desviviera por pedirlas. Pero siempre me piden “Él No Lo Mató”, “Antes Me Gustabas”, “Muñequita Sintética”. También he sido un poco injusto porque hay gente que me pide “Antagonismos” o “Injerto” y yo me hago ‘pato’; las piden una y otra vez pero ya les he hecho caso, me pedían “Antes Me Gustabas” y no la tocaba, la tenía fuera pero ya no puede faltar, la gente se prende, la goza.
Nadie te preparó, pero con un disco debut que pegó fuerte ¿cómo aguantaste el ser famoso de golpe?
El antecedente es que yo era fan del rock mexicano, me di cuenta que se hacían rolas en español a principios de los años ochenta y me gustaban mucho los Dug Dugs de Armando Nava. También me gustaba el movimiento del rock and roll mexicano, con Los Apson, Rebeldes del Rock, me gustaban y las cantaba pero no dejaban de ser refritos de los gabachos y decía ‘¿Dónde quedó la creatividad de estos?’.
Cuando me doy cuenta que Lora, Armando Nava o El Pájaro Alberto, después del receso donde les prohibieron cantar en español en los años setenta y las tocadas prohibidas después de Avandaro y venían de un movimiento de la vieja guardia que les fue difícil, unos hacían covers otros original y Alejandro se aferró a hacerlas en español y originales, ahí me di cuenta que se puede hacer eso y de ser parte del público que iba a las tocadas al Cosmos, a Tlatelolco, tantos salones, hoyos funky brinqué al escenario.
Del 85, después del terremoto, empecé a estar en escenarios pero pequeños donde estaban también Arturo Meza, Jaime López, Gerardo Enciso, Catana, Botellita de Jerez, pero de pronto se vino el ofrecimiento de hacer un grupo y grabar un disco, no sabía si tendría éxito. Pase de callejones para poca gente al escenario sobre ruedas en un camión, de ahí sale el disco Valedores Juveniles y en 1990 brinqué, eso te puede agarrar mal parado, no es fácil pasar de ser fan de El Tri a abrirle o con la Bostik ir a Querétaro, con Transmetal, Next, Luzbel, era un ambiente denso.
De ser un chavito tranquilo cantando trova cubana pasaba a estar con los marihuanos, no había una copa ¡había un pomote! No fumo mariguana pero si llegué a tomar. Recuerdo a Paco Yescas de Luzbel que me invitó a su cumpleaños y me espanté al ver un buen de barriles de cerveza y yo a penas me echaba media cerveza, me quedé de ‘ah, se la van a amanecer aquí’, se me hizo denso, difícil de llevar pero con el tiempo vas madurando y ves que las cosas son naturales, conoces gente que son famosos y es más natural, gente que ves en la televisión pero que ya formas parte de ellos.
Lo que veo con nuevas bandas es que deben trabajar mucho más con sus egos, nada es gratis, el trancazo es duro y no te agarra bien parado y te puedes salir de la realidad, ‘parece fácil, pero es difícil, en realidad’.