Venganza Implacable (Honest Thief)

Siempre me parecerá increíble la transición de Liam Neeson de ser el actor de personajes de época, dígase Oskar Schindler, Jean Valjean o Michael Collins, a ser un sexagenario héroe de acción. Supongo a muchos les encanta ver como le secuestran a algún miembro de su familia sin importar cuantas veces queman la fórmula. Si eres seguidor de ver a un malencarado y retirado Liam, obligado a emprender una violenta cruzada contra corruptos villanos, bienvenido al mundo de Venganza Implacable, estreno de esta semana que también cuenta con las actuaciones de Kate Walsh, Jeffrey Donovan y Robert Patrick.

Tom Carter, conocido como el “In and Out Bandit”, ha decidido retirarse de una vida criminal robando bancos sigilosamente tras conocer a Annie, la bella supervisora de unas bodegas. Gracias al poder del amor, Tom busca iniciar su vida desde cero, por lo que decide entregarse al FBI a cambio de ciertos privilegios, con todo y el botín que ha ocultado por años. Sin embargo, no contaba con que dos agentes corruptos llegarían a manchar su noble acción, poniéndolo en la mira por un asesinato que no cometió. Ahora, deberá entablar una cruzada para limpiar su honor y proteger a su amado con lo mejor que sabe hacer: soltando plomazos y guamazos.

Venganza Implacable forma parte de este bello género bautizado como película de camión. Puedes verla en el Pullman de aquí a Cuernavaca como un mero entretenimiento de hora y media. Al final de tu viaje, bajarás contento por haber roto el tedio pero la olvidarás en cinco minutos. El paquete incluye peleas cumplidoras, persecuciones, frases matonas y buenas actuaciones del reparto de soporte, en especial Donovan y Walsh. Además, siempre es emocionante ver a Robert Patrick sin importar la calidad de la obra. ¡Es un tipazo! Desafortunadamente, esto no compensa en absoluto lo predecible y cursi de su trama.

De entrada, la idea del robo de bancos tenía buen potencial, desperdiciado cuando el protagonista jamás sintió una verdadera vocación por el crimen. Todo es un mero pretexto para verlo patear traseros. No es un guión de Michael Mann, evidentemente. Es tan difícil seguir analizando estas cintas, porque en serio, es lo mismo que Neeson lleva haciendo por más de diez años, con y el clásico “¡voy por ti!” que lleva repitiendo de Búsqueda Implacable. Amo el cine de acción, pero esto es el refrito más refrito que haya visto en años. La típica historia del marine retirado, hábil en decenas de disciplinas, salvando a la chica, redimido y con un final feliz. No hay giros, malosos interesantes, algo turbio que le de sabor a este collage de miradas tensas.

En resumen, la película es la epítome de lo genérico. Sin sustancia, con pocas emociones, algunos chistecillos esparcidos por ahí, con un perrito adorable y nada de música memorable. Encima hay un momento de más de cinco minutos más cursi y soporífero que ni en sus obras inglesas victorianas hubiese hecho. Evítense la pena, a menos que sean fan a morir de verlo hablar por celular amenazando a desconocidos. Pudo ser mejor.

Calificación: 5.0