Cine
Soul: el nuevo gran clásico de Pixar a ritmo de jazz
Un recordatorio de la grandeza de Pixar.
¿Dónde estuviste todos estos años, Pixar? Alguna vez, uno de los estudios de animación más imaginativo, lleno de alma y carisma, quedó estancado durante un largo tiempo ante la exigencia de precuelas y secuelas de la industria hasta que Coco (2018), demostró que aún podían explotar ese lado creativo. Pero aquel destello fue una mera antesala para el estreno de esta semana exclusivo para Disney+: un bello y profundo viaje de autodescubrimiento hacia la psique humana, al propósito universal de la vida envuelto por el encanto característico de la productora. Dirigida por Pete Docter (Monsters Inc.) y con las voces en inglés de Jamie Foxx, Tina Fey y la maravillosa Angela Basset, Soul es de lo más perfecta que verás en un largo rato.
Joe Gardner es un frustrado pianista de jazz quien vive bajo la presión de su madre a tener un trabajo estable y el nulo interés de sus alumnos de secundaria hacia la música. Un día recibe la invitación de un viejo alumno para la oportunidad de su vida: ser el pianista de la cantante Dorothea Williams (una especie de Rosa King). A pesar de su gran desempeño en la breve audición, Joe sufre un accidente que lo manda al más allá. Sin embargo, su alma no aceptará este destino y junto a 22, un renegado espíritu que no ha logrado conseguir su pase a la Tierra, emprenderá una aventura para recuperar su cuerpo a tiempo para el show.
Tarkovsky alguna vez dijo que el cine hecho para un público masivo no podía ser un poema. Falso. Así como en su momento Wall-E, al menos durante sus primeros 40 minutos, aprovechó al máximo el uso del lenguaje cinematográfico (solo acciones, nada de diálogos), Soul invita al espectador a una reflexión más grande sobre el propósito de la existencia. Nadie nace con una personalidad o habilidades predeterminadas, todo se forja con el tiempo y tus relaciones. A pesar de creer “nacer con un don”, uno debe cultuvarlo y aún así, nada se da por sentado. La vida vista con el juego de azar que se traza a través de cada acción, plasmado en secuencias impresionantes. Ningún día es aburrido o irrelevante a menos que así lo quieras.
Después de años de negar el tema de la muerte al público infantil, finalmente Pixar busca retratar en su tono fantástico los misterios del antes y después de la vida en medio de un concepto sencillo para los niños, interesante para los adultos. Así como en el clásico ¡Qué bello es vivir! de Capra, Docter muestra que el placer de la vida no está en el éxito rimbombante como tanto se presiona, sino en el goce de los pequeños detalles. Como una persona puede cambiar a otras sin darse cuenta por estar ensimismado en el deseo constante de ambición desmedida.
El soundtrack es de una maestría innegable, cortesía de otra gran sorpresa: fue compuesto por Trent Reznor y Atticus Ross. Para la dupla, conocida por sus sombrías y densas bandas sonoras, seguro implicó un desafío trasladarlo al mundo Disney. Así que es genial escucharlos en una faceta más melódica, con sus respectivos momentos para el suspenso y oscuridad. Junto a ellos, las partes de jazz fueron creadas por el virtuoso pianista Jon Batiste, quien no tuvo temor alguno de mostrar algunos esbozos de música más experimental. Joya.
Siendo un fuerte detractor de la empresa del ratón Miguel desde hace tiempo, fue un deleite ver esta cinta. Si al tema y la música añadimos personajes encantadores, un humor jocoso (aquí sabrán porque a los Knicks les va tan mal) y un gran ritmo, Soul se coloca como la primer gran película estadounidense de la década. A veces cuando se da una lectura tan superficial solo por la pose de odiar a la empresa malvada, se pierde del verdadero valor de los detalles. No permitan que esto les pase y déjense llevar por la genial vibra de esta obra.
¿Podrá Pixar volver a sorprendernos de esta forma sin que pasen tantos años? Ojalá.
Calificación: 10