Yakuza Y Familia, el drama de Netflix sobre la mafia japonesa

Después de ver el anime De yakuza a amo de casa, la verdad en mi mente tenía una idea muy ‘romántica’ de lo que es ser un miembro de los yakuzas. Porque sí, el anime es bastante divertido y te muestra un japonés que decide darle un giro a su vida; pero en la realidad no todo es tan fácil.

Yakuza y familia (Yakuza and The Family), es un filme de Netflix que nos adentra a las crudezas de pertenecer a este gremio, el equivalente al crimen organizado; es la mafia japonesa que viene haciendo de las suyas desde el siglo XVII. Pero, de ‘familia’ en ‘familia’ cambian los valores.

Este filme retrata la vida de Kenji Yamamoto, en donde lo podemos seguir a lo largo de su vida, incluso antes de pertenecer a los yakuza. Después de la muerte de su padre, Kenji no quiere saber nada más de la mafia, pero la vida hará que termine aceptando la oferta del jefe de una banda criminal Hiroshi Shibasaki (aunque ellos en su mente no aceptan que se encuentran haciendo actividades ilícitas). A partir de ahí, adopta a su nueva familia, la cual será el principal pilar que regirá su vida.

Al principio de la historia, Kenji crece dentro de la organización e incluso se muestra todo su cuerpo tatuado, los cuales se interpretan como símbolo de lealtad hacia los jefes y marca un estatus dentro del grupo.

Para un yakuza, los miembros de la organización son el principal motor, e incluso el protagonista crea un relación como padre-hijo con el líder de la Shibasaki. Aquí me viene a la mente algo que siempre he pensado: no porque alguien sea de tu misma sangre, es tu familia. La familia es un título que se gana y va más allá del parentesco, así es como los yakuza forman sus relaciones y es de ahí que obtienen toda su fuerza y poder.

Pero, ¿qué hay más allá de hacer dinero y mantener a flote a la familia? Pues es ahí cuando a Kenji le cuestionan sobre tener una familia propia o aunque sea una novia. En un mundo ‘ideal’, él podría tener una familia al estilo de Tony Soprano, pero un asesinato le impide incursionar en este ámbito de la vida.

Después de varios años en la cárcel, Kenji sale y se enfrenta a una sociedad que ya no le teme a los yakuza; ellos serán los parías en su propia tierra. Aquí es cuando los problemas de vivir en una organización criminal se ven retratados de una forma muy cruda: los yakuza no pueden comprar casa, tener un teléfono o incluso tener amistades. Todos los miembros son señalados por la sociedad, y no solo a ellos, sino que sus seres queridos también son excluidos.

¿Qué pasa si te quieres salir de los yakuza? Pues tienes que vivir cinco años a la sombra de todo para que puedas volver a ser un ciudadano japonés normal. Pero, ¡cuidado si te ven hablando con tus viejos amigos! A esto se enfrenta Kenji, pero también a la decadencia de su grupo, ya que el jefe o ‘padre’ envejece y los negocios están por los suelos.

Lo sumamente valioso de Yakuza y familia es que te muestran los dos lados de la moneda de la mafia japonesa: sí, está padre si ganas dinero; pero si llega alguien ‘más cabrón’ que tú, te quedas en la ruina y sin poder siquiera buscar un trabajo como garrotero.

Lo más triste de la historia es que el pobre Kenji solo hubiera querido una vida normal, lo cual solo pudo saborear por unos cuantos días antes de que su pasado volviera por él. Por otro lado, también marca como es que los ciclos se repiten. Si un niño vive rodeado de mafiosos, lo más probable es que ese se su futuro, porque al final, el ejemplo arrastra.

Este drama criminal japonés está escrito y dirigido por Michihito Fujii (Oh! Father, Ao no Kaerimichi). Y, aunque la primera parte se te puede hacer un poco lenta, vale la pena quedarse a ver el final ya que la historia tiene un vuelco muy interesante. Tiene una duración de un poco más de 2 horas, algo que ya pocos se atreven.

Aparte de la historia, que es bastante interesante; los actores se meten muy bien en su papel. El elenco está conformado por Gou Ayano (Homunculus, Beneath The Shadow), Machiko Ono (Nicky, la aprendiz de bruja, De tal padre, tal hijo), Naoyuki Fernandez, Hayato Ichihara (Yakuza Apocalypse, Box!), Hayato Isomura (Tokyo Revengers, We Hope for A Blooming), Ryô Iwamatsu (Confession of Murder, Love Exposure), Suon Kan, Yukiya Kitamura y Ryutaro Ninomiya.

Yakuza Y Familia es una película muy recomendable, que nos plantea el lado más humano de la mafia y también retrata la pérdida de valores en la sociedad actual.