Tales of Arise, el gran regreso de una saga amada por los fans del RPG

Tras haber sido postergado un año para pulir detalles y preparar su lanzamiento simultaneo con PS5 y Xbox Series X, Bandai Namco estrena Tales of Arise, primera entrega para la nueva generación de la famosa serie de RPG activa desde los tiempos del Super Famicom. Han pasado cinco años desde el último título, la expectativa era alta entre los fans del género y por fortuna, es una experiencia tan fascinante como siempre, aunque con varios detalles sorpresivos que merman un poco la experiencia en general. Y sí, claro que hablaremos sobre esa injusticia llamada DLC

En Tales controlas a Iron Mask (quien a las pocas horas de juego nos revela su nombre, Alphen), un esclavo Dahnan cuyo planeta, lleva tres siglos dominado por los Renan, habitantes de otro mundo con una sociedad avanzada en cuanto a su tecnología. Pero oh sorpresa, no podía ser un buen RPG si el héroe no sufre de amnesia y es su deber recuperar su memoria mientras emprende una cruzada junto a la misteriosa Shionne, una Renan que busca derrocar a los cinco jefes que mantienen esclavizados a los Dahnan para explotar el recurso más valioso para ellos: la energía astral.

Hay varias novedades en Tales of Arise. Lo primero y más notorio: la dirección de arte cambió demasiado. Aunque algunos prefieran el estilo más chibi de entregas pasadas, en definitiva con mucha personalidad gracias al trabajo de 20 años de Kosuke Fujishima y Mutsumi Inomata, Tales muestra un lado más moderno, un estilo más serio que todo el tiempo me recordó a otro título reciente de la compañía, Scarlet Nexus. No solo esto, la misma interfaz al momento del combate ha cambiado a una forma minimalista que podría no agradar del todo. Y honestamente, extrañé el estilo clásico a lo largo de esta aventura. No es mala esta nueva propuesta, hay buena variedad en cuanto a enemigos y jefes, pero el diseño entra a los terrenos de lo genérico que durante años, ni se concebían en esta franquicia.

Lo siguiente que resulta decepcionante: no contar con la opción multiplayer, siempre divertida en esta saga. ¿Por qué? A pesar del enfoque al Boost Strike del combate individual con el resto de tus compañeros, una de las características nuevas del sistema de juego, no reemplaza la estrategia de compartir las batallas con alguien sentado junto a ti.

Aunque parezca que me he enfocado demasiado a lo negativo en este inicio, en realidad mis palabras fungen como mera advertencia para los veteranos de la serie. Porque si no tienes conexión con los trabajos previos, disfrutarás aún más Tales of Arise, un RPG de acción que a la par de la mayoría de las obras de Bandai Namco, han trabajado para convertirse en accesibles a todo público.

El sistema de juego apela a aquellos fans de la acción, dispuestos a soltar navajazos a diestra y siniestra, algo que siempre ha caracterizado a Tales. Sin embargo tenemos nuevos elementos como el mencionado Boost Strike, el cual consiste en presionar una simple dirección en el pad para dar un golpe fulminante a un adversario. Esto suma al uso de las Artes, distintos ataques especiales que puedes conectar después de determinado tiempo.

Lo segundo es el uso de la energía astral, ideal para enfrentarte enemigos de mayor nivel, elevada defensa o jefes. Pero cuidado: utilizar un ataque con esta espada te resta salud, así que elige bien tus movimientos. Al final, cada pelea es divertida, sin restarle ritmo a la trama o a la aventura aunque después de probar Scarlet Nexus hace poco, su sistema de combos se sentía más intuitivo por allá.

Lo interesante es cuando conoces nuevos personajes en tu camino que se unirán a tus filas en la odisea contra los crueles gobernantes. Mientras que Shionne es excelente para los enemigos aéreos, pronto conocerás aliados como Rinwell, una simpática hechicera con ataques a distancia y una habilidad para esquivar bastante adictiva de utilizar. Claro está, a cada uno podrás editarle posteriores atributos a través del sistema de emblemas que ofrece el juego, los cuales te darán más ataque, defensa, nuevas Artes, etc. Como siempre, hay variedad para todos los estilos de juego.

Algo que también añade bastante estrategia son los campamentos. Similar a Dragon Quest, al descansar ante una fogata podrás preparar comida que ayudarán a tus aliados a elevar sus estatus durante un tiempo limitado. Esto se mide en tiempo real así que si tu receta solo dura 20 minutos, aprovecha la mayor cantidad de peleas posibles en ese rango.

Pero hay un pequeño añadido que podrá frustrarle la experiencia a muchos. Maldita sea con sus DLC. Es increíble lo injusto que se puede tornar el juego a favor de los que gastan para comprar experiencia, equipo, armas, etc. Para el primer jefe, tuve varios problemas con la espada básica que te da el herrero del pueblo. En cambio el siguiente, después de haber intercambiado el bellísimo código proporcionado por la gente de Bandai Namco, me encontré desollando malosos a diestra y siniestra sin menor esfuerzo.

Esa ambición de la compañía le añade una dificultad artificial bastante triste para quienes ya con esfuerzo, lograron adquirir la versión base. Si bajas el DLC, al menos ponlo en dificultad difícil.

Finalmente y aunque muchos han comentado sobre problemas técnicos en las versiones de PS4 y Xbox One, la verdad es que nunca me enfrenté a alguno, salvo ciertos tiempos de carga prolongados. También, quien me manda tener el PS4 “fat”, verdad…

Conclusión

Tales of Arise no es perfecto pero los fans lo agradecerán. Junto al gameplay que es un poco más de lo mismo, lo interesante será el experimento de ver si la gente conecta del todo con la dirección artística. Aunque eso sí, conservaron al compositor Motoi Sakuraba, con una música tan soberbia como siempre, es impresionante el sentimiento heroico que transmite incluso durante la paz del recorrido en los distintos poblados.

La historia a pesar del planteamiento tan cliché, tiene giros increíbles a partir del segundo acto y la intriga para conocer quienes son en realidad nuestros protagonistas, te mantendrá siempre al pendiente de sus extensas charlas.

Tampoco tengan miedo, pues no es una aventura intimidante. En realidad se siente bastante corta en comparación a otros RPG contemporáneos e incluso los recorridos tienden a ser lineales (más que incluso, Dragon Quest por darte un ejemplo). Éntrenle sin miedo a esta franquicia, que merece más amor aquí en México.