Cine
Ron da error, las consecuencias y virtudes de la dependencia tecnológica
No cargó bien la actualización.
Hace apenas un par de semanas, una ex empleada de Facebook declaró como la empresa de Zucaritas estudia como llegar a un público mayor y mucho más susceptible a cualquier consumo: los niños. No falta poco para que esto se vuelva realidad cuando atinadamente, llega a salas una nueva animación cortesía de 20th Century Studios junto a Locksmith Animation. Ron da error es una película con mucho corazón y una gran idea sobre el horror tecnológico en el que estamos inmersos desde hace años. Un vistazo hacia el cínico sistema que nos trae esclavizados a los espejos negros y las consecuencias que tienen sobre los más jóvenes.
Sin embargo, más allá de esta propuesta no deja de ser una película más preocupada por quincuagésima ocasión por el valor de la amistad, que por una trama abierta a un sinfín de sorpresas. Pero todo va fácil y digerido, tal como los robots del filme programados para satisfacer tus órdenes.
Ron da error, la forma de la amistad del siglo XXI
La película narra la historia de Barney, el típico inadaptado sin amigos que viene de una familia humilde en una escuela donde los niños son el sueño de cualquier catálogo de Liverpool: hiper consumistas. A la par, una compañía, mezcla de Apple con Facebook, acaba de lanzar el compañero esencial que todos deben tener o estarán fuera de moda: el B-Bot, un robot inteligente que te sigue por doquier y cumple todo lo que quieras. Después de mucho sacrificio, el padre de Barney logra comprarle uno bastante defectuoso (por culpa directa del niño) llamado Ron, el cual no cumple con las funciones básicas pero se esfuerza en convertirse en su mejor amigo.
Esta unidad defectuosa no tarda en llamar la atención de sus creadores: Marc, el típico chico cool experto en tecnología y Andrew, el ambicioso dueño de la compañía. Pronto Ron y Barney se encaminan en una aventura donde tendrán que salir adelante con su amistad a pesar de los incontables obstáculos.
Siempre será bien recibida la crítica a esta dependencia hacia la tecnología y las redes sociales. La mejor y francamente trágica escena del filme, es cuando vemos a una chica deprimida por haberse vuelto viral por un video. Lo irónico de la situación es que ella aspiraba a ser influencer. En otra parte, vemos reflejada esta misma soledad en otros compañeros donde todos pretenden ser alguien más. El chico gracioso que busca a como de lugar compartir sus bromas u otra niña que toma fotos a varios zapatos pretendiendo estar en una fiesta. Es la máscara del espejo negro, explotada por los intereses de un plutócrata.
El antagónico no solo es representado por Andrew, este remedo de Zuckerberg con apariencia de Steve Jobs que muestra sin descaro las prácticas que nos tienen amarrados a nuestros dispositivos. No, también recae en nuestra vulnerabilidad y la zona de confort que representa el internet para nosotros. El impulso de subir cualquier tontería sin que esto tenga una importancia en el mundo real o el imperante deseo de ser alguien a como de lugar. Un joya.
Lástima que todo lo demás en Ron da error, sea tan irrelevante. Esto se debe a un pequeño factor: todo lo haz visto antes.
Hace mucho que no me daba a la tarea de redactar un manual de “crea tu propia película” así que creo que esta es la oportunidad excelente para citar los elementos comunes que ya desde el póster, puedes tantear.
- Protagonista sin ninguna habilidad social ansioso por encajar.
- Coprotagonista igual de incompetente para socializar pero en el que recae el peso humorístico de la trama.
- Escenas donde el héroe y su patiño tienen una rencilla que al final, solo fortalecerá su amistad.
- Jóvenes segundones que solían ser incondicionales del protagonista, siguieron adelante con sus vidas pero las circunstancias los unieron de nuevo.
- Una familia disfuncional pero cariñosa.
Y listo, así tienes tu película familiar genérica, una fórmula infalible que Ron da error sigue al pie de la letra.
Hay una inevitable química entre sus protagonistas. Ron es el patiño adorable que, gracias al doblaje de Pepe Toño Macías, se vuelve un goce. Pero cuando ya predecimos las soluciones, los conflictos y el viaje que ambos emprenden, le resta cualquier encanto posible. Vaya, incluso acabamos de ver esta premisa del apocalipsis tecnológico llevado de una más divertida y dinámica por su estilo de animación en Los Mitchell vs. las máquinas. Porque aunque esa película también tenga el mismo relato del punto número 5, tiene una personalidad enorme.
Conclusión
Ahora mismo, Ron da error tenía un enorme potencial que pudo ser explotado mejor. Sin embargo, no descarto la posibilidad de que el mismo mensaje adquiera relevancia entre las generaciones que descubran esta película, similar a casos como Antz o Robots. La verdadera valía que le encuentro es tenerla como una cápsula del tiempo para abrirse en unos 20 años y ver los pininos de nuestro inminente futuro. El comentario es excelente, no tanto el desarrollo encasillado en la fórmula de siempre. Es sólo para niños, como el Trix y los B-Bot.
Jorge
25 febrero, 2022 en 8:32 pm
Te faltó entender que es una película para niños nomás…