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Los Viejos, el puro “divertinaje” en el Foro Indie Rocks

Jacobo y Eustaquio encendieron la llama del regreso al punk juunto a Medvsa, HKBO y Annapura en el Foro Indie Rocks

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Los Viejos en el Foro Indie Rocks 2022

Por fin en vivo, a todo color, con toda su enjundia, luego de dos años en el encierro total, cuidándose de no tener contacto con un asqueroso virus que puso en jaque a casi todo el mundo, y la espera de volver a encontrarse con sus gremlins, pudimos disfrutar de un toquin rancio de Los Viejos.

Jacobo en la guitarra y Eustaquio en la batería no perdieron el toque. La espectacular pareja continúa brutal, rápida, rabiosa. Aunque el sonido local no le.hizo mucha justicia que digamos.

Lo bueno: luego de dos años sin Punk del más hostil, y mugroso que te hayas encontrado en la selva de asfalto, permeó en el ambiente la ecuanimidad, y los buenos modales a la hora de presentarnos unos con otros nuestros codos, puños y puntapiés. La civilidad, que se vio por segundos amenazada, nos unió a todos en fraternales abrazos, e intercambios de saludos y sonrisas que hasta orgullo da recordar.

Lo malo: un par de inadaptados, vamos a decirles así, por qué no, decidieron, en el medio del slam, encararse, retarse a golpes y, a punto de que sucediera la brutal golpiza sin precedentes en el medio del Indie Rocks…

Lo mejor: Jacobo detuvo el tema. Pequeño Bonsai, de las favoritas del público mexicano y de dónde quiera que vayan, la verdad, no finalizó su ejecución.

Con palabras ecuánimes y una actitud conciliadora, el guitarrista les dijo que detuviera el desmadre o de una vez guardaban los instrumentos y se iba todo a chingar a su madre. Funcionó.

Inmediatamente la Infección Urinaria comenzó a recorrer nuestros cuerpos y a ritmo de los tamborazos a contratiempo, todos nos miramos a punta de codazos, amigables codazos, desde luego. Ante la presión, uno de ellos abandonó el inmueble.

Lo feo: como siempre, a esperar. Una larga espera a pesar de la tempranera cita. La raza formada desde las 18:00 horas y adentrada en el mágico mundo de un remodelado Indie Rocks a las 19:00, vio su primera banda, Medvsa, a las 21:00.

Lo espectacular: Los viejos fueron acompañados por bandas dignas de la internacionalización, del reconocimiento masivo, de los aplausos lejos de la distinción fronteriza.

Por un lado, la raza de Medvsa con un impresionante hardcore Punk que a cualquiera pone a temblar. El público, tímido de escuchar a una banda relativamente nueva y que pocos conocían, detuvo su impulso por iniciar tremendos chingadazos en la pista de baile. Sólo se movieron las cabezas y escucharon leperadas.

Sin embargo, la calidad de su ejecución, sus pegajosas melodías y su bárbara actitud, los colocan como una de las agrupaciones con un futuro próspero, quizás, a corto plazo, con un acumulado de fanáticos choncho.

Luego desfiló Annapura. Tan rabiosos como su baterista principal, Leo Padua; ágiles como su guitarrista, Gabriel Mazin que luce toda la ira de sus dedos por el escenario entre menos y cabeza y pisotones del diablo; y rapaces como el bajo bien electrificado, lleno de distorsión, golpeadísimo que se carga Daniel Garnica.

Hablar de Annapura es sinónimo del más rascuacho, raposo y socialmente responsable Crust Punk. Es calidad, garantía y seguridad de toparte con un buen show que valdrá cada maldita gota de sudor que te costó ganar los 300; 400 o 500 pesos que haya costado el boleto de acceso. Eso sí, atente a las consecuencias de adentrarte a la chinguiza loca en el centro de la pista.

Periodista musical egresado de la UNAM; ahora editor SEO, reportero y fotógrafo de esta H. revista digital, con más de siete años en el mundo de las notas, reseñas y opiniones de la industria musical. Interesado cien por cien en la búsqueda de nuevos sonidos, tendencias y datos históricos.

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