Cine
Crítica de ¡Nop!: el miedo a lo desconocido de Jordan Peele
¡Nop! funciona como un espectáculo lleno de diversas alegorías que van desde el temor a lo desconocido y el cine como espectáculo
Amado por algunos, detestado por otros, lo único seguro es que Jordan Peele es de esos realizadores que jamás te deja indiferente. Con raíces cómicas y un mensaje de crítica social constante a su manera, el director, productor y guionista ha llamado la atención desde su incursión en el cine de género con su opera prima, ¡Huye!.
Ahora, Peele está de vuelta y sigue metido en las venas del cine de género, pero esta vez deja el thriller y el terror un poco de lado para enfocarse en una cinta de ciencia ficción que se convierte en una interesante reflexión de varias cosas, que van desde un mensaje ambientalista hasta la mera creación del cine mismo con ¡Nop!.
CIENCIA FICCIÓN CON CAPAS: LOS CONFINES TEMÁTICOS DE PEELE
Hablar de este filme es un tanto complicado pues parte de su encanto recae en esas sorpresas dentro de la trama que resultan inesperadas. La historia se enfoca en dos hermanos rancheros de un remoto pueblo del interior de California, OJ (Daniel Kaaluya) y Emerald (Keke Palmer), quienes buscan salvar el negocio familiar pero que, de repente, se topan con un descubrimiento interesante y atemorizante.
Una de las primeras lecturas de este ambicioso trabajo cae en la visión acerca del espectáculo. Peele, como en anteriores proyectos, constantemente juega con el espectador, lo distrae y provoca para irlo metiendo en esta idea original que, irónicamente, usa al morbo como un motor para atraernos hacia lo que le sucede a estos hermanos, los Haywood, cuya historia como criadores de caballos se remonta a los orígenes del cine.
Ahí viene una parte, esta vez muy ligera, de lo que Peele siempre maneja: la crítica social/racial de los Estados Unidos que no son capaces de supuestamente reconocer al jinete afroamericano que participa en ese primer reel de la historia del cine. Pero también va más allá de eso, pues la crisis que atraviesa su rancho es debido a otro factor interesante.
Aquí entra la parafernalia del espectáculo, pues en lugar de querer usar caballos reales, los estudios a los que anteriormente acudían a la familia Haywood y otros, dejan de lado este factor para suplirlo por la tecnología y los efectos especiales. A la par de ello, hay una memoria importante que involucra a un simio en un set de televisión que nos liga a otro personaje dentro del relato, Ricky ‘Jupe’ Park (Steven Yeun).
EL MIEDO ESTÁ EN EL AIRE: EL CAST DE ¡NOP! QUE ES UN YEP
En medio de estas historias que parecen no conectar existe un discurso un tanto ambientalista que sorprende en la agenda de Peele y que va tomando mayor relevancia conforme avanza el filme. Estos aspectos se van acumulando, transformando al tercer largometraje del cineasta en uno lleno de capas sorpresivas, creando una fábula de ciencia ficción cargada de diversos elementos.
Las actuaciones del ganador del Óscar Daniel Kaaluya y Keke Palmer son fundamentales para el desarrollo del filme. Ese choque entre la excentricidad extrema y la necesidad de atención de Emerald contrasta de forma efectiva con lo estoico y tremendamente serio de OJ. Es en esa extraña química que ambos encuentran un camino en común, resaltando el valor de la hermandad a pesar de las diferencias entre ambos.
Yeun tiene un pequeño rol, un tanto más incidental pero lo hace de manera efectiva pues en él reside uno de los puntos clave para ¡Nop!, aquel que habla de la tragedia y la necesidad de explotar el espectáculo sin pensar en las consecuencias. Michael Perea en su rol de Ángel se convierte en el complemento secundario que va detonando poco a poco la necesidad de los Haywood de recurrir al morbo para salir de su crisis, funcionando como un buen relief cómico de vez en cuando.
Y es que la comedia también tiene un factor en esta cinta, un sello característico que Peele no abandona nunca en su corta filmografía, dándole una ligereza a su relato que puede entrar en el área de lo divertido al estilo más ochentero del sci-fi de Spielberg (ET El Extraterrestre, Encuentros Cercanos del Tercer Tipo) como en lo serio con giros de locura al más puro estilo Shyamalan (Señales).
ESPECTÁCULO HECHO PARA LA PANTALLA GRANDE: LO POSITIVO DE ¡NOP!
Hay dos puntos que destacan aún más en la manera de hacer esta cinta. Uno es la fotografía y el rodaje del filme en formato IMAX, pues gracias a unas buenas secuencias, el realizador toma la decisión de darle al cielo cierto peso, por lo que existen muchas tomas abiertas en las que Peele juega con una amenaza que desconocemos. Esto, aunado al lente que tiene Hoyte Van Hoytema (Tenet, Ad Astra), le suma a la cinta la perfecta dosis de misterio que hace que tema os mirar hacia arriba.
Otro punto que es interesante es el uso del sonido, un aspecto fundamental en la narrativa de la película. A través de esos pequeños detalles de la edición sonora, sumado a la banda sonora de Michael Abels, compositor de cabecera de Peele, la cinta logra transmitir la tensión y miedo a lo desconocido, dándole al filme un ambiente que recuerda a aquellos viejos episodios de La Dimensión Desconocida.
Así, ¡Nop! funciona como un espectáculo lleno de diversas alegorías que van desde el temor a lo desconocido, el cine como espectáculo y la importancia de obtener esas tomas imposibles, así como una nota donde el morbo y el abuso de nuestra especie motiva el miedo a mirar hacia arriba.