Pólvora Live
Skatex: mucha música, poca organización
Un evento con excelente oferta cultural, pero con una deficiente organización y escasa seguridad. Ya es hora de renovarse o morir
Contra todo pronóstico, el Skatex realizó una edición más de su fiestota en la Feria Internacional del Caballo de Texcoco, en el Estado de México, pero una vez, pecaron de una pésima organización y al parecer, la evolución no es una palabra que se pueda hallar en su diccionario.
Lo bueno, lo malo y lo feo
Desde muy temprano, la gente comenzó a llegar al recinto famoso por sus palenques que año con año abarrotan el lugar; la idea de darle temprano al ska y el rock n roll con bandas de altísimo nivel fue un gran acierto, además de regalar tacos de carnitas a quienes llegarán primero.
Lamentablemente fue desde esas primeras horas que se notó la falta de seguridad en el recinto, y aunque había incluso policías municipales, éstos se agazaparon alejadas y solitarias zonas donde pudieran caer de sorpresa a la gente fumando un churrito, a quienes luego terroreaban entre 5 o 6 agentes por un largo rato, lo que dejaba expuesto todo el festival.
Esto se extendió hasta bien entrada la noche, cuando ya no se vio a ningún agente o muy pocos apenas caminando por el recinto, y dejando a su suerte a todas las personas que fueron víctimas de los famosos carteristas que lo mismo arrasaron con celulares o billetes. Las quejas se multiplicaron como peces en las redes sociales.
En fin, que pasando a lo mero bueno, la selección de bandas, una vez más, fue impecable. Desde las primeras horas del festival pudimos ver leyendas mexicanas de la talla de Tex Tex, o fabulosos debutantes internacionales como Staya Staya de Buenos Aires, en Argentina.
Incluso esperadísimos proyectos amenizaron la tarde, tal es el caso de “Sekta Core” en el escenario Texcoco, La Vela Puerca desde Uruguay en el escenario “Familia”, Los Skaterrestres en el escenario “Unidad” y La Mosca Tse Tse de Argentina en las tarimas del escenario “Skatex”. Que por música variada, buena, bonita y barata nadie se quejó en las más de 12 horas que estuvimos ahí encerrados.
Pero entonces nos encontramos con el peor error, y lo que fue capaz de arruinar varios momentos del día. Por una parte, los escenarios cambiaron se ubicación a comparación de todos los años pasados. Esta vez fueron espacios más grandes, pero con pocos metros de separación que provocaron una mezcla horrible de sonidos por todas partes que no dejaron escuchar bien a todos los proyectos.
En muchos casos, como el más notable de El Gran Silencio, se tuvieron que parar los shows para esperar que terminaran los de enfrente o los de un lado. Para el caso de las bandas que se presentaron al filo de la madrugada, el sonido fue tan insuficiente que al alejarte por unos metros ya te impedía escuchar con claridad, y hasta se te metía el desmadre de las agrupaciones tocando detrás. Desastroso.
Sin embargo, el acomodo de horarios pareció lo más adecuado para evitar que todos estuvieran hasta la madre por largas horas. En casi todos hubo la oportunidad de ver a tu artista favorito hasta adelante si llegabas temprano, y claro, te perdías proyectos legendarios por allá o por acá. Unas por otras, la verdad.
Si eras cuidadoso, y lograbas posicionarte hasta adelante, entonces pudiste tener buenos conciertos, con el audio cerca, con la banda cerca y un público que en la mayoría de los casos se comportó de manera muy decente, casi sin incidencias, sin peleas ni batallas campales. Mucho slam, pero en unidad, paz, armonía y aguantando vara.
Y cuando el sol se fue, con él se fueron también los baños que cobraban un cinco por dejarte entrar con un sellito para entrar gratis las veces que quisieras hasta que se desvaneciera por completo. Error garrafal. Desconozco las razones por las que fue así, pero no hubo un centímetro de las zonas cercanas que hubiera terminado completamente miada por los asistentes.
Por si fuera poco, el agua, refrescos y cervezas fueron insuficientes; en algún momento la banda tenía sed e hizo hasta lo imposible por refrescarse un poco, incluyendo agarrar las llaves de agua de los.alrededores y tomársela sin saber su procedencia. De milagro no se reportó una infección masiva de la raza.
Para entonces Los Auténticos Decadentes intentaron prender a la banda con un Setlist de clásicos bastante repetitivo, casi sin alma y pocas emociones; mientras que la Nana Pancha emocionaba en el escenario Familia con una excelsa ejecución, Dinamo rompía un par de huesos y el Def Con Dos terminaba de reventar las bocinas del escenario “Skatex” con una monstruosa potencia en sus guitarras, bajo y batería. Éstos últimos ya con poca gente en sus plazas, pero no por ello se mostraron decepcionados y le dieron con emoción.
Skatex tiene mucho para ofrecer, no hay dudas. Es un evento que está muy bien pensado, y que da voz a bandas que cada se las han visto negras a lo largo de la historia (excepto a bandas de mujeres, es increíble la falta de proyectos con talento femenino al frente), pero sin duda hay una planeación floja detrás en aspectos que van más allá de la música, y que no dejan de ser importantes para sus fans, quienes no deberían, nunca, acostumbrarse a este ambiente.
Que exijan ya mismo su evolución o su extinción.