Critica de Mar de Sangre: Un tiburón malo malote

Dios nos castiga de muchas maneras; poniéndonos a un entrenador malo, subiendo los impuestos, dándonos desamores, o bien, mandándonos este tipo de películas en pleno 2022, con temáticas más que desgastadas con todos los clichés de mundo con personajes tibios y no, no estoy hablando de nuestra Selección Nacional, hablo de Mar de Sangre.

Y es que iba con mis reservas a ver esta cinta que presenta un poster muy a la 2003, ya saben cuando el CGI andaba llegando a la pantalla grande y teníamos historias de criaturas horrendas que acechaban a incautos.

Pirañas, serpientes, tiburones, cocodrilos, volcanes, llantas asesinas, motos asesinas y demás eran las criaturas que abrían un nuevo subgénero a las películas de “terror”, claro está que ninguna pudo sobresalir por lo brillante que era, sí no más bien por lo ridícula que se podia presentar.

Esto nos trae hasta el año de nuestro señor 2022 donde nadie, absolutamente nadie esperaría una película más de tiburones asesinos. La pregunta a mi poca fé era: ¿tendrá Mar de Sangre una pizca de innovación? Y la respuesta en breve es que: no.

La complicada trama de Mar de Sangre

Pero antes de platicarte el por qué esta película es más aguada que el flan no logrado de tu tía, deja te platico de que va, en un brevísimo resumen.

La historia nos pone en protagónico a Nat (Holly Earl) quien en conjunto con 4 de sus amigos borrachos, la pasan bomba en una costa al parecer mexicana, ya saben springbreak.

Cuando de repente un vago sin piernas se le acerca a Nat a decirle en un español que da risa, “un tiburón me mordió las piernas, el tiburón blanco, cuidado” bla bla bla, Nat se saca de onda por la advertencia del vago, pero se le olvida al parecer.

Cosa que al día siguiente y continuando la peda, deciden tener la brillante idea de tomar sin permiso un par de motos acuáticas y adentrarse al mar mientras juegan carreritas y se retan al juego de la gallina (acelerar de frente y esperar a que el contrincante desvié su camino).

Obviamente como puedes esperar todo sale mal, chocan, una de las motos se hunde y la otra no arranca debido al incidente, ahora los 5 amigos quedan a merced de la moto que queda flotando mientras que son acechados por un tiburón malo malo, pero malote en serio.

Las banderas rojas y los fallos garrafales de la cinta

Mar de Sangre tiene muchísimos, pero en serio no exagero, muchísimos errores que la hacen poco atractiva. Una de las primeras red flags es el título, ya que pocas veces el nombre en español es mejor que el original, luego entonces ya sentado en la sala y viendo su inicio horrendo con cámaras rápidas, sale de la nada un “Shark Bite”.

Justo, la película se traduciría como “Mordida de Tiburón”. Me he despertado crudo, deshidratado y en la esquina de un departamento polvoso, y aún así he tenido más energía que al wey que se le ocurrió ese título tan de hueva.

Luego entonces tenemos al grupo de payasos que son los protagonistas, punto número uno, los vatos tienen más entradas que el Bad Bunny en sus conciertos, así que universitarios no se ven ni tantito. Punto número dos y un poco mas desesperante, a estas personas las graduaron de la escuela de payasos, no puedo creer que sean tan ineptos, ya no digamos en el asunto de sobrevivir, si no en el de respirar incluso.

Ejemplo, les puedes poner una lona roja diciéndoles que hacer y simplemente por imbéciles no lo hacen, les juro que estuve a punto de gritarle a la pantalla cuando vi que no utilizaban su lampara de su celular en la noche para pedir auxilio hasta después de 1 minuto de gritar a oscuras, o cuando claramente 4 personas no pudieron organizarse para mover a un wey con la pierna rota.

Y ni hablar del fantástico cast, para cubrir las vacantes de personajes mexas, bastaba con traerse a un par de paisanos, darles unas líneas breves y ya teníamos un poco más de credibilidad, pero al parecer se les hizo más fácil poner a un gringo blanco en el papel de vagabundo, que tú me podrías justificar con un “pero quizá era un surfista y por eso el tiburón lo mordió y se quedo a vivir en México” y entonces por que chingados no les habla en ingles a los que claramente son compatriotas, en fin, muchas dudas de estás salen en la cinta.

Y puedo seguir con ese asunto, pero creo que ya se van haciendo la idea de por donde va. Sin embargo, la cereza del pastel, el verdadero héroe de esta película se llama “Don Tiburón Blanco”, por que en serio, es más cruel que Ebenezer Scrooge, más malo que Mussolini y mas ingenioso que el mismísimo Jigsaw.

Por que debes de saber que este tiburón no lo mueve el hambre, lo mueve la sed de asesinato, es el nuevo Dahmer, seguramente en el fondo del mar tiene su departamento donde te obliga a ver Baby Shark una y otra vez antes de despacharte.

Y por que te digo todo esto, porque así es el antagonista de esta historia, es cruel, despiadado, inteligente, todo lo que un tiburón real no haría, pero este es un tiburón salido del inframundo, que sabe cómo tirar gente de una moto acuática a propósito, o alejarla para que no puedas regresar, o engañar a la gente para atacar y bueno.

Este muchacho tiene toda una serie de cualidades que en definitiva no justifican el verla en el camión camino a Acapulquito, lo único que vale la pena es ver a Holly Earl (una de las sonrisas más bellas de internet) durante hora y media.

Si te quieres arriesgar bajo todas estas advertencias, puedes lanzarte a partir de este 8 de diciembre a tu cine favorito para ver esta “no comedia” que minuto a minuto se pone peor debido a la decisión aguda de sus personajes.