13 exorcismos, una de las peores películas de terror de los últimos años

Qué fácil sería mi labor si redujera esta reseña a decirles “es sólo otra película más de posesiones”. Oh, pero eso no le daría la justicia que merece a 13 exorcismos, ópera prima española dirigida por Jacobo Martínez que llega esta semana a salas nacionales. Hay un sinfín de razones por las cuales no deberías considerarla, así sea la última opción que te encuentres.

Este filme es un tremendo maratón de errores, de influencias que lucen más a parodia y el peor error en el que puede caer cualquier obra: es aburrida. ¡La cuaresma es más corta que esta en cosa!

13 exorcismos o el manual de carroña de cómo hacer tu película genérica

“Inspirada en hechos reales” pero concebida como una historia nueva en marco a la aún vigente profesión del exorcista en España, 13 exorcismos nos cuenta la historia de Laura, una introvertida adolescente que por juntarse con los maloras de la clase, acaba en una sesión espiritista. Al ser la más pura, susceptible y crédula, se convierte en huésped del mismísimo chamuco.

En este momento inicia un duelo entre su madre, una fanática religiosa que entiende la necesidad de un exorcismo y la escéptica psicóloga de su escuela, quien cree que hay una explicación más razonable al cambio de comportamiento de la joven. O eso intentaron, en realidad ninguna de las dos partes está bien desarrollada.

Si son ávidos lectores de este espacio, sabrán que siempre intento rescatar aspectos positivos de las películas. 13 exorcismos no tiene nada a su favor. Ni en fotografía, actuaciones, efectos o diseño sonoro. Nada le da un atisbo de personalidad. De entrada, iniciamos con las situaciones más genéricas posibles:

1. Familia de gran fervor religiosa.
2. Chica adolescente inadaptada, víctima de la posesión.
3. El cura anciano calificado para la misión.
4. Voz distorsionada y ojos en blanco para asegurarnos que de verdad, está poseída.
5. Todo el numerito de contorsiones y risas macabras.
6. Melodía disque infantil para perturbarte que se repite de manera constante.

Además de seguir reglas al pie del cañón, 13 exorcismos jamás se preocupa por desarrollar mejor a sus personajes, en especial el núcleo familiar. Sabemos que viven marcados por perder a un hijo pero en ningún momento explota este trauma a favor de la trama. Ni que decir del hermano de la chamaca, un niño con capacidades diferentes que de la nada, desaparece de cuadro y no ofrece nada. Lo mismo con el intento de poner en disputa al padre con la fanática religiosa de su esposa. Hubo esbozos de algo, pero hasta ahí.

En su lugar, es una constante repetición de las mismas situaciones hasta que en el tercer acto, se acuerdan que la película debe incluir 13 exorcismos y le meten acelerador a todo, perdiendo la parte de investigación más sustanciosa que pudo tener el rol de la psicóloga.

Lo peor es cuando el final, quiere resolver todo de la forma más gratuita posible. Peor que se hayan atrevido a añadirle un epílogo donde la susodicha, ya muerta (aquí no me importan los spoilers), le manda un audio a la psicóloga desde el más allá con el bendito silbido aquel. ¿Pero qué necesidad?

Desde que Paco Plaza demostró que podían hacerse películas decentes de posesiones en España con Verónica (hasta salían los Héroes del Silencio, una joya), las imitaciones han surgido por doquier y esta es una de las peores. Al caer en todos los clichés conocidos, el factor terror es inexistente, mucho menos hay un suspenso interesante. No existe una atmósfera y vaya, ya hablando en desesperación ni un jump scare que te haga suspirar un “ay wey”. Es tan triste.

Conclusión

Con tanto mal en el mundo, parece hasta cruel ensañarse con una película. Pero también, con tanto mal en el mundo por resolver, ¿se imaginan en que se pudo invertir el dinero usado en producir 13 exorcismos? Por lo general, en tono jocoso les digo que vean estos churrazos en el ADO o cuando los encuentren en el botadero de DVDs del Mamá Lucha. Esta mugre no merece ser vista de ninguna forma. Mejor revisita Verónica en Netflix o hasta Malasaña 32 en Amazon.

Este es el primer cero que doy en cinco años en esta sacrosanta página. Espero sea el último.