Cine
Crítica de Chupa: el estereótipo mexicano en su máxima expresión
Chupa es una historia de fantasía donde el guion no importa, ni la época, ni siquiera el monstruo; solo es una historia simple de identidad personal.
Netflix este año nos trae Chupa, una película infantil que habla sobre el legendario ser que en México en la década de los años 90 causó revuelo en las noticias nacionales e internacionales: el Chupacabras. Una criatura críptida que tuvo avistamientos importantes en el norte de México, él es nuestro principal protagonista de este film.
Vamos a ver de qué estás hecho, un luchador no va a ningún lado sin su capa
En la década de los años 90, un equipo de investigadores americanos se instalan para revisar los avistamientos del Chupacabras en San Javier, México, el cual está liderado por Richard Quinn (Christian Slater) quien está decidido a encontrarlo y capturarlo, mismo que hayan con su cría en una caverna, después de herirlo e inutilizarlo para volar, el chupacabras adulto se separa del cachorro para mantenerlo a salvo.
Mientras tanto en Lakewood, Kansas City, un niño de ascendencia mexicana llamado Alejandro sufre en la escuela por ser mexicano y diferente, el cual regresando a su casa después de un mal día, su mamá lo recibe con la noticia que sí ira a San Javier a visitar a Chava (Demián Bichir), su abuelo paterno y quien su época de juventud fue un reconocido luchador; ahí mismo están de vacaciones sus dos primos Memo y Luna. Entre los 4 darán vida a esta aventura en el lugar donde el Chupacabras está suelto.
Si no encuentras a Chupa, tendrás que ponerte a empacar
Si bien la película tiene muchas referencias a la época, muchas cosas que había en ese momento como el Game Boy, los casetes, discos compactos, las Tortugas Ninja y hasta un avión de Mexicana de Aviación, existen muchas otras que están lejos siquiera de existir en esos años, como una niña vegetariana menor de edad o incluso la misma niña tocando ukulele, que si bien el instrumento no es nuevo, tiene apenas unos pocos años que se dio un boom de gente que lo empezara a tocar en México. Jonás Cuarón agregó unos elementos que la hacen verse más moderna y aceptable a esta época, lo cual si hace que en un sentido estricto se pierda la temporalidad de la década.
También cabe mencionar que es otra película que de nuevo se utilizan exageradamente los estereotipos mexicanos: la lucha libre está presente todo el tiempo, el típico pueblito mexicano pintoresco del norte del país, la casa llena de recuerdos del pasado y de imágenes religiosas, la comida exótica para muchos que no puede faltar, las mismas bandas de música de siempre, etc.
Esto hace que tampoco tenga algo muy diferente a otras tantas películas donde se menciona México como un producto, que se quiere vender en el cine como una postal mezclada de un pueblo mágico con leyendas folklóricas. Esto ha sido ya tan visto en varias décadas, que de nuevo raya en la imagen típica, donde solo faltó el campesino con sombrero durmiendo abajo de un nopal.
De igual forma las actuaciones no son nada del otro mundo y el diseño de los chupacabras es más bien tierno y nada aterrador, por lo mismo no cuenta con un gran trabajo en efectos especiales y más allá de ver la historia de una criatura que inspire miedo, se podría haber hecho la historia con cualquier animal sin tratar de forzar incluir el tema del Chupacabras.
Chupa es una historia llena de fantasía donde el guion no importa, ni la época, ni siquiera el Chupacabras, al final solo es otra herramienta para hacer una historia de un niño buscando su identidad mexicana siendo ‘pocho’. Una película totalmente predecible en todo momento, donde sabemos cual sera el final del Chupacabras cachorro que regresará con su familia, o de Alejandro que terminará con una opinión diferente de su parte mexicana y ya un cariño a su segundo país de origen. Sin mucho que aportar al cine internacional, pero si buscas un film muy infantil para la familia o un pretexto para no acomodar el cajón de tus calcetines, esta es la opción.