Crítica de Los Campeones: una cinta sobre el respeto y la ignorancia del día a día

Cuando en los cortos del cine pasaron el avance de Los Campeones, lo primero que vino a mi mente fue ‘otra vez la misma y clásica fórmula de siempre’; la diferencia es que ahora de protagonista no era un actor guapo, es Woody Harrelson.

El factor Woody es lo que nos trae a esto que estás leyendo, muchos lo recordamos con Wesley Snipes en Los Blancos No Saben Saltar, joya del cine deportivo noventero (por alguna razón no está en ningún streaming en México) así que verlo con un balón naranja de nuevo, claro que sí.

Camepones, una más sobre los ‘underdogs’ del deporte

En Los Campeones veremos este tipo de película que desde hace décadas se hicieron favoritas de muchos, en el hockey teníamos a los Mighty Ducks, en el futbol americano a Pequeños Gigantes, bueno en México el Atlético San Pancho y Disney+ lanzó las series Big Shots y Mighty Ducks (con y sin Emilio Esteves). El cliché de estos filmes se basa en un entrenador medio amargado por problemas familiares o por carácter que es descendido y obligado a dejar sus sueños y entrenar una bola de chicos con y sin talento; llegar a las finales y poder levantar el trofeo en cuestión.

Lo hemos visto mil veces, unas más divertidas que otras. No es gran ciencia. Lo importante aquí es que hacer con una cinta de este tipo, darle un diferenciador y que, aunque es simple, deje algo al espectador.

Lo bueno y malo de Los Campeones

Originalmente, esta película es española bajo el nombre de Somos Campeones y fue un hit. Es maravillosa. Este remake trata de llegarle al pueblo ‘gringo’ que sabemos, odia ver películas extranjeras.

El primer acierto del director Bobby Farrelly fue el propio Woody Harrelson, quien es divertido y a veces molesto, eso sí, le bajó dos o tres rayitas al humor negro para evitar cancelaciones sociales. Otro es el buen acierto de tener a Kaitlin Olson en la jugada, a ella la conocemos dando cátedra en comedia en It’s Always Sunny In Philadelphia y ahora le entró al drama sin dejar de lado esa chispa; por suerte, no la vemos como la mamá del niño estrella y es simplemente, la hermana protectora.

Esto más allá del cast de los chicos con capacidades especiales, cada un de ellos lo hace genial, en especial Madison Tevlin y Kevin Iannucci. También vemos a Cheech Marin como el encargado del centro comunitario y no en algo violento como en las cintas de Robert Rodríguez.

Lo importante de la película y hay que verlo así es todo alrededor del equipo de Los Amigos, no si van a ganar o perder, ya que lo que se busca es concientizar a la gente sobre estos chicos con Síndrome de Down o que sufrieron un accidente y les causaron derrame cerebral; casos como ellos hay miles. Bien lo dice en un momento Harrelson, ‘ustedes son campeones solo por lidiar a diario con gente ignorante’.

Pero ojo, no es un drama y veremos a estos chicos sufrir como novela de Thalía, es de un tono ameno y te deja ver como estos chicos pueden ser autosuficientes y vivir de forma normal, incluso mejor que otros. Del otro lado, tenemos la redención del hombre que deja todo por su trabajo y aprende a conocer a los jugadores más allá de su nombre. Por cierto, también el amor a los animales está muy presente con el buen Johnny.

En el guion es donde cae la cinta, está muy marcada la separación entre personajes. Como si hubieran apartado tanto las vidas de todos que solo se unen en la duela. Claro, hay aventuras a la Disney pero sin el efecto del ratón, falta ese ingrediente de comedia boba o infantil, como quieras llamarle y solo queda en un ‘awww que buena onda’. No es una película de basket, a pesar de tener unos refritos de Big Shots de John Stamos y unos toques de las demás mencionadas; va más allá del deporte y se centra en el respeto a estas personas.

Los Campeones es entretenida y enriquecedora en su premisa, le falta ritmo y adentrarse más en los personajes y no solo el saber que hacen de forma breve, para crear esa conexión a diferencia del papel de Woody, a quien si le conocemos a profundidad.

Seguramente hará sentir incómodos a algunos, a esas personas no acostumbradas a las personas con capacidades diferentes, pero hey… esas son a las que se refiere la cinta como ‘ignorantes’.

Comparada a la española, es buena a secas y mejor la original.