Crítica de Suzume, la nueva gran obra de Makoto Shinkai

Makoto Shinkai se ha convertido en un referente dentro del cine japonés contemporáneo. Su nombre es sinónimo de maestría, heredero de un profundo cariño hacia el melodrama juvenil y el choque del folclor nipón con el mundo moderno. Con Suzume, nueva película que estrena este 13 de abril en México, reafirma el gran legado que este cineasta, continúa construyendo a partir de experiencias cercanas que su país ha atravesado en los últimos años.

A través de personajes habituales a su línea en medio de un toque fantástico, el autor explora de manera fascinante el duelo de una joven estudiante mientras emprende una aventura por gran parte del territorio nipón. Y aunque este encanto llega a sentirse a una repetición de sus obras anteriores, Shinkai aún tiene mucho por explorar del proceso de maduración en los jóvenes desde distintos obstáculos. Una maravilla.

Suzume, una conmovedora historia sobre el duelo

Suzume es una chica preparatoriana que un buen día, cruza camino con Sato Munakata, quien le pide indicaciones para llegar a unas ruinas en busca de una puerta. Intrigada y tras un ligero sismo, decide seguirlo hacia el sitio abandonado. Después de cerrar un portal secreto, la estudiante lleva al misterioso hombre a su casa para sanar sus heridas.

Ahí aprende que él se dedica a recorrer Japón para evitar terremotos al contener a un ente conocido como El Gusano, dentro de la dimensión avistada en el portal. Sin embargo, un pequeño gato parlante llega de inmediato y sin más, convierte a Sato en una silla (que obviamente, también puede hablar). Incapaz de continuar solo con la misión, Suzume decide acompañarlo en un acto de valentía y autodescubrimiento.

Una aventura tan emocionante como creativa, Suzume muestra un crecimiento en el argumento del director y su desarrollo de personajes. Suzume, como protagonista, resulta muy interesante. Desde el principio se establece el trauma que tiene por haber perdido a su madre cuando apenas era una niña y la relación familiar que debe llevar con su sobreprotectora tía. Pareciese que decide aceptar el llamado a la odisea por un deseo de escape en mezcla con la atracción pero en realidad, debe realizarlo para superar el fallecimiento y encontrar su lugar más allá de la común rutina de su pequeña ciudad.

Bien dicen que los viajes sirven para expandir tus horizontes y aquí se tomó muy en serio este sentir. La odisea de los jóvenes inicia en Kyushu (al sur de Japón) hasta Tohoku, en el extremo norte del archipiélago. Esto le permite a Suzume conocer realidades distintas, gente con otro tipo de necesidades y estilos de vidas.

De la amable repartidora en un pueblo al gañán de ciudad en su convertible, el filme funciona como un tierno tributo a su país, a las virtudes que guardan y al sentimiento de lealtad que comparten con aquellos que buscan el bien común. En un hablar más estético, es impresionante el detalle que manejó Shinkai para retratar de manera minuciosa cada uno de sus paisajes, las costumbres y el cambio tan marcado entre la vida del campo al bullicioso centro de Tokio.

Finalmente, los protagónicos en verdad lucen gracias al carisma que presentan desde el inicio. Jugar con el absurdo de una relación amorosa con una silla tamaño infantil es por demás fascinante. Cuando el momento del verdadero conflicto entra, es imposible no empatizar con la causa de Suzume, creciendo desde un aprecio honesto. Sin embargo, esto conlleva al único defecto de la cinta, si es que ya han visto al menos uno de los trabajos anteriores del artista.

Me es imposible no sentir que este híbrido de romance y drama fantástico, comienza a mostrarse un tanto predecible. Con Your Name fue alucinante el encuentro final de sus protagonistas pero en Suzume, siento que la conclusión va totalmente encaminada a un final obvio. En especial, noto un gran parecido con El tiempo contigo desde el planteamiento de enfrentar catástrofes naturales hasta el origen de la heroína. Eso le restó mucho al factor sorpresa, la verdad.

Conclusión

A pesar de encontrarse en la comodidad de sus habituales tramas, Suzume es excelente, divertida y un sensible análisis sobre las dificultades de crecer en un entorno donde las circunstancias, te obligan a madurar de golpe. Siempre tendremos vacíos, nada será perfecto pero de ti depende no estancarte.

El manejo de la música, la ambiciosa animación y las situaciones jocosas, ayudan aún más a enaltecer este mensaje. ¡Además tiene un gato que habla, que más quieres!