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Cine

La Monja 2, más terror pero con los mismos pecados

AJ Navarro

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La Monja 2
2 Reviewer
Calificación

Dentro del terror contemporáneo no existe franquicia más taquillera que la del universo del Conjuro, que lleva recaudados más de 2 mil millones de dólares en todo el mundo. Con todo y sus últimas cintas bastante irregulares, llega La Monja 2, buscando mantener viva la saga para expandir la maldad inherente de uno de los personajes más populares salidos de la misma: Valak. ¿Podrá continuar el legado o quedará en el olvido cual rezo insincero?

¿De qué trata La Monja 2?

Francia,1956. Un sacerdote es asesinado de forma salvaje y la presencia del mal se está extendiendo en el continente europeo. La última esperanza para detenerlo recae en la Hermana Irene (Taissa Farmiga) cuyo camino la llevará a encontrarse cara a cara con la monja demonio. ¿Será éste su enfrentamiento final? Uno de los más diabólicos espíritus vuelve de la mano del director Michael Chaves (La Maldición de la Llorona, 2019), regresando al ente atemorizante interpretado por Bonnie Aarons que causó pesadillas desde su aparición con los Warren en El Conjuro 2 de James Wan.

Chaves, viejo conocido del director y productor creador de la franquicia, sigue teniendo el voto de confianza del mismo. Este proyecto es el tercero que realiza para la saga, después de La Llorona y la tercera parte del Conjuro, siendo un par de los títulos más flojos de la misma, mostrando poco avance en la creación del suspenso o de una atmósfera adecuada para explorar a estos monstruos o las situaciones malignas a las que los protagonistas se enfrentan.

Ay nanita, La Monja está de vuelta y viene por tu alma. Fotografía: Warner Bros. Pictures
Ay nanita, La Monja está de vuelta y viene por tu alma. Fotografía: Warner Bros. Pictures

Sin embargo, el realizador parece por fin mostrar un aprendizaje interesante al entregar un inicio prometedor para La Monja 2, pues en su secuencia inicial crea un sentido de amenaza brutal que se va contagiando poco a poco… al menos durante el primer acto, donde incluso el guion parece bastante sólido y justificable a pesar de ciertas conveniencias narrativas para excluir el regreso de algunos personajes (ejem, Demián Bichir).

Incluso hay que aplaudir el trabajo de fotografía y musicalización de esta secuela. Marco Beltrami es quien se lleva as palmas en el apartado de la composición, pues demuestra su vasta experiencia y dota al filme, aún en sus momentos más ridículos, de una sensación acorde al tono de horror que se planteaba inicialmente. Por otra parte, la cinematografía de Tristan Nyby es capaz de crear atmósferas interesantes con filtros que van desde el amarillo casi ocre al azul e incluso el rojo, ofreciendo una sensación intensa en las mejores secuencias logradas por la cámara de Chaves.

Pero esas buenas intenciones e inicio ejemplar se comienza a desvanecer debido a las terribles decisiones de guion, esta vez escrito por Ian Goldberg, Richard Naing y otro viejo conocido de Wan, Akela Cooper, que para la mitad del relato comienza a perder el foco en la maldad inherente de Valak y su regreso para inclinarse por una extraña historia de unas niñas en un internado así como la relación extraña entre una niña y el jardinero Maurice (Jonas Bloquet), que al menos regresa despojado del burdo e insufrible humor de su personaje en la primera cinta.

Taissa Farmiga sigue los pasos de su madre en el universo del Conjuro, nuevamente enfrentando a Valak. Foto: Warner Bros. Pictures

Es en el desarrollo del segundo acto donde las conveniencias se convierten en pecados reincidentes de su antecesora, para finalmente ofrecer un tercer acto digno de risa, atascado de los habituales clichés de la franquicia en donde el terror se torna un humor involuntario incapaz de sostener a la amenazante figura de nuestra querida y demoniaca monja. Pero eso si, ofreciendo unos poscréditos que amenazan con un encontronazo a lo Godzilla vs Kong (Wingard, 2021).

Taissa Farmiga destaca ante la fragilidad de la historia, haciendo ver a su personaje como una sobreviviente cuya fe continúa haciendo milagros y cuya experiencia la avala como una exorcista caza demonios para el Vaticano sin llegar a lo absurdamente rockstar de Russell Crowe en El Exorcista del Papa (Avery, 2023). Es su acompañante, Debra, interpretada por Storm Reid, quien se queda en un intento burdo de compañera de viaje que resulta verdaderamente de sobra en todo el relato, aportando nada al mismo.

Con un montón de pecados y problemas alrededor, La Monja 2 si supera a su antecesora pero sigue manteniendo a la franquicia del Conjuro en un rango bastante mediano donde el espectáculo, los clichés y la falta de seriedad por el género hacen que esta secuela sea un divertimento pasable pero carente de la visión de las películas que encumbraron justamente a toda esta saga, pues la repetición de las fórmulas siempre llega a un punto de desgaste que acaba por perder el interés (o el miedo) de la gente.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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