Cine
No Mires al Demonio, una de terror hecha con mucha testosterona
Llega a cines, No Mires al Demonio, una cinta de terror que no tiene terror y que no entendemos por que no se contó la historia en E.U.
Enero se dejó caer con varios estrenos en el cine, uno de ellos es No Mires al Demonio, cinta que nos cuenta una historia nada original y que ya está más choteada que el “No Rompas Más” en cualquier fiesta de salón.
Algunos exquisitos podrían mencionar que en enero tenemos pura pelusilla (entre una que otra nominada al Óscar que llega retrasada) por lo que no esperábamos tanto de No Mires al Demonio, sin embargo tiene una que otra situación que hace que se justifique tu 2×1 en el cine.
De esto va No Mires al Demonio
La historia dirigida por Brando Lee, nos pone en los zapatos de Jules (Fiona Dourif) una chica que tiene poderes de conexión espectral quien, tras un desafortunado evento paranormal en donde pierde a su hermana, decide dedicar su vida adulta a ganar lana utilizando sus poderes para hacer programas sobrenaturales.
Junto con Matty (Jordan Belfi), Ben (Harris Dickinson), Wolf (Randy Wayne) y una recién agregada Annie (Thao Nhu Phan) el equipo de producción de “The Skeleton Crew” decide iniciar aventuras en Malasia para expandir su show a otros parámetros fuera de este lado del charco.
Sus aventuras al final los llevan a la casa de Martha e Ian, una pareja de güeros que viven en Malasia y que recientemente han tenido experiencias bien complicadas, como posesiones y alguna que otra forma de actuar muy rara por parte de Martha.
Pronto Jules y compañía encontrarán, que están ante una presencia que puede poseer a los presentes y que le pertenece a un wey que se hizo super poderoso por un ritual antiguo, el cual radica en sacar fetos humanos y hacérselos en carnita asada y echarse un taquito de feto humano.
Lo bueno de No Mires al Demonio
Dentro de todo lo ya establecido en este tipo de historias, sí se destaca el hecho de que tiene momentos de humor bien colocados y no tan explicitos, y he de destacar el final, ya que no termina en la clásica historia rosa donde el poder del amor lo puede todo.
Lo malo de la película
Sin embargo, No Mires al Demonio tiene toda la esencia de haber sido escrita, producida y filmada por carnales que tenían la testosterona altísima para los estándares actuales, ya que son muchas las referencias y acciones en donde claramente se ven los chistes pa vatos, así como algunas escenas random nomás para enseñar pieles.
Muy al estilo de hace décadas en las pelis de serie B en donde era casi obligatorio enseñar teta, acá hay chistes de penes y sobre todo una muy innecesaria manera de manejar la relación de los protagonistas, en donde incluso hay una infidelidad que neta, pero neta no le aporta nada a la historia, bien pudieron haberla saltado y no pasaba nada.
Sin embargo, supongo que está ahí solo para acentuar el hecho de que la protagonista está “histérica” o que “anda en sus días”; pero bueno, pasando de largo todo eso, la película se va por el mismo riel que todas las películas desde hace más de 20 años.
Otra cosa con la que no pude fue el hecho de que ni en Televisa se atreven a hacer tan tremendo pantallazo verde mientras manejan, nunca entendí por qué No Mires al Demonio tenía a huevo que hacerse en Malasia cuando claramente se ve que todo fue filmado en lo más gringo de la tierra.
Queriendo justificar pendejadas como que la casa no tiene ni un pedo de asiática, los caminos a huevo tienen que usar la pantalla verde y la peor de todas, que casualmente todos los que caían a la casa poseída eran de habla inglesa.
No esperes nada nuevo, simplemente No Mires al Demonio es un buen pretexto para ir al cine a ver algo desenfadado que tiene poco (casi nada) de terror, realmente lo cual la hace una película súper tibia
No Mires al Demonio se estrena este mismo fin de semana (18 de enero) en todos los cines del país y pues te recomiendo que vayas en 2×1 para que no te sientas tan estafado.