Pobres Criaturas: rebeldía y color en la nueva película de Emma Stone

Por Ed Vázquez.

Los humanos somos seres sobresalientes, exploradores, fuertes, débiles, amorosos, perversos y brutales, poseedores de un desarrollado libre albedrio que nos hace decidir, en muchos escenarios, qué forjar en nuestro camino. Aunque la filosofía dicte que solamente somos carne y hueso. No, esto no es una clase de filosofía o psicología barata disfrazada de una disque reseña cinematográfica… ¿o sí?

Todo lo anterior o parte de ello es plasmado de una forma cínica, inmoral, incomoda, elegante, farsante y de manera colorida en la nueva cinta: Pobres Criaturas, del director griego Yorgos Lanthimos (The Favourite) con las actuaciones de Emma Stone, Willem Dafoe y Mark Ruffalo.

De qué va Pobres Criaturas

Una joven hermosa de nombre Bella Baxter (Emma Stone) fue a la puerta de la muerte y aunque descanso unos breves minutos ahí, fue revivida por el brillante y poco ortodoxo Dr. Godwin Baxter (Willem Dafoe). Ahora bajo la protección de este, Bella ha estado aprendiendo del mundo bajo una burbuja médica y extravagante, lo cual poco a poco ira evolucionando en un hambre por aprender más sobre el mundo de afuera.

Así que hambrienta de conocimiento, Bella ve la oportunidad para escapar con Duncan Wedderburn, un sofisticado como muy perverso abogado que la llevará a un viaje personal, rebelde y único donde la igualdad y liberación se volverán el punto de encuentro para llegar al clímax de esta historia.

Yorgos Lanthimos es de esos directores con los cuales quieres tener algo de cuidado al tener un visionado de su trabajo. Aparte de que es alguien que no le quieres enseñar a tu familia en un día de películas o mostrarle a tu pareja en alguna cita donde si vayas a ver netflix. Pero puede que esta cinta de el efecto de ”no querer ver Netflix” por ciertas buenas razones.

Lanthimos nos puede servir un plato de cosas turbias, añadiendo algo de exceso como sazón, incomodidad y una pizca abrumante de ingenuidad para conectar con el personaje en ciertos momentos, lo cual nos hace cuestionarnos en ocasiones qué carajos vimos, aunque no seas fácil de impresionar. Así que en su más reciente trabajo con Pobres Criaturas, él no teme hacer su propia visión de un mundo fantasioso y el cual conlleva defectos, de cómo el aprendizaje por nuevas experiencias, gustos y sabores puede ser buena o mala hasta llevarnos al borde del desarrollo, pero siempre apiadándose de poca forma del espectador con algún chiste de pastelazo, bien estilizado o remate ácido.

Pecaré en decir lo siguiente, pero por momentos en mi mente revoloteó ver esto como una extensión fantasiosa de aquella Ninfomanía de Lars Von Trier y el libro de Joe. Aunque no podría compararlo, pero si igualarlo en la misma estantería de esa intimidad.

El director deja bien marcado en cada proyecto su raíz griega, donde el punto de la tragedia prevalece de menor o mayor forma, la cual por momentos dentro de su filmografía es recibida como una cachetada o machetazo al pecho como si uno fuera luchador. Sin duda alguna, Lanthimos cuenta lo que quiere de una manera mordaz, agudiza y reflexiona en esta ficción y comedia ácida sobre el descubrimiento, la autoexploración física como mental, la razón, la ingenuidad, el dolor y la sexualidad, esta última como una herramienta evolutiva y macabra para nuestro personaje principal.

Algo que tendríamos que resaltar primero es que se encuentra basada en el libro de Alasdair Gray. Aunque no pregunten si es mejor que la cinta, porque aquí nos enfocaremos en el visionado, el cual se trasladó del guion de Tony McNamara y nos ayuda a entender este cuento de hadas divertido y caprichoso, extravagante y con uno que otro tornillo zafado para darnos algo delicioso en este banquete de perversidad, sentimientos, evolución y camino sensorial que provocará en algunos asombro o incomodidad, amor y odio, otorgando una clase rápida del ascetismo griego a través de diálogos bien pensados, remates únicos y chistes bobos pero que nutren la trama.

Y como segundo, es el aspecto visual en la fotografía de Robbie Ryan y el ojo que Lanthimos tiene para llevarnos a algo muy íntimo y de stalker con su “ojo de pescado”. El aspecto de época victoriana y el fragante uso del blanco y negro para inducirnos a una ensoñación cautivadora que pronto se convertirá en un arcoíris para engolosinar la vista. Aunque no podríamos dejar atrás el añadido de steampunk por momentos y el cual nos hará recordar un poco al videojuego de Bioshock Infinite.

La música de Jerskin Fendrix es una cereza del pastel que podríamos definir como algo enormemente minimalista, caótico, hipnótico y paradójicamente algo bien construido, aunque haya un terreno de caos de por medio.

Por último y no menos importante, hablemos de una trinidad de actuaciones que sostiene el filme en sus dos horas y veinte minutos de duración. Emma Stone (Bella Baxter) es y desprende mucho de ella en pantalla grande, esto para darnos algo divertido, atrevido, reflexivo y liberador como delicioso y exquisito sin el temor al qué dirán o qué pensarán. El personaje de Stone a veces es ingenua, maquiavélica y gatuna pero transparente como caótica en sus diálogos o acciones.

A su lado, tenemos a Willem Dafoe (God) como alguien excéntrico y muy paternal, y aunque no explota en pantalla grande como esperaríamos, Dafoe sirve mucho como la mano derecha de Stone para que ella sobresalga en pantalla; él nos brinda por momentos esa calma en medio de un berrinche, es el motor correcto que nos aterriza en este enfermizo espectáculo y que nos ayudará a entender a nuestra protagonista y algunas intenciones.

Y no menos importante, tenemos a Mark Ruffalo con el papel de Duncan Wedderburn y al cual amarás u odiarás, pero que servirá como un potente, dramático y tóxica máquina para desarrollar a nuestra protagonista en su búsqueda de libertad y aventura; sí, algo muy diferente y sorprendente este papel y actuación para el mismo Ruffalo en su carrera.

Sin leernos tan mamadores y que hagamos que la pólvora explote con buenas intenciones: ¡podrás amar u odiar esta cinta! Lanthimos nos ofrece un mundo donde la provocación, la sexualidad, la aventura y reflexión es algo cautivante y una moneda de cambio para que el espectador intenté disfrutar del viaje con un reparto de primer nivel; la rebeldía, color y pasión estarán a la orden del día en esta comedia y fantasía que no será para todo el mundo, pero a más de uno, quizás les hará decir: ¡ESTO ES CINE, JODER! ¡QUÉ RICO!

Aunque para nosotros es un exceso (de buena manera) de Emma Stone en todo su esplendor, una Emma por aquí y una Emma por allá te hará sudar luego de haber comprado el boleto. Pero sí, Pobres Criaturas es una película provocativa para comenzar la ruta hacía la temporada de premios y una de las favoritas de Lanthimos para su propia filmografía.