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Entrevistas

Tito Fuentes: “el arte y el rock son una válvula de escape”

Irreverente, franco y todo un rockstar, Tito Fuentes charló con Pólvora sobre su fase solista, Molotov y los demonios mentales que le achechan.

AJ Navarro

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Molotov

Durante el lanzamiento de la nueva colección cápsula, Vans x Marcos Castro, no sólo se fusionó el arte con la moda, sino también el rock, representado por Tito Fuentes, guitarrista y vocal de Molotov, que dio una tocada muy especial para acompañar esta celebración. Pólvora estuvo presente y charló con él acerca de su etapa solista, sus demonios internos y la forma en que la música y el arte le ayudan a exorcizarlos.

Entre murales y música: Tito Fuentes y Marcos Castro


La House of Vans de la Ciudad de México fue el marco para unir el talento del muralista mexicano con el rockero por excelencia de la Molocha. Tito Fuentes reveló que ambos tienen un lazo increíble. “Es muy amigo mío y hacemos obras juntos que no hemos sacado aún a la luz, incluso intercambiamos talentos. Es decir, a veces le digo qué pintar y él me dice cómo hacer una canción“, mencionó el guitarrista.

Siempre, equiparadamente a la música, he estado explorando esas áreas aunque no he logrado tener mucha exposición en comparación a ella. Es bonito acompañar este momento porque con Marcos me animé a pintar. Antes de conocerlo, había pintado algunos óleos y él me enseña aún a hacer cosas. Obviamente es una persona divina y coincidimos en muchos asuntos de la vida”, añadió el músico.

Tito Fuentes demostró el desmadre y poderío característicos de su personalidad. Foto: AJ Navarro

Tito el solista, un ‘solo de lira’ muy necesario


La unión entre el rock y el arte es algo que, para Fuentes, forma parte de su catarsis creativa. “Para mí, ambas son extensiones de mis emociones, es absolutamente liberador y necesarísimo para mí. No he tenido tanto tiempo para dedicarme tan a fondo a ello pues es muy demandante la carrera. Además de que las giras con Molotov son como de mapamundi, porque vas de Sevilla a Valle de Chalco, luego a Los Ángeles y Nueva York, pero pasando por Zacatecas. Es una putiza pero a pesar de que no he tenido mucho tiempo, si quiero enfocarme a darle serio a lo individual”, declaró.

Esa parte como artista plástico ha sido una cara que le ha ayudado al guitarrista a sacar algunas de las ‘lagunas metales’ que ha enfrentado. “Totalmente. Tuve una expo de collages el año pasado y justamente toda la obra derivaba de estos malestares y no poderle poner palabras a situaciones que quería comunicar. Sí fue una válvula de escape, definitivamente“, afirmó.

Y aunque podría pensarse que parte de las presiones y dilemas viene de los retos que tiene con la Molocha, Tito Fuentes confesó con hilaridad: “En Molotov hay cero presión. Somos cotorros, somos cachondos”, bromeó . “La verdad la pasamos bien. La presión está en el orden que le ponen, que tenemos que acatarnos en una gira o en presentarte a tiempo o en lo que puedas aportar efectivamente a la banda, pero pues a pesar de todo es padrísimo”.

Ante las diversas situaciones que ha encarado en cuanto a su salud mental, Tito también habló de ese más reciente material con la banda de sus amores., Solo D’Lira.Mickey Huidobro le puso así por mi. Le mamó, aunque también le iba a poner Anexágoras, hijo de la verga”, declaró entre risas. “Fue un proceso bueno pero sí estuvo duro. Tuve mucho apoyo de mis compañeros, la verdad. Estuvieron muy pendientes, muy preocupados con mi salud y como siempre apoyándome mucho, lo cual fue muy padre”.

En medio de mucho calor y verdaderos fans del músico, Tito Fuentes cerró una velada chida en el House of Vans. Foto: AJ Navarro

De la vida loca hasta ‘el ocaso’


Claro que el artista ha demostrado que ha vivido una vida llena de excesos de la que no se arrepiente, pero en donde la madurez le ha llegado inevitablemente. “Pues imagínate. Llevaba chupando desde los 19 años sin parar hasta hace poquito. Era duro ver hacia dónde te lleva eso, o sea, vida como de diplomático a los 19. No tengo crecimiento social en la universidad ni nada por el estilo. Es una experiencia particular, muy padre y obviamente a la hora de ser un adulto, funcional, responsable, padre, familia, pareja, pues tuve que mandarme al taller un ratito”, apuntó el ahora reformado Ismael Fuentes de Garay.

Aunque las épocas han cambiado desde el primer álbum de la Molocha, al hacer El Ocaso Fuentes expresó que jamás para de crear, aunque a veces se tome las autoreferencias de forma muy literal. “Por ahí me dijeron, cuando lancé ese proyecto, ‘deja de ponerle a tus discos como tú’”, ironizó entre risas. “Y estaba haciendo otro proyecto que se llamaba Poseidroc, que no terminé. De hecho, el mural que está en la pared de este lugar es de Marco y está basado en la portada que estábamos pensando en ese álbum. Estoy siempre tratando de sacar de aquí y acá, convertirlo en música o en arte”.

“Ahora me junté con Dani Peregrino para hacer mis cosas como solista y creo que va a estar chido. Como decía el Mamilas: vamos a hacer más, unos 500 mil años al menos. Por ahí estamos haciendo, dicho sea de paso, un podcast con un amigo que habla sobre salud mental”, añadió el carismático vocalista.

La silueta inconfundible de Tito la noche del viernes en House of Vans. Foto: AJ Navarro

Asimismo, Fuentes reveló otro proyecto que buscará revivir muy pronto. “Siempre me la paso haciendo cosas. Antes de El Ocaso, estaba una banda que no ha editado nada desde hace 12 años, que se llama Venganza. Tengo unos 10 tracks ahí guardaditos, con Diego Solórzano, miembro de Rey Pila, que grabamos juntos y no salió nunca a la luz, por ejemplo. Tengo estas rolas que hice en mi debacle, que tampoco están editadas. Sí tengo mucho que decir todavía. Mi intención es retomar todo, claro, incluyendo a Venganza”.

El rock: un vicio del que no se descansa


Antes de ir al escenario, Fuentes no dudó en manifestar el amor que le tiene al tocar. “Es tan especial el rock para mí y lo que hace un amplificador en un escenario. Siempre digo que el momento de un concierto está subvaluado porque es una cosa preciosa, efímera, laborada, pero mientras estás ahí, ya pasó el acorde, ya pasó la rola, ya pasó el concierto. Es una cosa que disfruta en el momento. Una de las maldiciones del músico es que nunca vas a poder verte de frente. Pero me apasiona mucho estar tocando en este ambiente”, concluyó.

Si bien Tito no piensa soltar su faceta solista, sabe que aún tiene cosas por hacer con Molotov. Pero esa noche, ante los asistentes de la House of Vans, decidió regalar un viaje por todo lo que ha creado, desde El Ocaso hasta la Molocha, incluso recordar a Milo, Mel y Mayel, quienes lo acompañaron en la tocada de una hora al lado de los hermano Ino, mostrando que después de la debacle no hay descanso para el vicio del rock, incluso aunque nos quieran apañar.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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