Cine
Toshkua: un valioso documental sobre las desapariciones en México
Toshkua es un documental que retrata las cruzadas de distintas familias en busca de sus seres queridos desaparecidos.
Por: Ed Vázquez.
Hablar sobre el número de desapariciones, casos sin resolver y dolor personal como familiar, es un tema delicado y no muy fácil de manejar y digerir. Es aquí, donde el documental Toshkua nos brinda una mano cálida y verdadera para seguir el trayecto de un gran grupo de madres que ha emprendido un viaje para buscar a sus desaparecidos con una gran tormenta de incertidumbre y el tiempo en contra.
Desde Centroamérica y con el fin de llegar a los Estados Unidos, muchos jóvenes salen de sus hogares y vidas para tener una nueva oportunidad y comenzar de cero para conseguir un sueño de estabilidad y alivio económico y personal. Pero es, en medio del camino, donde muchos desaparecen mientras atraviesan México, siendo olvidados por la misma tierra, tiempo y justicia.
De qué va Toshkua: Un camino silencioso sobre la desaparición
La película narra dos historias. Primero: el viaje de Mary, la cual sale de Honduras en busca de su hijo, migrante desaparecido en Tamaulipas, México. Durante su travesía, se une a otras madres que buscan a sus hijos, es ahí y en este viaje donde ella entenderá la magnitud de la crisis de desapariciones; enfrentándose a una fuerte y cruda verdad llena de obstáculos.
Como segundo camino, tenemos la crónica de Don Francisco, decano de la etnia pesh, el cual se enfrenta a la destrucción en la selva de la Mosquita, la emigración de sus hijos y la desaparición de su idioma.
¿Qué significa Toshkua? Es una palabra de la lengua pesh, la cual es hablada por comunidades indígenas de Honduras y significa DESAPARECER. Y es, a partir de esta palabra que su director Ludovic Bonleux, realiza un documental (estrenado en el Festival Internacional de Guadalajara) sobre las ausencias y las personas que persisten para reencontrarlas, así como plasmar la perdida del idioma e identidad.
Toda la historia que veremos aquí comenzó hace once años fuera de la pantalla, aunque lo que veremos dentro de dicho trabajo y tras la lente de la cámara, es parte de un noveno año.
Este documento que Ludovic Bonleux lleva a cabo, nos habla sobre el idioma, el esfuerzo, el silencio agobiante y punzante de las estadísticas de esos números oscuros y rojos, así como el amor y perseverancia con una pizca de fe que desemboca en dos caminos inconexos a simple vista, pero que tienen mucho en común.
El documental nos da apertura con Don Francisco, el cual nos llevará a una mirada más natural, espiritual y casi religiosa para hablarnos en idioma pesh sobre la pérdida de esta lengua madre, así como las barreras del idioma y como debemos afrontar esos cambios con sabiduría sin derrotarnos, ya que eso nos arrastra a un lugar que nos consume y atrapa por mucho tiempo, la oscuridad.
“Cuando perdemos, quedamos en oscuridad. Como locos, ahí vamos a andar cuando no tenemos sabiduría…”
Y es aquí donde seguiremos los pasos de nuestra protagonista: Doña Mary, madre de Marco Antonio Amador Martínez, desaparecido en Tamaulipas, mientras cruzaba a los Estados Unidos.
Su historia comienza un 11 de marzo del 2013; aquí debemos destacar que el contraste de Francisco con Mary es mayor, ya que ella lleva el peso de mostrarnos esa desaparición de la humanidad, la empatía, el cansancio, el dolor y la tristeza del día a día con la desesperación de ver que ese día esperado que curará el alma está muy lejos de llegar. Mary logra entregarnos en algunas palabras, la historia de varios migrantes y el por qué tienen que salir de sus hogares, evitando que el director caiga en un exceso.
Pero es cuando se une a la caravana de madres, donde ella se fortalece para seguir adelante, obteniendo fuerza en el día o la noche para seguir esta búsqueda, aunque por dentro se encuentre destrozada. El miedo y esperanza en sus ojos se nota en esos silencios que el trabajo nos brinda para asimilar ciertas cosas de la realidad. Su voz, es una gran herramienta para llevarnos hasta la terrible realidad y con los ojos muy abiertos a este abismo de oscuridad.
Puede que ambas historias que se nos presentan aquí no tengan nada que ver la una con la otra, pero es en los pequeños detalles y escenarios (en específico ese contexto de la guerra estadounidense, la guerra en México contra el narco) donde su director, Ludovic Bonleux se arriesga para mostrar dos polos opuestos en imagen pero que con pizca nos lleva a un tema sensible, arriesgado y un arma de doble filo que puede incomodar a algunos y llamar la atención de ciertas instituciones de justicia, pero siendo un mismo camino para hablar sobre la desaparición.
Bonleux aparte de dirigir, se hace cargo del guión para llevarnos a ciertos escenarios de manera empática y sensible, como ponernos un contexto del por qué sucede todo lo que hay dentro de nuestra historia principal, haciéndonos sentir algo muy personal y cercano. Así que por medio de Francisco se nos otorga ese toque natural que nos llevará por la senda de lo espiritual, y lo importante que es el lenguaje para comunicar lo que sentimos, aunque este en otro idioma.
Mientras que, con Mary, es evocar la tristeza y la melancolía en una foto, el dolor que causan algunas palabras, pero, sobre todo, resaltar el amor y la fortaleza y todo lo que estaría dispuesta a hacer por aquellos que ama, hasta convertirse en un ave que pueda volar sin fronteras y sin ningún muro o papeles de por medio. Para este punto su director logra crear un camino silencioso sobre la desaparición, el cual va a ensordecer y levantará una que otra charla. De un lado tenemos un documental para todo el mundo y el cual trae una campaña de impacto, lo cual es difícil de conseguir hoy en día.
Puede que el final de este documental no deje satisfecho a algunos, pero es la prueba fiel de que a veces, no todas las historias tienen un final luego de créditos, aquí es algo donde la lucha sigue y es constante sin un punto y a parte de por medio.
Toshkua no solo significa desaparecer y documental más, esto es dolor, llanto e impotencia por una verdad que a veces parece un chiste muy mal contado o una broma demasiada macabra.
Esta producción podrá ser algo pequeña, hablando de una manera comercial, ya que tiene asignada solamente veinticinco salas para su proyección, pero es grande en alma, corazón y dedicación por parte de su director y la producción en compañía del elenco o mejor dicho, personas que llevan esto sobre sus hombros.