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La Gran Exclusiva, grandes lecciones y secretos del periodismo

AJ Navarro

Publicado

el

La Gran Exclusiva
4 Reviewer
Calificación

El periodismo y el cine suelen llevarse bien y recientemente han encontrado la forma de reivindicar la labor periodística a través de casos de investigación y entrevistas basadas en hechos reales que han dejado huella. Tal es el caso de La Gran Exclusiva, que toma como base el libro Scoops y retoma una de las conversaciones más polémicas que ha tenido la televisión británica.

De qué va La Gran Exclusiva

La productora y periodista de la BBC, Sam McAlister (Billie Piper), en medio de una crisis dentro de la BBC, le da seguimiento a una noticia llamativa sobre el príncipe Andrew (Rufus Sewell) y su peculiar lazo amistoso con el criminal Jeffrey Epstein. Debido a la evolución de esa noticia y el giro dramático que da, ella propone una idea: tener una entrevista en el show estelar del canal, Newsnight, con él para limpiar su imagen aunque el resultado pudiera ser infame.

Esta dramatización por parte del director Phillip Martin (The Crown) nos da acceso privilegiado a los entretelones de la infame entrevista de las mujeres detrás de Newsnight como la misma McAlister y la inquebrantable conductora, Emily Maitlin (Giillian Anderson) que ante toda adversidad así como la mirada de la Corona encima de ellas, lograron la gran exclusiva del momento a la que hace alusión el título.

El guion, creado por Peter Moffat y Geoff Bussell, da una bella cátedra de la labor periodística para conseguir una entrevista e ir en busca de una nota de manera correcta mientras sabe generar una tensión sobre el caso. Por momentos, la historia junto a la adecuada dirección de Martin, veterano ya en crear dramatizaciones de casos de la vida real, nos angustia por no saber si podrán realizar la conversación sin ser vetados por alguien, dándole un halo de tensión al filme que es aplaudible, sobre todo porque ya sabemos lo que pasó en realidad.

Billie Piper encarna a la visionaria productora Sam McAllister en La Gran Exclusiva. Foto: Netflix.
Billie Piper encarna a la visionaria productora Sam McAllister en La Gran Exclusiva. Foto: Netflix.

Es a través de las discusiones, las llamadas telefónicas, la confirmación y búsqueda de las fuentes de información adecuadas así como el poder de la mediación para lograr que el príncipe Andrew logre salir del discurso que sostuvo por mucho tiempo y finalmente se atreva a dar la cara para hablar de viva voz sobre esa complicada amistad con Epstein parte de lo destacado en el desarrollo del filme. Ni qué decir de ese enfrentamiento final entre él y Maitlin, el punto climático que no explota de manera amarillista la situación, sino que ofrece una posición de testigo silencioso ante el cinismo de las respuestas conseguidas.

Pero La Gran Exclusiva no depende solamente de un guion sólido, sino que se complementa con una gran laboral actoral por parte de los tres más importantes protagonistas de esta dura conversación. Primero, tenemos en un gran rol secundario a Rufus Sewell (Dark City, 1998; Viejos, 2021), cuyo prínicpe Andrew es la esencia viva del mujeriego descarriado que no le agradaba a la Corona. Su pedantería disfrazada de carisma es muy bien representada junto a un maquillaje ejemplar que lo transforma de forma física.

Por otro lado está la fuerza noticiosa detrás de esta conversación. Primero, Billie Piper (Doctor Who, Penny Dreadful) asume el papel de McAlister, su firmeza y determinación combinado con su desfachatez representa la lucha de una periodista por mantener viva la profesión. Aunque esa actitud la lleva a chocar con mucha gente de la BBC, resulta ser el perfecto complemento para Maitlin (Anderson), que dota muy bien de ese estoicismo de la figura pública de Maitlin, llevándola al límite en la charla con el príncipe.

La labor de maquillaje es memorable, como se aprecia en Rufus Sewell. Foto: Netflix.
La labor de maquillaje es memorable, como se aprecia en Rufus Sewell. Foto: Netflix.

Esa triada de actores enriquece la experiencia de dramatismo dentro de La Gran Exclusiva, enalteciendo casi de manera teatral las tomas cerradas que no sólo sirven como base de este drama intimista, sino que nos va mostrando poco a poco rasgos de las personalidades de los tres y su inevitable curso de choque.

Otra de las virtudes de este filme es la partitura, compuesta por Anne Nikitin y Hannah Peel, que crean una música de perfecto acompañamiento a la tensión laboral creando esa sensación de reto constante y tensión necesaria para que el relato funcione. Ni qué decir del trabajo de maquillaje y vestuario de la cinta, otro de los aspectos que define no sólo la caracterización correcta de los personajes de la vida real a quienes dan vida, sino que define de buena forma las posturas, caracteres e ideas que cada uno tiene.

Los duros retos de la labor periodística y los secretos detrás de una entrevista son revelados en La Gran Exclusiva. Foto: Netflix.
Los duros retos de la labor periodística y los secretos detrás de una entrevista son revelados en La Gran Exclusiva. Foto: Netflix.

Por ello, La Gran Exclusiva resulta un ejercicio cinematográfico digno de ser usado en escuelas para mostrar la importancia de la labor periodística, del trabajo y responsabilidad que ese oficio implica y que, tristemente se ha estado perdiendo ante la inmediatez de las redes y las falsas noticias. Es ahí donde esta cinta encuentra su importancia, encontrando además un eco de un empoderamiento femenino interesante que no acepta un no como respuesta ante la capacidad de lograr lo imposible mientras nos da un vistazo a los secretos y retos del verdadero periodismo.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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