Vaivén ’24, cuando el calor y la fiesta se unen

Cruzar la CDMX de norte a sur en sábado a mediodía no es cosa sencilla, el tránsito vehicular es inagotable y las altas temperaturas capitalinas presentadas en las últimas semanas pueden volver la espera un sufrimiento; sin embargo hay algo que siempre aligera el camino: la música que nos acompaña. 

Nuestro destino, al igual que el de muchos capitalinos, eran los Jardines de México en Morelos para la última edición del festival Vaivén que tendría como estelares el regreso del dúo francés Justice y al sudafricano Black Coffee, estandarte de la música electrónica afro. El soundtrack de carretera tenía que ser el indicado para escoltarnos por 100 kilómetros hasta las inmediaciones del lago de Tequesquitengo pues nos esperaban algunas piedras en el camino; la primera un embotellamiento de más de una hora desde el tianguis de comida a la altura de Tres Marías hasta pasando la curva de “La Pera”.

El avance vehicular de metro en metro parecía eterno, solo quedaba subir el volumen del estéreo e imaginar que ya estábamos en uno de nuestros lugares favoritos: bajo las luces del escenario bailando algo del disco house alemán de Purple Disco Machine, alocados con el techno de Solardo o robotizados por los sintetizadores de Justice. 

Tras la demora nos volvemos a sumergir en el flujo del camino con rumbo al paraíso de las flores morelenses, ahora suena Capital Cities y sus melódicas canciones de electro pop nos llevan a la nostalgia; la vida, la fiesta y la carretera pasan muy rápido cuando escuchas buena música.

Casi hemos llegado, peeeeeeero sobre la carretera Cuernavaca-Chilpancingo nos topamos de frente con el jefe final de los embotellamientos vehiculares; una fila de 2 kilómetros para entrar al estacionamiento del lugar que sin la ayuda de policías viales o elementos de seguridad del festival se formaba un tapón de vehículos queriendo acceder todos al mismo tiempo, dando como resultado un encantador tiempo de espera de aproximadamente 50 minutos. 

De nuevo no quedó más que acomodarnos en el asiento y escuchar nuestra selección musical caminera mientras reflexionamos sobre ese mal hábito de los festivales en México, donde su logística de movilidad muchas veces es completamente rebasada por la enorme cantidad de asistentes que año tras año crece; según datos de la plataforma global Statista, para este 2024 el mercado mexicano de eventos musicales alcanzará ingresos por 349 mil 400 millones de dólares y se visualiza que llegue hasta los 383 mil millones para el 2028.

Vaivén 2024: Mis escenarios me respaldan

Por fin llegamos al evento y tras pasar la zona de seguridad nos dirigimos a recargar la pulsera cashless antes de que se nos olvide. El primer pasillo que daba la bienvenida era un camino adornado con cientos de tiras de papel color amarillo y azul que bailaban y revoloteaban al ritmo del viento.

La segunda parada en el corazón de la celebración antes de pasar a las tripas del festival, una fuente circular con la cruz del logo de Justice en material de vidrio montada en una base giratoria mientras el atardecer reventaba de fondo; parada obligatoria para la mayoría de los asistentes que aprovecharon el gran montaje de la pieza combinado con el show de la naturaleza para subir una memoria a sus redes sociales. 

Tres escenarios y 15 horas de fiesta continua fue la oferta que presentó Vaivén para este año. El escenario Bacardí fue el más pequeño de los tres y tuvo como actos principales a Edelbrook, live de WhoMadeWho y cierre del dj-productor francés Darius. La Cave fue la guarida de los sonidos de las sombras que dejó lo mejor para el final cuando la bandera sudafricana girara en las tornamesas a cargo del poderoso afro tech house de Black Coffee. 

La tarima principal nuevamente se llamó escenario Vaivén y aunque las temperaturas llegaron a marcar por momentos  37 grados centígrados en el estado de Morelos durante el día, la calurosa fiesta se prendió verdaderamente al caer la noche cuando Capital Cities se apoderó del escenario principal.

Los californianos se lucieron con los principales éxitos de su primer disco “In A Tidal Wave Of Mystery”, sonaron los clásicos “Kangaroo Court”, “I Sold My Bed, But Not My Stereo” y el multi reconocido sencillo “Safe and Sound” que en nuestro país se maxi viralizó hasta el punto de convertirse en el himno nacional de Telcel, gracias a un popular comercial televisivo de la empresa telefónica donde utilizaba la canción para promocionar la llegada de la red 4GLTE hace ya 10 años. Es curioso escuchar un sonido tan fresco y caer en cuenta que ha pasado más de una década desde su estreno, el tiempo vuela y solo queda disfrutar el momento porque como dice Héctor Lavoe ¿Y para qué leer un periódico de ayer? Eso sí siempre acompañados de buena música. 

Nos movemos a La Cave para disfrutar una vez más a Tom & Collins, los reyes del latin house mexicano. En tres de las últimas cuatro ediciones del festival han estado presentes gracias a sus refinadas mezclas, pues foro donde se presentan pista de baile que no para de moverse como lo fue en los shows que ofrecieron este año en EDC o en Tecate Pal’ Norte. Con éxitos como “La Boa” de La Sonora Santanera o “Fruta Fresca” de Carlos Vives remezclados al beat de cuatro cuartos unificaron el sonido que los caracteriza para seguir dándole rostro al house latino en México. 

Regresamos al escenario Vaivén donde lxs franceses de L’Impératrice ponían a toda la audiencia a bailar con un poderoso show de nu disco y electro pop cargado de luces y atuendos futuristas que parecían salidos de la película “El Quinto Elemento”. De Francia a Alemania en un sólo paso pues continuaría Tino Pointek mejor conocido como Purple Disco Machine uno de los shows más esperados del line-up. La atmósfera fue la ideal: noche, calor, luces neón y un repertorio de canciones ochenteras que se conjuntaron para una notable exhibición del alemán.

 Disco, new wave, italo disco, high energy y house fueron algunos de los géneros que mezcló en su set; canciones como “On My Mind” en la que colaboró con Diplo, “Dopamine”, “Body Funk”, “Exotica” y “Dished (Male Stripper)” se combinaron junto a samples de algunos temas clásicos como “Valerie” de Steve Winwood, “Don’t You Want Me” de The Human League y “Smalltown Boy” de Bronski Beat. El momento clímax de su presentación fue cuando hizo una majestuosa transición del temazo “More Spell On You” de Eddie Johns a “One More Time” de Daft Punk mientras la animación de una enorme bola disco giraba a sus espaldas, generando un ambientazo de canto y baile bajo la luna.

No podíamos ni movernos de ese escenario pues el artista más esperado del festival estaba por salir. Nos referimos al dúo francés conformado por Gaspard Augé y Xavier de Rosnay conocidos mundialmente como Justice y que regresaban a México exactamente un día después de estrenar su nuevo material discográfico llamado “Hyperdrama” terminando con la ausencia de 8 años sin disco de estudio. 

Una escenografía robótica futurista con líneas de luz en el piso y techo disparando en todas direcciones, estructuras metálicas de paneles con luces que subían y bajaban cambiando de color; un auténtico atasque visual. 

Sonaron los clásicos “Genesis”, “Phantom”, “Safe and Sound”, la multi reproducida “D.A.N.C.E.” y de la más reciente producción “Neverender” y “Generator” entre otros. El regreso de Justice se suma a la selecta lista de grandes artistas que volvieron a México en este 2024 después de una larga ausencia en territorio nacional.

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Nos trasladamos por última vez al escenario de La Cave para el dj set final del festival. Son las dos de la mañana y la canadiense Blond:ish termina acto para darle paso en las consolas a Black Coffee, el sudafricano fue el responsable de ponerle punto final a una experiencia musical más donde el calor y la fiesta se unieron para dejarnos un grato recuerdo de Vaivén 2024.

Nkosinathi Innocent Maphumulo es el nombre real de Black Coffee quién es quizá el dj más representativo del continente africano en la actualidad. Una de sus cualidades más llamativas como artista es que tiene el poder de la música en un sólo brazo, así es, su brazo derecho es el único con el que puede tocar ya que su brazo izquierdo perdió toda la movilidad y quedó paralizado en un accidente que sufrió a los 13 años.

El 11 de febrero de 1990 al salir a las calles para festejar que ese día liberaron de prisión a Nelson Mandela un coche lo atropelló y le dislocó el hombro, dañándole el plexo braquial que es la red de nervios que envía señales desde la médula espinal hasta el hombro, el brazo y la mano. Sin embargo esa discapacidad nunca ha limitado su carrera como deejay, al contrario desarrolló una fortaleza única que lo ha llevado hasta lo más alto del tech house mundial desarrollando un estilo muy propio de música electrónica afro.

Con una sencilla playera holgada color negro y sus carácterísticos lentes de pasta gruesa negra Black Coffee se enraizaba en el escenario debajo del logo en forma  de V de Vaiven color naranja. La iluminación de su show fue más sencilla, ya que el maestro de la mezcla se enfocó en refinar por dos horas los oídos de los guerrerxs más aguantadorxs en la pista de baile. Aunque empezaba a acercarse la alta madrugada Black Coffee seleccionó bien sus cartas para otorgarnos los sonidos amplios y profundos que derivaron en el goce y la sabrosura de un tech house que nos mantuvo flotando hasta la última nota de este memorable Vaivén 2024.