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Atlas, Ni Jennifer Lopez puede salvarse de las IA

AJ Navarro

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El carisma de JLo no basta para que Atlas, propuesta de ciencia ficción de Netflix, sobreviva al fin del mundo en este relato a favor de las IA
Atlas
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La ciencia ficción sigue resonando en nuestro presente, ya sea con futuros distópicos que nos respiran en la nuca (Furiosa de George Miller) o ejercicios minimalistas donde el futuro nos da una ligera esperanza. Sin embargo en Atlas, Jennifer Lopez al lado del director Brad Peyton crean una cinta que funciona como un mero divertimento que cae en todos los clichés del género pero cuyo guion a favor de la Inteligencia Artificial deja mucho que pensar.

De que trata Atlas

Atlas Shepherd (Jennifer Lopez) es una analista antiterrorista que no confía en la inteligencia artificial ni en la tecnología del todo. Pero ante la posibilidad de detener al robot que busca acabar con la humanidad, Harlan (Simu Liu), ella descubre que puede existir una única esperanza para capturarlo y evitar que cumpla su plan. Sin embargo, no todo sale bien y Atlas tendrá que depender de la IA que la acompaña, Smith, para completar su misión y salvar su vida.

El director Brad Peyton, que ha colaborado anteriormente con otra mega estrella de Hollywood, Dwayne “The Rock” Johnson, dirige un guion escrito por Leo Sardarian y Aron Eli Coleite que resulta ser un enemigo más letal que el propio villano del filme. Y es que aunque los escritores toman como referencias cintas como Yo Robot de Alex Proyas o Minority Report: Sentencia Previa de Steven Spielberg para crear este mundo futurista, no están ni cerca de crear un relato que proponga reflexiones interesantes sobre las ventajas o peligros de la tecnología.

Con todo y el dilema que nuestra protagonista enfrenta, Atlas se inclina mejor por la gracia y la espectacularidad de los golpes mucho más cercana al tipo de cinta que haría un Michael Bay, llenando de secuencias de acción y explosiones una historia meramente palomera, descuidando los diálogos cursilones típicos del género en la década de los 80 pero sin lograr el mismo impacto.

La historia entonces se convierte en un ejercicio que va de la intolerancia hacia la tecnología y las inteligencias artificiales hacia un discurso donde se les defiende incansablemente porque aparentemente no todas son tan malas como se aparenta, mismo que también falla en otra cinta hermana lanzada por Disney el año pasado, Resistencia (Edwards, 2023), teniendo esa un planteamiento todavía más interesante pero que peca de aleccionar al espectador.

Jennifer Lopez no luce en Atlas ni en su intento de ser un relato emotivo: Foto: Netflix
Jennifer Lopez no luce en Atlas ni en su intento de ser un relato emotivo: Foto: Netflix

Esto se refleja en los actores, comenzando por Simu Liu, que tristemente su esfuerzo por usar pupilentes de color y no ver absolutamente nada en las tomas para hacer un villano por primera vez en su carrera, falla rotundamente. Sus motivaciones son contradictorias y el dilema de hermandad que supuestamente tiene con Shepherd se siente vacío. Si bien aparece poco en la cinta, jamás se percibe su halo amenazante y termina por ser una copia desabrida de cualquier Terminator pero sin la complejidad de James Cameron detrás.

Y aquí pasamos con la gran estrella latina, Jennifer Lopez. No importa que tanto drama y corazón le quiera imprimir a la cuestión humana de la relación con su madre o el mismo Harlan, la cuestión es que su actuación es exagerada en todo momento. Si a eso le sumamos que la cuestión de hacer las paces con su pasado para abrazar la ayuda de Smith resulta ser un viaje al diván suplido por una carcasa metálica que parece tener igual de malas líneas que los protagonistas, resulta bastante flojo.

Una constante problemática de los más recientes proyectos de Netflix ha sido el aspecto visual y el manejo de los efectos especiales. Aquí, Peyton no cae tan bajo (como si lo hizo Snyder en su olvidable díptico), creando una ciudad de Los Ángeles futurista con varios reminiscentes y que no luce mal la mayoría del tiempo. Pero es cuando llegan los planos cerrado de batalla donde Atlas si luce bastante falsa, casi como una cinta de serie b que no pareciera costar 100 millones de dólares.

Simu Liu es una caricatura de malo con motivaciones torpes en Atlas. Foto: Netflix
Simu Liu es una caricatura de malo con motivaciones torpes en Atlas. Foto: Netflix

Es así que esta nueva cinta de ciencia ficción desluce por completo en el problema eterno del hombre contra las máquinas, sintiéndose más como una aventura de pareja dispareja que una verdadera reflexión hacia el problema muy presente de los avances tecnológicos y las consecuencias que puede haber en su mal uso. Aquí, eso no existe, solo el mero espíritu conciliador completamente plano de tener un amigo IA que nos pueda salvar la vida… o acabar con la misma.

Ni modo, aquí ni Jennifer Lopez ni una armada llena de droides con inteligencia artificial podrá salvar del olvido a una cinta que cumple meramente como un burdo entretenimiento que busca hacernos creer que el futuro depende de esa unión entre máquinas y humanos que, por si fuera poco, toma millones de referentes de cintas que funcionan mucho mejor al plantear los pros y contras de algo que, en nuestra realidad, nos está alcanzando y sobrepasando. Mejor recordemos los Atlas de las escuelas primarias o el equipo rojinegro de futbol que, tal vez, nos entreguen más alegrías o recuerdos que esta cinta.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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