Cine
Maxxxine: un buen cierre para la trilogía de Ti West y Mia Goth
De la mano de Ti West y Mia Goth, llega a cines Maxxxine, cierre de la trilogía de terror iniciada por X hace dos años
Llegó como una sorpresa y terminó convertida en uno de los sucesos más grandes que haya ocurrido en el cine de horror contemporáneo. De la mente de Ti West en dupla con la actriz inglesa Mia Goth, llega finalmente a salas Maxxxine, tercera parte de la saga que comenzó en 2022 con X y su precuela, Pearl. Épica sobre la obsesión de la fama, los sacrificios y crueles obstáculos para llegar a lo más alto, es de celebrarse como, en una era saturada por la nostalgia hacia los viejos títulos, a una serie nacida durante la pandemia se le haya permitido tener tanto éxito.
Junto a Goth, se añade un cast acorde al contexto hollywoodense de la obra entre nombres como Kevin Bacon, Giancarlo Esposito, Bobby Cannavale, Michelle Monaghan, Halsey y una breve pero jocosa participación de Lilly Collins. Un estupendo cuadro que cierra esta historia que busca llegar al público como la máxima oda ochentera, con sus beneficios y sí, tristemente, también con su inverosimilitud.
“No aceptaré una vida que no merezco”: De qué va Maxxxine
Ubicada seis años después de la Masacre en Texas vista en la primera entrega, Maxine Minx sigue en su búsqueda del estrellato y tras consagrarse como un ícono de la industria pornográfica, finalmente recibe una oportunidad para demostrar su talento con un papel importante en una película de terror. Sin embargo, las calles de Los Ángeles están siendo azotadas por un asesino en serie conocido como The Night Stalker, poniendo en peligro la vida de todas las jóvenes soñadoras que buscan forjarse un nombre en la ciudad.
Maxxxine es por demás una obra muy interesante de analizar. Si X fue este oscuro paraje texano en honor al cine de explotación a la Craven o Hooper, aquí se busca ser un producto fiel a la época, que va desde elementos básicos como la dirección de arte, la fascinación ante los formatos de video caseros, el soundtrack que juega entre heavy metal y el synthpop, los one liners (“Drop It, Buster!”) dignos de los héroes de acción y vaya, hasta la referencia de que el personaje afroamericano es de los primeros en morir. Cada detalle está perfectamente cuidado para llevarnos al gran antagonista del filme: el pánico satánico.
El montaje inicial nos adentra al contexto histórico que viven los personajes, la decadencia moral de la era Reagan, el conservadurismo de Tipper Gore en la famosa audiencia donde participaron Zappa y Dee Snider en defensa de la música, todo el exceso consumista ochentero de una ciudad iluminada por los escaparates de espectáculos para adultos y marquesinas de blockbusters veraniegos. Esta enorme influencia de la cultura popular hacia los jóvenes que los arrastra al pecado y al mismísimo diablo, emprendiendo una cacería de brujas hacia la violencia y sexo en cine, música y TV con un fin similar: lucrar con la desgracia ajena, siempre ocasionada por otro tipo de factores. Como lo ocurrido con Eddie Munson en Stranger Things, por ejemplo.
Así mismo, Maxxxine rinde cuentas con el pasado de su franquicia. Mientras Goth mimetiza el éxito de su personaje hacia si misma, también convertida en estrella a partir de una película de terror, vemos al director soltar referencias más allá de los evidentes flashbacks, como la protagonista pisando la estrella en el paseo de la fama de la vampiresa del cine mudo Theda Bara (referencia al lagarto mascota de Pearl) o ciertos diálogos que retumban como eco a través de personajes secundarios como el malicioso detective interpretado por Kevin Bacon o el simpático manager encarnado por Giancarlo Esposito.
Sin embargo, la obsesión hacia los 80 es tal que absorbe varios errores de un filme de la época. Uno se acostumbra al personaje de sombrero oculto en las sombras, transmite bien el sentimiento de cliché slasher. Luego, cuando llega el clímax definitivo, la rendición de cuentas absoluta por todo lo ocurrido hasta este punto, es de un absurdo impresionante. Porque, ¿qué otro género era el rey de la taquilla en la época? ¡La acción, claro está! Y, ¿qué tiene que ver con el resto del tono de la obra? ¡Nada, aunque igual ahí está! El final anhelado está, más no una buena forma de llegar a él, tanto que llegar al epílogo, satisfactorio hacia Minx, se vuelve pesado de ver. Se entiende el por qué de la decisión pero, ¿qué necesidad?
Es frustrante y estoy seguro que dividirá a la gente pero antes de llegar a tan estúpida resolución, es un viaje que se disfruta. Desde escuchar ‘Obsession’ de Animotion en un travelling al señalamiento vial de Hollywood, el gore enfocado hacia lo escatológico con sus efectos prácticos, hasta ver al kitsch personaje de Bacon al que solo le falta el mondadiente para ser el clásico retrato de maloso callejero. El mensaje de perseverancia y apasionarse por sus sueños, resulta más atractivo que en sus antecesoras, mucho más elaborado en la reflexión y el goce de llegar a la cima. Hay mucho por celebrar de este filme, si omitimos ese (torpe) tropiezo.
Finalmente debo hablar de la otra gran estrella de Maxxxine: el soundtrack. Ti West, alabado seas por ser uno de los pocos seres humanos que reconoce “Prisioner of Your Eyes” de Judas Priest. Eso, no cualquiera. También por ahí suenan ZZ Top, Kim Carnes y Ratt. Buena curaduría que presenta a actos comunes desde un lado B. Joyita.