Reseñas Discos
Songwriter, una buena despedida para Johnny Cash
John Carter Cash encontró unos demos de su padre, Johnny Cash, y da un último adiós con Songwriter, con todo y la ayuda de Dan Auerbach.
En el momento en que uno escucha al hombre de negro, Johnny Cash, el tiempo parece regresarse y de golpe te transporta a un western que bien podría ser protagonizado por Clint Eastwood, Michael Landon o John Wayne.
Si bien, ya muchos habíamos pensado que no quedaba nada nuevo bajo esas seis cuerdas de uno de los padres del country, ya que lleva varios años difunto, pero bueno, a The Beatles los siguen exprimiendo y eso que llevan más años fuera de circulación.
Este año anunció Songwriter como un proyecto del hijo de Johnny, John Carter Cash, dando vida a unos demos grabados por su padre alrededor de 1993; antes de que U2 lo reclutara para el cierre de su disco Zooropa con “The Wanderer”; que se quedaron enlatados.
Incluso Johnny sacó nuevas canciones, más discos como The Man Comes Around, que fue el disco que lo llevó a todavía otros niveles de reconocimiento fuera del country / gospel a nivel internacional gracias a ese cover de “Hurt” a Nine Inch Nails. También salieron varias recopilaciones de sus primeros años, pero estos temas se olvidaron.
Al final, Johnny Cash dejó algunas sorpresas en Songwriter
Así que el buen trabajo de su vástago se ve reflejado en estos 11 tracks, los cuales parecen ser (ahora sí), lo último inédito que podríamos tener de Johnny Cash, los cuales de origen tenían la ayuda de el propio John en la guitarra, el bajista Dave Roe, Pete Abbott en la batería y David ‘Fergie’ Ferguson en la producción. Para darle un nuevo toque aparece Dan Auerbach de The Black Keys.
Y hay que decirlo, este álbum suena demasiado actual, como si Johnny hubiera grabado este año las voces (menos golpeadas por la edad), así de limpia es la producción. Es lo que uno esperaría hoy en día de él, buenas letras, una narrativa que, aunque fue hecha hace 30 años, suena actual. Es la gracia de sus letras, siempre atemporales y que encajan en cualquier momento y terreno, desde la carretera hasta un bar de mala muerte donde sirvan buen whiskey.
Esto no le quita ese toque de nostalgia, su guitarra es inconfundible, unas steel guitar que hipnotiza. Son canciones sencillas, cortas, por lo que Songwriter se va rápido, tan solo media hora con el hombre de negro. Una buena despedida.
“Hell Out There” es un buen gospel, donde hay coros angelicales de fondo, un reverb en la voz y unos slides que no hay mejor forma de arrancar este disco póstumo. Auerbach es la guitarra líder en “Spotlight”, con arreglos que el conocimos en sus primeros discos con The Black Keys, así que seguramente estuvo en un sueño participando en este track. Un tema muy chicano, bluesero y la única con arreglos en sintetizador que destacan del resto.
Para los que gustan de la lírica narrativa personal, como en sus primeros años “Drive On” será su canción del disco, hablando de su viejo amigo el country y como tocando desde joven conoció, sufrió, gozó y encontró su verdadero ser. Sencillamente, dejándose llevar. Algo así muy anecdótico lo tienen “I Love You Tonite” pero en una balada para gente que tuvo sus años mozos en los 60-70 y “She Sang Sweet Baby Jane” donde una madre le canta a su bebé en la montaña.
“Have You Ever Been To Little Rock” es alegre, se antoja conocer este lugar en Arkansas. Ese sonido que amaramos en “Hey Porter” o en “Oh, Lonesome Me” con un piano vertical y un piano de cola, llega años después con “Well Alright”, uno de los mejores momentos del disco. Por esa tesitura “Poor Valley Girl”, una chica que salió más canija de lo que creían y “Soldier Boy”, el militar que regresa de servicio que dejó de ser un chico de golpe.
Ya con un country más a lo que le conocimos al final, “Sing It Pretty Sue”, un bonito tema sobre la chica que busca ser la nueva estrella en la radio y televisión se une a “Like A Soldier”, la última canción de un disco de Johnny Cash, no hay más y que termina bien, no es triste, ni melancólica, es digna de rockola del viejo oeste donde hasta en sus peores momentos siempre logró sobreponerse, golpeado, pero de pie. Algo atinado en la vida y obra de Cash.
Es un buen adiós de su hijo John, la verdad es que por años no esperábamos algo nuevo ni tampoco diferente, pero si sorprende la calidad de su producción y es un vistazo breve a diferentes etapas de su padre. No es el mejor disco de Johnny, pero tiene al menos 5 canciones que hubiera sido un lujo escuchar en vivo y que bien pueden estar en discos recopilatorios.
Acá te dejamos el disco en Spotify: