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Descuida, yo te cuido: apología del perfecto villano

Ni en el INAPAM son tan mañosos.

Mario Valencia

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Descuida, yo te cuido - Reseña

Netflix continúa con gran racha en sus estrenos a falta de salas tradicionales. Esta semana estrenó el thriller con tintes de comedia negra Descuida, yo te cuido, protagonizado por Rosamund Pike (nominada al Globo de Oro a mejor actriz de comedia por este papel), Eiza González, Peter Dinklage y Dianne Wiest. Un relato acerca de Marla Grayson (Pike), una estafadora sin escrúpulos que embauca jueces, abogados y ancianos bajo la promesa de un pacífico asilo para arrebatarles todos sus bienes. Esto hasta que tiene a mal toparse con una mujer que oculta una turbia vida y que en sus palabras “es su último error”.

Rosamund Pike es experta en encarnar personajes desdeñables y esta decisión de reparto es la virtud más destacable de la película. Ver disolverse la mirada de inocencia que muestra en el primer segundo de Perdida hacia sus despreciables actos, es de gran impacto. Lo mismo vemos en Descuida, yo te cuido: una mujer de moral ruin sin titubeo a actuar sólo acorde a sus intereses. A su vez, es brillante, con una mirada mordaz hacia la vida. No le teme a nada con tal de convertirse en millonaria. Es una forma atípica de abordar el empoderamiento femenino, siempre visto desde una ética intachable. La naturaleza humana no distingue géneros, ciertamente. No está mal empatizar con un villano (o quizá yo sea un psicópata), y aquí la prueba de un personaje bien construido, incluso apoyado por la brillante paleta de colores azules para denotar su sicopatía.

Descuida yo te cuido (I Care A Lot) - Reseña

Lo malo de ella no son sus acciones, sino que la película al ser planteada como una sátira, poco aporta a la simpatía que vemos del lado antagónico del mafioso Peter Dinklage. No es una Ryan O’Neal en Luna de papel, sino una mujer fría, absorta en su senda capitalista y por más que sus gestos busquen crear esa chispa, los diálogos no le favorecen para ello.

En cambio cuando Dinklage aparece en escena apoyado por la calculadora participación de Wiest, el filme cambia por completo el tono. El clásico gangster ruso con su toque inocente de adicción a la azúcar al mando de secuaces incompetentes que dan justo esa parte cómica faltante. Cada segundo que aparece este hombre en pantalla, es excelente.

Por supuesto, el tema Eiza es vital para esta producción. Más allá de su buena actuación, la actriz mexicana es cómplice de un tremendo logro de la narrativa: la relación que entabla con Rosamund. Parece que al fin Netflix sabe como retratar un amorío gay sin hacerlo ver como anuncio de la ONU. Todo fluye tan orgánico entre ellas que establece un nuevo parámetro de como retratar la vida LGBT en el cine con algo que siempre había sido obvio: verlo como cotidianeidad. Joya.

Gran parte de Descuida, yo te cuido es alimentada por esta idea del distópico sueño americano. Pisotear a quien esté enfrente sin importar las consecuencias y llegar hasta los extremos. Pero mientras parte del mensaje es resumido en el folclórico “el que no tranza no avanza”, lo mismo cometieron los realizadores al soltar varias inconsistencias bajo el pretexto de avanzar la trama. La más inverosímil de todas es: Eiza recibe la golpiza de su vida por un grupo de mafiosos; acaba inconsciente con una evidente fractura de cráneo. Cuando Pike la encuentra su reacción es “un bañito y a dormir”. Al día siguiente, Eiza como si nada, con unos moretones coquetos lista para la venganza. Bellos absurdos del cine.

Todo esto culmina en un patético tercer acto, contradictorio hasta para el empoderamiento femenino que tanto predica sus protagonista en su actuar. A pesar de su atinada conclusión, un karma muy simbólico, esta maldita maña de presentar giro tras giro para “complejizar” la trama. Ya no era necesario prolongar tanto la duración cuando este duelo entre Pike y Dinklage, había ofrecido todo lo que podía.

Descuida, yo te cuido estuvo cerca de la perfección pero como buena producción de Netflix, no supo mantener el ritmo hasta su conclusión. Merecida nominación de Pike al Globo de Oro por este genial retrato y a su vez, Peter Dinklage merece todo el reconocimiento aunque comienza a encasillarse en el habitual papel de rufián de poca monta. ¡Aunque es irresistible el hombre! Joyita, aunque aspiraba a ser una obra más importante.

Calificación: 7.5

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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