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Ni No Kuni II: Revenant Kingdom Prince’s Edition, el port más ambicioso en Switch
Aunque el título luzca como el clickbait del año en esta sección, pronto veremos el por qué de una afirmación tan grande. En Switch, he jugado ports buenos (Burnout Paradise), inimaginables (Doom) y otros francamente mediocres (FIFA 19, Assassin’s Creed III). Pero lo ofrecido por Bandai Namco con Ni No Kuni II: Revenant Kingdom Prince’s Edition (largo el nombrecito), RPG lanzado en 2018 para PS4 y PC, es una maravilla técnica que ningún usuario de la consola debe perderse. Incluso si no se es tan afecto al género, el encanto de la animación y sus personajes, fascinará a cualquiera. Aquí podría terminar la reseña, con un efusivo corre a comprarlo. Pero hablar de sus virtudes es inevitable.
La historia en un inicio nos lleva presenta a Roland, un presidente en tiempos modernos (con un evidente estilo norteamericano) el cual, cae víctima de un misil que impacta en una gran urbe. Al despertar, se encuentra como una visión más joven de si mismo en el reino fantástico de Ding Dong Dell. De inmediato conoce al príncipe Evan, un niño con rasgos felinos de una raza conocida como Grimalkin que a los pocos minutos, es víctima de un golpe de estado del otrora consejero de su padre. Pronto aprenderá toda la intriga política detrás de esta usurpación y tras apenas sobrevivir, Roland y Evan se embarcan en una épica aventura: formar un nuevo reino, uno que unificará a todos los reinos del mundo. El relato no tarda unos cuantos capítulos en tornarse predecible aunque los giros al final, se agradecen.
Para los fans de la primera entrega, encontrarán varios guiños por ahí. El más divertido fue el acertijo para recibir la bendición de tu Kingmaker. Un puzzle que funge como recordatorio de los sucesos vividos por Oliver.
Sé que muchos leen RPG y aún piensan en los tiempos de antaño de las peleas por turno. Pero Ni No Kuni II ofrece distintas formas de juego a lo largo de la trama. Aquí el combate en tiempo real es adictivo gracias a la adición de seres místicos llamados Higgledies. Estos tiernos y misteriosos entes podrán ayudarte en batalla, mejorando tu defensa, elevando tu salud, etc. Lo típico. Sin embargo, cada uno de los cien disponibles, posee una personalidad distinta. La estrategia recae en combinar a los más compatibles para que su utilidad sea mayor.
Otro elemento nuevo son estos momentos tipo estrategia en tiempo real, las batallas campales, donde llegas a nuevos territorios y debes barrer con todos los bandidos ahí presentes. Es una distracción simple donde controlas a tus secuaces con el simple uso de los gatillos donde ellos hacen toda la acción y tú debes guiarlos al final. En ocasiones puedes lanzar ataques especiales, mezcla entre The Wonderful 101 y Pikmin. Faltó pulirse la acción en este modo aunque en general le da un ritmo divertido a los demás encuentros en el mapa.
Pero la novedad es la construcción de tu nuevo reino, la parte Civilization del reto. Dado que no puedes ni planeas quedarte en tiendas de campaña toda la vida, pronto te verás obligado a mejorar tus edificaciones, construir recursos, obtener mejores armas y objetos en tus tiendas, etc. Para ello, debes formar parte de excursiones hacia bosques y otros reinos para obtener los recursos necesarios. Esto evita que la historia se vuelva lineal y le ayuda a diferenciarse a las otras ofertas del momento que de Bandai Namco.
A diferencia de su antecesor, respaldado por completo por la animación de Studio Ghibli, la esencia original no se pierde gracias al trabajo que Level-5, consiguió con el artista Yoshiyuki Momose. Hay varios escenarios bellos como el reino de Canghai, aunque algunos compañeros, como los piratas, pecan de genéricos. Aunque si a esto añadimos la espectacular banda sonora de Joe Hisashi, estamos ante una obra esteticamente a la altura de los filmes del estudio. Eso sí, Lofty jamás está a la altura de Drippy, tu compañero del primer juego… Le falta mucho carisma.
Pero el juego ofrece una abundante variedad de objetivos por hacer en estilos acorde a ello. Construir tu reino involucra horas para conseguir recursos y generar alianzas con los reinos vecinos hasta llegar a la inevitable hora de enfrentar a los usurpadores del trono.
Los veteranos del título ya saben todo esto así que, ¿qué hay de nuevo para ellos? De entrada, es impresionante que todo el juego corra bien en el dock, a 30 fps estables (los cuales distan de los 60 fps a los que corría en PS4 pero… Sólo a los más geeks les preocupa ello). Aunque al principio sufre de una ligera caída de cuadros cuando recorres el mapa, no arruina la experiencia en general. Eso sí, en modo portátil esta caída es más notoria y el mundo presenta unas texturas bastante pobres. Pero el hecho de tener todo esta odisea en tus manos, me sigue pareciendo joya.
De igual forma, incluye todos los DLC disponibles en sus versiones anteriores, Lair of the Lost Tome y Tale of a Timeless Tome, así como todo el Adventure Pack. Esto añade aún más horas a la de por si extensa aventura.
Finalmente, algo que igual me sigue pareciendo extraño de esta saga es la decisión tan errática para usar diálogos hablados. De repente, durante momentos de mucho texto, llegan unas cuantas frases con voz… Y luego silencio de nuevo. No tiene sentido, resta mucho el mood de la escena.
Conclusión
Ni No Kuni II es un juego obligado para cualquier gamer y es una oportunidad imperdible tenerlo en el Switch. Aún con sus problemas técnicos que francamente, después de ver las texturas dignas de PS2 de Mortal Kombat 11 o los bugs de FIFA 19, son nimiedades. La historia del príncipe no es tan encantadora como el cuento de hadas de la primera, pero el relato de Roland no deja de ser intrigante hasta los últimos episodios.
Quizá el recorrido no supere a su antecesor, aunque igual pasarás horas explorando el mapa en busca de recursos para el reino, cumpliendo las decenas de misiones secundarias para mejorar tus tiendas y en general, seguir con el tedioso requisito de subir de nivel. Lo cual me lleva a recomendarte jugarlo en Hard, pues la dificultad Normal es demasiado fácil.
Sin más, ahora sí: corre a comprarlo.