Cine
8 películas perturbadoras con finales para volarte la cabeza
Tiempos inusuales demandan recomendaciones, y en esta ocasión haremos un conteo de películas perturbadoras que te dejarán sin dormir
Por Adyerin Rueda
Tiempos inusuales demandan recomendaciones inusuales y en esta ocasión, aprovechando las próximas fechas de oscuridad y terror, haremos un conteo de películas perturbadoras que si bien no pertenecen al género del horror sí que pueden dejar sin dormir a más de uno por sus peculiares tramas y espeluznantes desenlaces.
Saló o los 120 días de Sodoma
Empecemos por lo más light y conocido. No se puede dudar que esta obra de Pasolini es más que famosa en el universo de la cinematografía de culto. La historia de un grupo de hombres que secuestra a menores de edad para abusar de ellos hasta la muerte ha sido un referente del cine abyecto, escatológico y sádico haciendo un tributo de gran honor para su fuente de inspiración: El Marqués de Sade.
Estamos de acuerdo que es una tortura para el espectador el vía crucis por el que pasan los jóvenes y una preciosidad la crítica que hace a la decadencia moral que engendra el poder. Sin embargo, el final se lleva las palmas pues demuestra que nada importa cuánto se masacre, se ultraje y se goce porque después de la brutalidad absoluta y del desenfreno sin límite sólo queda el hastío y el absurdo.
Holocausto Caníbal
Ya mucho se ha dicho sobre este experimento Mondo que aún en la caótica época en la que vivimos sigue sorprendiendo y dejando una opresión sobre el pecho. El falso documental remata con la crueldad de una tribu hacia los extranjeros que se han atrevido a pisar sus tierras y violentar a sus mujeres y animales. De acuerdo, la conclusión no es tan sorprendente pero sí muy amarga.
954 √Pinocchio (1991)
Pinocho raíz cuadrada de 964, como buen producto japonés, por sí sola te explota la mente. Un film muy difícil de ver y entender. Lo normal será que a lo largo de sus 97 minutos de duración se sientan mareos y náuseas gracias a su ambiente ciberpunk hiperrealista y a todas las escenas mórbidas y grotescas que componen la travesía. Una pieza que se sugiere se mire con mente abierta debido a que está llena de simbolismos, metáforas (de renacimientos y transformaciones) y un fin digno de la más loca imaginería moderna nipona.
Dogtooth (2009, Yorgos Lanthimos)
Ya estamos inmersos en la parte de la lista que contiene los pesos pesados de los finales que te dejan con la boca abierta.
Este film merece su propio artículo: una joya del arte que relata la vida de un padre y una madre que han decidido mantener a sus hijos alejados del exterior, de todo aquello que queda más allá de su jardín y las paredes de concreto de su enorme hogar. Inculcándoles un código de comportamiento infantil, ocultando todo lo que implique un afuera, cambiando el significado y referentes de las palabras y enseñándoles reglas desquiciadas; los progenitores les prometen que sólo podrán conocer el mundo una vez que pierdan uno de sus colmillos. Aunque siempre fueron muy cuidadosos, requirieron de los servicios sexuales de una intrusa para su hijo y ese fue su más grave error: una de las niñas se percata de que hay algo más allá, se arranca un diente y viola la más recalcitrante de las normas impuestas en su asfixiante mini sociedad.
Vivarium (2019, Lorcan Finnegan)
De una estética hermosa y angustiante esta película es una maravillosa metáfora del loop en el que estamos engullidos, una poderosa crítica a los deber ser y a las exigencias neoliberales y globalizadas que someten a los humanos y los obligan a verse igual y aspirar a lo mismo. Perturbadora y mística, cuenta la vida de una pareja que busca una casa en la cual invertir sus vidas y horas de trabajo. Se acercan a una oficina de bienes raíces que los lleva a un laberinto sin salida en el que tendrán que sobrevivir a sus miedos, dudas y a un siniestro niño. Otra obra que necesita su propio análisis y cuyo final no dejará de asombrar.
El Demonio Neón (2016, Nicolas Winding Refn)
Tesoro surrealista y enigmática piedra preciosa del cine contemporáneo. El personaje de la bruja aquí es explorado en un escenario en el que la moda gobierna y la obsesión por lo físico consume: Una misteriosa y solitaria chica llega a la ciudad acaparando las miradas y la atención de los más grandes diseñadores encendiendo la envidia de modelos consagradas quienes buscarán obtener un poco de ella, de su elegancia y belleza únicas. Manjar visual con una culminación épica.
The Lobster (2015, Yorgos Lanthimos)
Y regresamos con el genio de Lanthimos y con esa necesidad de una reflexión aparte. Perfecta pieza de ciencia ficción donde la soledad es la clave.
Una sociedad distópica te obliga a encontrar pareja y de no ser así se te transforma en el animal de tu preferencia. El protagonista huye del triste destino y se une al ejército rebelde que, en otro extremo, reprime cualquier relación romántica. Junto a los rebeldes, él se enamora de una mujer miope a la que la líder de la resistencia deja ciega. Después de vengarse de la cabecilla dándola de comer a los perros, los enamorados escapan para vivir como pareja. Sólo falta que se compenetren por completo dejando como final una escena impresionante y deprimente (¿o impresionantemente deprimente?).
Mártires (2008, Pascal Laugier)
Obra maestra del cine gore de la nueva ola francesa. Pesadilla contemporánea que exalta, como el primer film de esta lista, los grupos de poder que desesperados por cumplir sus deseos y caprichos corrompen los cuerpos de inocentes.
Una tortura sin precedentes en la que el objetivo no es la muerte sino la antesala a la misma. Un sufrimiento agotador que no mata ni lleva a la demencia, sino que, por medio de cuidadosos procesos, trata de mantener a la víctima en un estado que le permita ver el más allá sin quedarse ahí…La gran pregunta ¿Qué hay después de la muerte? ¿Qué se asoma en los últimos momentos en los que la vida está a punto de extinguirse? ¿Es Dios? ¿El paraíso? ¿La nada? La respuesta es susurrada por la moribunda al oído de su verdugo dejando al espectador con la más terrible de las dudas: ¿le dio la verdadera respuesta?, ¿o sólo se burló de ella haciéndola enloquecer? Uff, un final como ningún otro en el que la incógnita no consiente se concilie el sueño.