Crítica a Patitos Feos: toda la película recae en el carisma de sus protagonistas

Tuve la oportunidad de ver Patitos Feos, película mexicana dirigida por Mauricio Chernovetzky la cual ya se encuentra en diversos pero seleccionados cines en el país y que responde bien ante la insaciable necesidad del público mexicano de ir a ver cine nacional de buena calidad y que sabe manejarse en el presupuesto, (claro que te estamos viendo de reojo a ti ¡Que Viva México!).

Es bien cagado que durante los primeros 15 minutos de la película andas superperdido, no sabes hacia dónde va, no tienes ni idea de por qué la relación entre tres hombres adultos y una anciana existe, y mucho menos sabes las motivaciones de cada uno de los protagonistas.

Lo que si tienes en pantalla es la relación que tienen tres hermanos con su abuela, las acciones que tienen y un misterioso contador de puntos que premia cada que uno de los hermanos tiene una idea muy disparatada o algún acierto en la vida.

De esto va Patitos Feos

La historia nos transporta a un ranchito chihuahuense en donde viven Abelardo (Giancarlo Ruiz), Pepe (Luis Deveze) y Chuy Arambula (Checo Rubio), junto con su abuela y un cuidador que la atiende en sus necesidades. Estos tres caballeros se encuentran desempeñando diferentes tareas propias en el ranchito.

Abelardo un ávido de la ciencia, se dedica a comprobar y teorizar todo lo que pueda encontrar en lo que el desierto le permita, mientras que Pepe y Chuy únicamente se dedican a existir y a pelearse con peluches.

La verdadera aventura empieza cuando su abuela, que es norteamericana, les manda a una audaz tarea. Ya que la abuela asegura que en sus tiempos mozos se anduvo caldeando al mismísimo Pancho Villa, por lo que manda a los Patitos Feos a localizar y recuperar la cabeza del mismo Villa.

Aquí es cuando ellos previos a la aventura deciden darse un viaje con peyote que los hará encontrarse con su “yo” interior y así poder expulsar el animal salvaje que traen dentro.

Una historia de un peyotazo que cae de maravilla

La trama es supersencilla y explicita, ya que los caballeros empiezan a alucinar cabrón sobre la aventura de encontrar la cabeza de Villa, para esto la aventura los lleva a cruzar desiertos, bosques, ciudades hasta que logren encontrar tan valioso objeto.

Sin embargo, toda esta parafernalia de debraye le pone un encanto surreal a la historia, la cual es perfectamente aderezada por el carisma de los protagonistas de Patitos Feos.

Las risas no paran de lo inverosímiles que pueden ser las situaciones, por ejemplo hay una escena en un bar de 5ta donde Chuy hipnotizado por la música electrónica se pone a bailar de tal forma que es inevitable cagarse de la risa de lo ido que está.

Patitos Feos le debe todo al carisma de sus protagonistas

Sin embargo, lo verdaderamente valioso de la cinta son dos cosas, la primera que quiero mencionar es la fotografía, que está a cargo de Jesse Aragón, el trabajo está tan bien hecho que logra transmitirte un montón, además de que la música le ayuda muchísimo.

Algo muy parecido sentí cuando vi Huesera, y reitero lo anteriormente citado cuando digo que al ver estas imágenes, puedes sentir y transportarte a lugares donde en este caso la gente de Chihuahua seguro que ha estado.

Pero la joya de la corona en Patitos Feos sin duda alguna es Pepe, Abelardo y Chuy, cada uno está tan bien focalizado en la personalidad de su personaje que ni tantito piensas en el actor que lo está personificando, además de que se ve un gran empeño por caricaturizar a los personajes,

No por nada estuve casi una semana hablando con la boca chueca como el buen Abelardo que incluso ya tenía hasta la madre a todos en la casa con mi falso acento norteño.

Es en definitiva una propuesta interesante, sin embargo, tienes que ir en un modo muy relajado para dejarte abrir a las percepciones, porque si no, no le vas a encontrar sentido a esta clásica aventura del viajero.

La peli como te decía, la proyectaran en cines y ya se encuentra disponible para que le entres sin miedo a propuestas nuevas y diversas del tan extenso cine mexa.