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Pólvora Live

Wilco invadió el Frontón México con su complaciente country rock

AJ Navarro

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A pesar de tener calidad en sus integrantes, Wilco complació a sus fans de hueso colorado en una noche con meros chispazos de buen country rock

Después de un inesperado cambio de venue del Teatro Ángela Peralta al Frontón México, Wilco dio una tocada donde se entregó por completo a su público fiel que asistió para escuchar el particular sonido de los oriundos de Chicago, Illinois a pesar de que su propuesta musical puede resultar solo apta para los oídos exquisitos al country rock, cayendo en cierta monotonía a pesar de las cualidades de sus músicos.

La previa: souvenirs y campos de menta para el alma


Afuera del Frontón la venta de playeras y sudaderas de color blanco y negro con l la leyenda del Cruel Country Tour, llamaban la atención por sus diseños con un taxi verde mexicano, los instrumentos musicales usados por Wilco o un convertible rojo que adornaban estas prendas. El público era variado, desde adultos y padres de familia que rondaban las cuatro décadas hasta adolescentes y niños que compartían la pasión por esta agrupación.

Siendo la única banda que tiene su propio festival de música en la Riviera Maya llamado Sky Blue Sky, los oriundos de Chicago volvieron a la ciudad como parte de la promoción de su más reciente disco, Cousin. Pero antes de su salida al escenario, Mint Field puso el ambiente alternativo nostálgico a ritmo de una guitarra, bajo y batería que bastaron para mostrar su potencial con el que han acompañado a Wilco en sus últimas presentaciones.

Jeff Tweedy salió con toda la buena vibra pero no interactuó mucho con la audiencia. Foto: Liliana Estrada/ OCESA

Después de 25 minutos de un bello paseo por los campos de menta que fueron bien recibidos por los tempraneros asistentes al recinto, pasó una media hora en la que los fans aprovecharon para llenar por completo el Frontón México, comprar sus cervezas y uno que otro souvenir oficial, ya fueran las playeras de 550 pesos o el póster oficial de la gira con valor de 600 morlacos. Y justo, a las 8:05 de la noche, Jeff y compañía salieron para dar una sorpresa infinita con la primera rola de su repertorio, Infinite Surprise.

Con un escenario donde se extendía una alfombra de color rojo y una manta hecha a tiras que simulaba la sensación de una pantalla donde imágenes de color bañaban a los oriundos de Chicago, Wilco continuó con Handshake Drugs y Pittsburgh mientras Jeff tocaba su guitarra acústica y lucía su vestimenta al más puro estilo de Johnny Cash, todo de negro con su sombrero blanco y su voz con tintes de rock aguardientoso y country dolido.

Wilco usó un juego de luces que, por momentos, daban directamente en la cara de los asistentes y no dejaban disfrutar el show a gusto a pesar del gran desempeño musical que la banda mostraba en el escenario, con Jeff siendo escoltado por una batería color azul cielo y las imágenes coloridas que seguían mostrándose en el fondo, tratando de que el público entrara en calor y saliera de sus asientos, cosa que sucedió poco en la noche.

Wilco dio todo de sí a sus fanáticos, pero tuvo problemas en conectar con una audiencia fría. Foto: Liliana Estrada/ OCESA

Rompiendo corazones: mucho carisma, poca alma de Wilco


Ante el talento de los músicos que conforman a la agrupación de Chicago, Tweedy recibió uno que otro grito de las damas asistentes donde le pedían a Jeff que les hiciera un hijo así como ciertas ovaciones entre rolas, que fueron el común denominador de esta velada donde, a diferencia de otras tocadas en el Frontón, todo el público estaba sentado en su asiento no habiendo zona para estar de pie, mientras casi nadie usaba su celular, simplemente se dejaba llevar por este country rock alternativo de Wilco.

Cruel Country, canción que hablaba de su amor por su lugar de origen a pesar de sus imperfecciones y una de las más coreadas de la noche, I am Trying to Break your Heart, donde la agrupación reflexionaba acerca de volverse a abrir a una ex pareja y tratar de romperles el corazón sin éxito conectó por fin con la audiencia de forma importante mientras el vocalista tocaba su guitarra acústica con fuerza en uno de los mejores chispazos de la noche.

Después de agradecer a sus fans el poder regresar a la CDMX después de tres años, Wilco continuó este peculiar recital con otra de las favoritas del público, If I ever was a Child donde los ritmos de esas raíces country se hacían presentes inclinándose hacia el rock alternativo que es parte de la identidad experimental de la agrupación para luego pasar a algo mucho más movido en su sonido, donde la batería sonaba con fuerza en Cousin.

Glenn Kotche, baterista de la banda, fue uno de los que mejor lució en esta noche donde WilCo generó sentimientos encontrados Foto: Liliana Estrada/ OCESA

Gracias totales, una despedida emotiva pero fría


La velada continuaba y Jeff se quitaba el sombrero, dejando de lado su habitual guitarra para entonar Hummingbird, otro de los éxitos que coreó  la gente desde sus lugares, aplaudiendo por primera vez en la velada y siguiendo los pasos de un muy agradecido vocalista para rendir tributo a aquellos que no se pueden olvidar. Nuevamente la guitarra acústica se hacía presente en otro tema asentándose una largo outro, factor común en la noche que, si bien mereció una ovación de pie de los asistentes, terminó por ser algo repetitivo.

Misunderstood fue otra rola que causó la emoción de los asistentes que, durante el estribillo, causó furor ante la potencia lírica que hace alusión a todos aquellos incomprendidos con los gritos del vocalista que canalizaba ese dolor iracundo reflejado en su lírica, logrando otro chispazo de emoción que provocó una segunda ovación de pie para la banda mientras, por primera vez en la noche, se escuchaba el ‘oe oe oe, Wilco, Wilco’.

Otro momento de la noche se presentó ante un ritmo mucho más jazzístico con Jesus Etc. donde Jeff invitó al escenario a los abridores, Mint Field, a entonar la canción con ellos, logrando el momento más sorpresivo de la velada para propios y extraños. Mientras, las vibras de un final inevitable llegaban y la gente seguía gritando peticiones al aire. Esto lo aprovechó Jeff, que jugó con su querido público: “Hay temas que no podremos tocar pues tenemos 800 canciones y solo hay tiempo para unas 500”, dando paso al idilio nostálgico de Heavy Metal Drummer.

Jeff Tweedy no dudó en tratar de tocar lo mejor de su repertorio para complacer a sus fans de hueso colorado. Foto: Liliana Estrada/ OCESA

Después de una velada donde Wilco demostró una buena calidad como intérpretes en vivo, pareciera que el cambio de venue y la constante repetición de su estilo musical no fue suficiente para entregar una noche memorable, haciendo de esta tocada en el Frontón una experiencia a la que le faltó alma para conquistar a todos más allá de esa última rola coreada por todos en el lugar, Spiders (Kidsmoke), faltándoles punch para poder ser una de esas bandas con tocadas memorables.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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