Cine
Kung Fu Panda 4: el regreso del Guerrero Dragón en una entrega llena de reflexión
Kung Fu Panda 4 es el primer gran estreno animado que llega a salas en el año y para continuar con la aventura de Po.
Por: Ed Vázquez.
Luego de tres aventuras cinematográficas y tres series en las cuales hemos visto a Po, el amante de los dumplings en muchas aventuras, batallas y su evolución como El Gran Guerrero Dragón, llega ante nosotros la esperada Kung Fu Panda 4.
Es momento de volver al camino espiritual y recobrar la confianza como alma en el calor de la batalla, luego de un tercer capítulo que dividió a la audiencia, al fin y luego de muchos años estamos con una nueva entrega llena de acción y reflexión, como humor equilibrado que nos ayudará a “Encerar… ¡Pulir!”
De qué va Kung Fu Panda 4
Luego de aceptar su llamado para ser El Guerrero Dragón, Po, es llamado de vuelta por el destino y guiado por Shifu para convertirse ahora, en un guía y líder espiritual del Valle de la Paz, pero tendrá que elegir a su sucesor, a quien tendrá que entrenar para ser el nuevo protector de su querido hogar.
Esta decisión confunde y estresa a nuestro guerrero, ya que este no quiere dejar la acción y diversión para tomar este nuevo cargo. Pero esto no es todo, ya que, en parte de la región, se ha visto a Tai Lung atacar a una comunidad y con ello traer a una malvada y poderosa hechicera: “La Camaleona”, aquella que puede transformarse en cualquier criatura grande o chica. Ella ha puesto sus ojos en el Bastón de la Sabiduría de Po, heredado por el Maestro Oogway, el cual le ayudará a convocar desde el reino de los espíritus, algunas fuerzas malvadas que Po ha derrotado con anterioridad.
Así que, tras las aventuras, desafíos y momentos mágicos, Po necesitará ayuda. Este la encontrará en una muy astuta y rápida zorra ladrona de nombre Zhen, la cual tiene grandes habilidades para el robo; ambos aprenderán uno del otro sobre el bien y el mal, sobre el sobrevivir y respetar su camino, pero ser fuertes y únicos para conseguir su objetivo en este gran camino.
Todo este viaje comenzó en el ya lejano 2008 con una primera entrega e historia que sabía lo que hacía, pese a no ser algo muy original y ser algo predecible; nos dotaba de personajes visualmente agradables y bien trabajados. Aunque tomaría a propios y extraños con gran sorpresa, siendo una apuesta segura para abrir paso a una franquicia que inspiraría y contagiaría de Kung Fu a la audiencia.
Es así como su secuela sería más elegante, envolvente y llena de energía tanto en la historia como complicada y asombrosa por el villano Lord Shen, tanto argumentalmente hablando y directamente en el apartado técnico para los diseñadores. Dicha entrega seguía expandiendo este universo como era debido.
Tras cinco años de espera y en pleno 2016, el Guerrero Dragón continuaba con su aventura, completando una primera trilogía, aunque no superaba a la secuela. Pero resultaba algo atractiva; quizás lo que más puedas recordar es que el villano Kai´s tenía de tema en sus peleas a Imagine Dragons con el tema “I´m So Sorry”; una tercera entrega que perdía el lado más épico y serio que tuvo con anterioridad y en destellos esta historia, pero pasaba el examen de Kung Fu sin problema alguno.
Tras varias aventuras, desafíos a la muerte y el haber confrontado a guerreros y villanos más fuertes, pero haber aprendido mucho sobre él en su camino como el Guerrero Dragón, Po vuelve a las andadas en esta cuarta entrega, en la cual tendrá que mirar con otros ojos su destino y aprender a soltar como encontrar la calma en el lugar menos esperado.
“Fuiste elegido para convertirte en más de lo que ya eres.”
– Shifu.
El director Mike Mitchell (Shrek Para Siempre y Trolls) vuelve a la silla principal en algo no tan ajeno para él ya que, en el comienzo de todo este viaje, él fue consultor en la primera entrega. Aunque su trayectoria es corta como director, se le brindó la confianza, por parte de Dreamworks, para la dirección de esta cuarta entrega. ¿El resultado? Una entrega que nos brinda unos visuales y paisajes hermosos como bien logrados, así como el detalle de cada personaje que se destaca de menor a mayor forma.
Sin duda alguna, Mitchell busca ese equilibrio entre la reflexión, lo personal y la acción como ese estilo visual que agradece la pupila. Teniendo una identidad espiritual fresca y muy colorida como con tintes oscuros.
Pero es aquí donde él se apoya del guion de Jonathan Aibel y Glenn Berger para poner esa pizca de humor inteligente en los diálogos, más que en las acciones físicas o de mero pastelazo. No es perfecto o asombroso ese apartado, pero se siente esa madurez cómica y lo cual no cae en lo absurdo, aunque puede brotar uno que otro destello como flatulencia, pero esto no es gratuito.
Creo que la fuerza espiritual y la identidad de esta entrega recae en esa imaginación de Aibel y Berger para darnos unas cuantas líneas de reflexión única en su propio universo y una estructura aceptable en su vocabulario, pero dotándola de momentos extraños, arriesgados y locos como únicos (presten atención a los tres conejitos y ese grupo de bandidos que marcaran un cierto ritmo y tono en la película) los cuales, tienen asegurados una risa pura pero ganada a pulso con ingenio.
Por su lado, el apartado musical es bien ejecutado y resalta en uno que otro momento dentro de la cinta; claro que sin ser brillante, pero se atreve a adornar una que otra pelea y persecución. Lo creado por Steve Mazzaro y Hans Zimmer es un punto necesario para envolvernos en el momento, aunque éste pase a un segundo planoya que no destaca del todo. Aquí, posiblemente, no me vuelva el más popular de la mejor forma con estas líneas.
Ahora, ligado a esto, no debemos dejar pasar la mancuerna que Mike Mitchell (director) y Jack Black tuvieron para añadir una gran idea o genial sonido a la cinta. Y es que, hacía el final de la película, tenemos la gran oportunidad de escuchar una interpretación de Jack Black con: “… Baby One More Time”, el cual sería famoso en el 99 por Britney Spears.
Mitchell, hablando con Black, mencionó que querían tener una canción de Tenacious D para este trabajo. Así que no tarde ni perezoso, Black mencionó que sería este cover de Britney, por esa vibra y aspecto de Kung Fu que tiene, cambiando algo “romántico” y popero para volverlo algo enérgico y rockero como vibrante.
Así que Kyle y Black fueron al estudio, grabaron el tema y luego dieron una pizca de ello al Internet, el cual devolvió una respuesta positiva y casi una bandera verde por esto. Es cierto que para esos créditos finales queda como anillo al dedo para una ansiada reunión furiosa, de la cual no diremos más, pero nos deja esperando por ver qué nos depara este universo animado.
Ahora es turno de irnos a los personajes y es que cada uno tiene su momento de brillar, mientras otros son relegados a tener menos presencia y simplemente son nombrados.
La relación entre Po y Zhen se formará como aquella relación (quitando el factor de atracción, claro está) que vimos entre Ethan Hunt (el espía con código) y Grace (ladrona y oportunista) en Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte 1, sí, es un ejemplo muy abismal y para nada comparable, pero debía precisarlo porque aquí es donde el guion e historia recurre a algo explotado en los últimos años dentro de algunas historias y producciones, buscando como respuesta la redención de alguien “malo” y crear un nuevo legado de aventuras con él o ella de por medio para la pantalla grande.
Po es un personaje que se siente menos testarudo y bruto en esta entrega. Algo muy evolutivo si echamos un ojo a las anteriores entregas; aquí debemos resaltar su confianza y sabiduría como gusto culinario, de igual forma, mencionar que el miedo a lo nuevo y el enfrentamiento consigo mismo prevalecerá para el desarrollo de nuestro protagonista a un nivel muy personal.
Será él, por medio de su paz interior, quien nos lleve a la senda de lo espiritual y el entender su gran misión, así como a la reflexión sobre las acciones, los momentos y la toma de decisiones del pasado que, posiblemente, afectan nuestro presente de manera directa o indirecta. Es aquí donde el guión hace de las suyas y nos habla del perdón hacía nosotros mismos, del combatir los miedos ante las adversidades, aceptar el llamado y mantenernos fuertes, sin olvidarnos de construir nuestro propio ejército de confianza para el camino.
Zhen es una buena adición a este universo. Con ella no perdemos tiempo en contar su historia al cien por ciento. Y es aquí donde la pequeña magia recae en los diálogos y escenas que tenemos en este montaje, las cuales resumen a la perfección parte de su historia. Ella aportará la acción, agilidad y dinamismo que nuestro prota necesitará a la hora de entrar en la batalla; siendo la parte contraria de Po, ella plantea las bases de un mundo nada explorado, y el cual ha puesto el radar en juego para algún proyecto próximo por venir.
Y si de destacar se trata, mención honorifica a la villana de esta entrega, “La Camaleona”, quien, con un diseño elegante y enigmático, en formula es un gran obstáculo necesario para el camino de esta historia y es quien hará que nuestro héroe se cuestione el seguir avanzando en una que otra oportunidad, mostrando que va un paso adelante.
Aunque a la hora de repartir algo de su magia y golpes se queda algo corta; ya que quedándose en la línea de lo espectacular y del apartado visual, a la hora de la acción, no es bien aprovechada en cuanto a tiempo de peleas se trata. Y puede que esto sea una percepción equivocada y haya esperado mucho más de esta villana por el aura que representaba. De ahí en fuera, ella es alguien muy interesante que pudo ser muy temible, pero es la personificación del caos y la magia como letalidad que en algún punto debía llevar a nuestro personaje de vuelta al llamado “por última vez”.
Me permitiré destacar de manera rápida el doblaje en español latino que tienen los personajes de Po (Omar Chaparro) y Zhen (Verónica Toussaint). Chaparro cumple su misión con creces y hace suyo a dicho personaje por cuarta vez con uno que otro diálogo muy a su manera y estilo. Mientras que Toussaint, quizás por su voz o tono, y por momentos no empalma con el visual de su personaje, pero sabe sacar el trabajo adelante y llenara a Zhen de una vitalidad única y con aura fría pero como alma que necesita ser encontrada.
Ahora toca el turno y como mención aparte, debemos destacar a don Blas García, el cual vuelve al ruedo para darle voz a ese fiero aprendiz y brutal guerrero, Tai Lung. El cual se impregna de presencia y jocosidad con la voz de García, pese a que su personaje tiene poca presencia dentro del filme, es una parte muy importante dentro del desarrollo de la trama. Palabras más o menos, pero es un gusto escuchar esta voz que ruge con su presencia y poder.
Este trabajo es algo que puede dividir a la audiencia por la falta de ideas, desarrollo por momentos, la falta de o rapidez con la que fluye todo. Y tal vez, te aseguro que esto puede ser algo refrescante y maduro.
Acción, un poco de risas y que te encanten la pupila en un nuevo capítulo del Guerrero Dragón es esto y más. Ahora o nunca aprenderemos las técnicas necesarias del Kung Fu para poder enfrentar esta amenaza personal y espiritual como cambia formas que llega ante nosotros.
Sin duda alguna, Kung Fu Panda 4, nos hace notar la evolución de esta saga e historia como de nuestro protagonista, así como la importancia de Dreamworks por revitalizar esta saga y madurar sin olvidar sus raíces; no teniendo una historia nada original o novedosa, logra hacer de las suyas con astucia y librarse de la sombra de su antecesora que dividió a los fans.
Es de sabios corregir uno que otro error y dotarse de una identidad madura y llena de confianza. Reflexión, paz interior y muchos dumplings nos esperan en este nuevo camino para aprender las mejores técnicas del kung fu y SER UNA SEMILLA.